A mediados de marzo, la Xunta lanzará la tercera edición del bono turístico, una estrategia para “reactivar” el sector en temporada baja y capear los daños causados por la crisis vinculada a la pandemia de COVID-19. Las arcas públicas aportarán hasta 200 euros en esas tarjetas, que podrán utilizarse hasta el día 31 de diciembre de este año.
El Ejecutivo gallego lanzó dos ediciones anteriores de esta iniciativa para combatir los efectos de la recesión y el frenazo causado por la pandemia, que afectó especialmente al sector turístico y hostelero debido a las restricciones para minimizar el riesgo de contagios.
Tres tipos de tarjetas
La medida consiste en tres tipos de tarjetas que financiarán a medidas los consumidores y la administración. Los primeros aportarán el 60% y el poder público, el 40% restante. El primero de los bonos será de 250 euros –100 aportados por la Xunta–; el segundo, de 375 –150 de la Xunta–; y el tercero de 500 –200 de fondos públicos–.
La nueva convocatoria se abrirá a mediados de marzo, según informó ayer el vicepresidente primero del Ejecutivo gallego, Alfonso Rueda. Los ciudadanos interesados deberán solicitarlos ante la Xunta y dispondrán del resto del año para gastarlos en los casi 1.200 establecimientos turísticos adheridos al sistema –hoteles, balnearios, casas rurales...–, salvo en temporada alta, el período que va del 1 de julio al 15 de septiembre.
La anterior edición del año pasado agotó en doce horas los 12.300 bonos disponibles. “La iniciativa permitió inyectar 7,6 millones de euros al sector y supuso un balón de oxígeno”, apuntó ayer la Xunta, que destacó que la mayor parte del gasto se produjo en el último trimestre, contribuyendo a desestacionalizar el impacto de la medida.
