El éxito del Eje Atlántico, cinco años después de su inauguración, es palpable y a prueba de pandemias. La línea que conecta Vigo y A Coruña en ochenta minutos de trayecto mantuvo su uso durante lo peor de la pandemia.
Son los datos que se desprenden del informe del Observatorio del Ferrocarril en España.Este documento, coordinado entre la Fundación de Ferrocarriles Españoles y el Ministerio de Transportes, es la única fuente de información sobre las estadísticas que Renfe se niega a hacer públicas.
En el año 2020, con dos meses de confinamiento severo y otros seis con notables restricciones de movilidad, las estaciones gallegas resistieron mejor que la media nacional, donde se produjo una caída de un 65% en los viajeros e ingresos por este tipo de tráficos.
En Vigo, tanto Urzáiz (374.075 pasajeros y un 54% de caída) como Guixar (163.300 y un 52%) mantuvieron el tipo de forma notable durante el 2020; lo que permitió a la ciudad olívica ser la primera de España en tráfico sin contar con servicios Avant. Estos AVE de corto alcance son los que permiten, junto a los FGC, colocar a los municipios catalanes entre Figueres y Tarragona como la zona de mayor uso.
También fue el caso de Santiago (sexta con 1,15 millones), A Coruña (séptima con 0,96 millones), Pontevedra (décimosexta con 410.000) y Vilagarcía (17ª con 350.000) demuestran el uso diario que incluso, con cierres perimetrales, tenía la línea.
Ourense, pese al éxito de los servicios Avant, se conforma con el 23º puesto y solamente destaca en los tráficos de Larga Distancia con 169.155 viajeros.
Esto se debe a que en Galicia, buena parte de los tráficos que en otros núcleos se cubren mediante servicios de Cercanías –Elche y Alicante, Bahía de Cádiz, Asturias– son asumidos por trenes regionales, más caros y con menos frecuencias.
Pese a ser también decretados como Obligaciones de Servicio Público (OSP), las Regionales y Media Distancia fueron cancelados en mayor medida durante estos dos años y algunos de ellos no se han llegado a reponer.
Sin embargo, en los últimos meses este éxito ha llevado a notables retrasos en algunas de sus frecuencias más utilizadas. Las colas en los controles de acceso –algunas veces de más de 500 personas en diez minutos– y las limitaciones de velocidad en puntos de la línea impiden cumplir los horarios programados, reduciendo su fiabilidad.
Las asociaciones de usuarios de Galicia han mantenido ya diversas reuniones con la operadora, la delegación de Gobierno o los concellos. Por el momento, no se han anunciado medidas efectivas más allá de la recuperación de dos trenes entre Guixar y Santiago o la creación de encuestas para conocer mejor los hábitos de consumo.
