El Gobierno gallego quiere dar un mayor impulso a la lucha contra el calentamiento global y actuar “ante la emergencia climática” en la comunidad autónoma. En este sentido, el Consello acordó ayer someter a consulta pública la primera ley del clima de Galicia y revisar la estrategia de cambio climático, cuyo primer plan operativo expira en 2023, para llegar al año 2030 con una reducción del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar la mitad del siglo con los deberes cumplidos de neutralidad climática, es decir, que las emisiones netas de dióxido de carbono se equilibren y sean iguales, o menores, a las que se eliminan a través de la absorción natural del planeta.
La Xunta entiende que puede lograr estos objetivos ya que actualmente Galicia ha conseguido reducir los gases de efecto invernadero en un 23,8% con respecto a 1990, lo que supone situarse ahora en 32 puntos por debajo de la media nacional.
La próxima semana se abrirá el periodo de consulta pública de la ley del clima, el primer paso, sostiene la Xunta, para dotar a la comunidad de un instrumento con el rango normativo más alto con el que reconocer el clima como un “sujeto de derecho de la sociedad” y acelerar el camino para garantizar la preservación de los recursos naturales y “la recuperación y fortalecimiento de la economía”.
Prealerta de sequía
Por otra parte, la Xunta mira con optimismo las precipitaciones previstas para estos días, en las que confía para que puedan aliviar la situación que atraviesan las zonas en riesgo de sequía. Con todo, las expectativas están depositadas en la primavera, ya que las previsiones apuntan a que febrero continuará con el bajo nivel de lluvias de las últimas semanas.
La Oficina Técnica da Seca mantuvo ayer su primera reunión, en la que se acordó realizar un seguimiento quincenal de la situación hidrológica en Galicia-Costa, donde está declarada la prealerta por sequía en la mayor parte de la demarcación. Analizar los valores de referencia con especial atención a los niveles de caudal circulante en ríos y manantiales será uno de los asuntos en los que los expertos centrarán su atención para vigilar el comportamiento de la cuenca ante el bajo nivel de precipitaciones de las últimas semanas.
En la provincia de Pontevedra están en estado de prealerta por sequía los sistemas de abastecimiento del río Verdugo, ría de Vigo y ría de Baiona; Costa de Pontevedra, río Lérez y ría de Pontevedra; río Umia y ría de Arousa (margen izquierda); y río Ulla y ría de Arousa (margen derecha).
