El exalcalde de Lugo Xosé López Orozco reconoció ayer que el jueves pasado fue “un día de mucha satisfacción” y “felicidad”, tanto para él como para su familia, después de que el Juzgado de Instrucción número 1 cerrase la pieza de la Operación Pokémon relativa a la adjudicación del sistema ORA en Lugo y lo exculpase, al considerar que no existen indicios de delito en su comportamiento. Se trata de la última trama de este caso de la que es exonerado tras ser imputado y ser obligado a dimitir por sus socios del BNG a cambio de que el PSdeG mantuviese la Alcaldía de Lugo.

La imputación como investigado en esa causa era la última que todavía pesaba sobre Orozco, de una decena a las que tuvo que hacer frente tras su paso por el Ayuntamiento de Lugo, donde ejerció como alcalde durante cuatro mandatos consecutivos, entre 1999 y 2015.

El exdirigente aseguró que esas imputaciones “se fueron cayendo como un castillo de naipes, una a tras otra, porque no había fundamento” en una instrucción con irregularidades que le costaron un castigo a la jueza Pilar de Lara.

Orozco recordó que “ni tan siquiera había indicios” de delito en su comportamiento y que fue imputado “solo en base a meras sospechas”.