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¿El fin de la cultura del esfuerzo?

La medida de pasar de curso o titularse en ESO sin límite de suspensos no logra consenso entre alumnos brillantes o premios extraordinarios de Bachillerato

La LOMLOE, la nueva ley educativa del Gobierno conocida como ‘Ley Celáa’ – la que modificará la LOE– es una reforma que desde su aprobación arrastra varias polémicas y ha cosechado el rechazo de la oposición y de algunas asociaciones educativas. La última de ellas se centra en que convertirá la repetición en algo excepcional y liquida las recuperaciones en la educación obligatoria. Ya no hay límite de suspensos para pasar de curso o titularse en ESO. Hasta ahora un alumno solo podía graduarse en ESO si lo aprobaba todo o si suspendía un máximo de dos asignaturas, siempre que no fueran Matemáticas y Lengua al mismo tiempo. Ahora no hay límites. Obtendrán el título de ESO los alumnos que terminen cuarto y hayan adquirido, a juicio del equipo docente, las competencias fijadas y alcanzado los objetivos de la etapa. Será una decisión colegiada de sus profesores. ¿El fin de la cultura del esfuerzo? FARO recaba el testimonio de alumnos con expedientes brillantes, altas capacidades, premios extraordinarios de Bachillerato o ganadores de competiciones como la Olimpiada Matemática, para evaluar qué opinan de esta nueva reforma educativa. Entre otros cambios, también se incluyen más optativas en la ESO y dos nuevas modalidades en Bachillerato.

Así ven desde los institutos la reorganización que prepara el Gobierno varios alumnos gallegos.

“Una de las mejores profesoras que tuve en el instituto solo pedía que no hubiese nuevas reformas educativas, porque cada una suponía un retroceso. Creo que es verdad”, comienza uno de ellos.

“Algo que me parece regular es que si eliges la rama de Letras, está menos equilibrada en número de asignaturas de humanidades, que la de ciencias. Y creo que es importante que todos tengamos cultura científica”, asegura la alumna del IES Rosalía de Castro, Irene Armesto. Esta joven, a la que le encantaría “ser científica e investigar” reconoce que está “contenta” con el actual sistema educativo. “Me gusta la forma de aprender; aunque creo que a veces es demasiado memorístico, que no prima razonar”, expresa esta hija de un físico y una pianista que también practica ballet.

Desde 3º de ESO, más o menos, el ourensano Adrián Vázquez, sabía que quería dedicarse a la Física y las Matemáticas. Intérprete de piano y gaita en el conservatorio y en una banda, el estudiante valora la educación que recibió en el instituto Otero Pedrayo de Ourense como “de muy buena calidad”. “No le pondría casi ninguna queja; influyen mucho los profesores con los que coincidas”, añade. Junto con sus padres, los docentes siempre representaron un apoyo para este joven de 17 años que este año estudia un doble Grado en la USC. Eso sí, su interés por las ‘mates’ y la física fue también fermentado por la levadura de los divulgadores en redes sociales. “Creo que son, en parte, culpables de que hayan subido el interés y las notas de corte de las carreras”. Entre sus predilectos, está el físico José Luis Crespo, alias “Quantum Fracture” que tiene más de un millón y medio de seguidores en Youtube.

El alumno del IES Blanco Amor, Martín Padrón Rodríguez, que este año se enfrentará a la ABAU, también cita los comentarios de un matemático en Twitter. “Mis padres me transmitieron el amor por las Matemáticas”, indica este hijo de profesores de esa materia y de economía. El alumno, que obtuvo una medalla de plata a nivel estatal en la Olimpiada de Matemáticas, vincula el paso de curso con materias suspensas con una bajada de nivel educativo.

Irene Armesto

“Repetir puede llevar al abandono escolar”

Irene Armesto - 1º bachillerato internacional

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La joven Irene, de 16 años, acaba de ganar una medalla de bronce en la Olimpiada Panamericana femenina de Matemáticas el mes pasado –competición en la que participaron equipos de 20 países–, al tiempo que estudia 1º de Bachillerato internacional , en la modalidad científico tecnológico, en el IES Rosalía Castro de Santiago. A pesar de contar con una media de 10 en Secundaria –fue premio extraordinario–, la joven es capaz de ponerse en los zapatos del otro: “Si los profesores consideran que un alumno también debe pasar de curso, aún con asignaturas suspensas, a mí no me parece mal. Creo que el hecho de repetir puede afectar al abandono escolar; quizás que pasen sea una forma de motivarlos”, añade. Una de sus ‘recetas’ para mejorar el sistema educativo, es que puntúe también competencias como el trabajo en grupo y que la evaluación se haga de forma continua y no solo en los exámenes.

Martín Padrón Rodríguez

“Había más nivel al acabar EGB que hoy al finalizar ESO”

Martín Padrón Rodríguez - 2º bachillerato, olímpico en matemáticas

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“El mensaje de pasar de curso con suspensos es contradictorio con el mensaje del trabajo. No soy muy partidario porque no me parece pedagógico y porque, si se juntan varios alumnos en esa situación, actuarán bajando el nivel del curso siguiente”, asegura el olímpico en Matemáticas y estudiante de 2º de Bachillerato, Martín. “Yo quiero hacer Matemáticas, pero gran parte de las asignaturas que me valorarán en la ABAU no miden mis destrezas y capacidad para afrontar esa futura carrera”, lamenta. Una de las propuestas de este joven pasa, por tanto, por una prueba más vinculada al futuro académico del alumno y una especialización en anteriores cursos. “Creo que están bajando el nivel de Secundaria. Antes, una persona tenía más nivel al acabar EGB que hoy cuando finaliza la ESO. Daban más contenido y había más nivel”, valora. 

Adrián Vázquez Velasco

“Si pasa con muchos suspensos, le será difícil seguir el curso”

Adrián Vázquez Velasco - Estudia doble grado matemáticas/física

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Adrián, que fue Premio extraordinario de Bachillerato, estudia un doble Grado en Santiago –de Matemáticas y física– aunque tiene 17 años. Alumno con altas capacidades, le adelantaron un curso ya en Primaria. “Una cosa es pasar de curso con algún suspenso, pero si no hay límite de materias suspendidas y el alumno pasa igual, al curso siguiente creo le va a ser muy difícil seguir el ritmo”, comenta. Como pequeña crítica, asegura: “Creo que el sistema actual sí está basado en asignaturas memorísticas y tiene aspectos a mejorar; la asignatura de Literatura se enfoca de un modo muy teórico porque, al final, es lo que van a preguntar en la ABAU. Aportar tantos detalles, a veces, va en contra de quedarte con una idea de una materia muy importante para la cultura general; podrían hacerse más análisis literarios”, añade.

Óscar Rivero | Investigador postdoctoral gallego en la Universidad de Warwick (Inglaterra) en Teoría de Números

El matemático Óscar Rivero, en una imagen reciente.

“El nivel de matemáticas en ESO ha retrocedido dos cursos”

Óscar Rivero

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Ganador en tres ocasiones de la Olimpiada matemática a nivel gallego, hace unos diez años que Óscar Rivero competía, hasta en tres ocasiones, en la olimpiada internacional. Ahora, ya como investigador postdoctoral en una universidad inglesa a sus 27 años, valora la reforma educativa en ciernes. Y entre sus planes futuros no descarta, precisamente, la docencia.

–¿Cree que el actual sistema educativo en Secundaria y Bachillerato premia el esfuerzo?

–Soy muy crítico con el sistema educativo actual. Lo era con el anterior y creo que las nuevas reformas no solucionan en absoluto ninguna de las carencias. Creo que cada vez se reducen más contenidos, se baja el nivel de exigencia y se acaba cayendo en una autocomplacencia que resulta letal. Cuando echo un vistazo a los libros que usaban mis padres en el BUP me entran ganas de llorar, porque la diferencia es abismal en todas las materias. Cada reforma legislativa genera un eco mediático que resulta terrible: se habla de la religión, del papel de los idiomas oficiales, de las tasas de repetidores… pero no se habla de contenidos, que sería lo verdaderamente importante.

–Hablemos de contenidos. ¿Algo que decir en matemáticas, por ejemplo?

–El nivel en matemáticas ha retrocedido prácticamente dos cursos: lo que antes se hacía en 2º de BUP ahora es prácticamente 2º de Bachillerato. Pero también se ha eliminado el latín y la formación humanística brilla por su ausencia. En Italia el latín es obligatorio en lo equivalente a los últimos cursos de la ESO y leen a Dante. Aquí algo así sería impensable. La formación científica es también verdaderamente escasa, y una persona que escoja un itinerario de letras va a salir sin saber casi nada de matemáticas, de física o de biología, lo que es una verdadera catástrofe.

“Me sonroja ver los colegios llenos de pizarras digitales. Para enseñar números, un buen encerado y mucha tiza”

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–Algunos de los cambios a lo que alude son globales en Europa.

–Algo con lo que soy muy crítico son las pruebas PISA y todo lo relacionado con la OCDE. Venden una idea totalmente mercantilista de la educación, defendiendo que el colegio tiene que servir para prepararnos para la vida. Yo soy totalmente contrario al modelo que se está imponiendo, y desde luego estas pruebas externas evalúan unas destrezas muy alejadas de lo que debería ser la educación. Hace unos años, se publicó un artículo donde se explicaba el bluf de la educación finlandesa: los alumnos llegaban a la educación superior con una base matemática que causaba vergüenza, incluso desde los bajos estándares españoles. Hay también una obsesión insana con el papel de las nuevas tecnologías. Si bien defiendo que en los últimos cursos de la Secundaria la programación puede tener un papel importante y ser una asignatura más, no de introducir ordenadores cuando no toca. A mí me sonroja ver los colegios llenos de pizarras digitales. Desde luego, para enseñar las matemáticas lo que hace falta es un buen encerado y mucha tiza. Para una sesión de literatura, yo me quedo con la clase magistral y una disertación de una persona que sea verdaderamente experta en el tema.

–Vayamos ahora por lo que defiende.

–Aumentar el papel de las lenguas cooficiales. En un mundo cada vez más globalizado, hay que tomar medidas que garanticen preservar nuestra identidad y aseguren una presencia importante de idiomas como el gallego. También soy muy crítico con que no se pueda impartir matemáticas en gallego. Es algo que me parece demencial.

–¿Pero no le parece que el sistema actual está demasiado basado ya en asignaturas “memorísticas”?

–En absoluto, creo que la memorización tendría que tener un papel muchísimo mayor. Creo que es algo útil en una sociedad donde todo parece estar a golpe de click, y realmente memorizar desarrolla muchas destrezas y acaba resultando útil en muchos momentos. En 3º de la ESO a nosotros nos hicieron aprender la “Oda a la vida retirada”, de Fray Luis de León, y todavía lo puedo recitar parcialmente. También memorizamos capitales de países, o los afluentes por la izquierda y por la derecha del Ebro o del Tajo, o la lista de reyes de España.

–Su postura parece más antigua de lo que le correspondería por edad, ¿no cree?

–Me gustaría matizar algún aspecto, especialmente para las asignaturas de ciencias. Creo que es muy importante entender los conceptos, me parece muy interesante que se explique por ejemplo de dónde viene la fórmula de la ecuación de 2º grado, pero eso no tiene que ser óbice para que luego en muchos momentos pueda resultar útil saberse cosas de memoria.

–¿Qué le parece el hecho de que los alumnos puedan pasar de curso con suspensos o ir a las pruebas de ABAU con suspensos?

–Hay que ser estrictos y mantener unos niveles de exigencia altos. La repetición es útil por el mismo motivo que son útiles las multas de tráfico, porque disuaden de cometer infracciones. Creo que retroceder en ese sentido es contraproducente, así que en absoluto estoy a favor de que se pueda pasar de curso con suspensos (salvo excepciones justificadas) y menos ir a la ABAU, que a mi entender debería ser un requisito no solo para entrar a la universidad, sino para conseguir el título de bachillerato. Otro punto que quiero enfatizar es que la ABAU tendría que subir el nivel, dado que al final, en vez de utilizarse como una referencia de mínimos, se orienta todo el bachillerato a su preparación. Pongamos exámenes más difíciles y seguro que subirá el nivel en las aulas.

–¿Qué cambiaría, si pudiera, de la prevista LOMLOE?      

–Lo que cambiaría sin ninguna duda sería incluir más contenidos y hacer que los temarios fuesen más extensos y profundos, buscando siempre el saber por el saber y sin guiarse por la aplicación. Fomentar el pensamiento crítico y buscar la creatividad en la medida de lo posible, pero sin que eso suponga huir de la memorización y el trabajo metódico.

–¿Y qué hay de la comprensión?      

–Hace años, recuerdo las críticas de los agricultores a la PAC. Ahora en educación tenemos una PAC muy particular: proyectos, ámbitos y competencias. Los proyectos parten de la base de que los alumnos deben ir explorando y haciéndose preguntas, cuando es obvio que en casi ningún caso surgirá espontáneamente un interés por temas que ni siquiera se imaginan. El aprendizaje por ámbitos parte de una idea tan absurda como que si tenemos a un profesor de matemáticas y a uno de biología es mejor que cada uno explique conjuntamente las dos materias, privando a los alumnos de una visión más experta sobre el tema porque se han inventado que si tienes once asignaturas te estresas y tienes problemas extraños. Y las competencias son una charlatanería que se han inventado para imponer un mantra totalmente finalista en la educación, como si el saber por el saber no tuviese sentido.

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