El nematodo del pino está una de las plagas de coníferas más peligrosas del mundo y, por esta razón, la Unión Europea obliga a mantener un estricto control sobre los árboles afectados por este gusano inapreciable a simple vista que los marchita de forma súbita. Su presencia está acreditada en el sur de la provincia de Pontevedra y se resiste a desaparecer desde que fueron detectadas, en 2018, las últimas coníferas infectadas.
La alerta continúa y la Consellería do Medio Rural acaba de prorrogar las medidas destinadas a la erradicación del nematodo, que supone talar todos aquellos ejemplares enfermos, secos o quemados y establece restricciones para la tala y comercialización de pinos en 24 ayuntamientos de Pontevedra y uno de Ourense.
La cuarentena afecta a toda la mitad sur de la provincia y son los propietarios de los montes afectados los responsables de aplicar las medidas profilácticas, tanto las destinadas a eliminar el gusano como las de desinfección de la madera antes de proceder a su venta.
En el año 2010 fue detectada por primera vez la presencia de este organismo en Galicia, en el ayuntamiento pontevedrés de As Neves, con lo que se inició el plan para lograr su control y erradicación. Seis años después se identificó un nuevo positivo en el Salvaterra de Miño, en un punto muy próximo al primer caso, por lo que no fue necesario ampliar el área de restricciones. Pero en 2018 se notificaron cinco muestras más con presencia del nematodo, por lo que se tuvo que ampliar la superficie de afección.
La zona cero la constituyen los concellos de Salvaterra, As Neves, O Porriño y Tui, pero las restricciones alcanzan a otros 21 ayuntamientos total o parcialmente (uno de ellos en Ourense): Arbo, Baiona, A Cañiza, Covelo, Crecente, Fornelos de Montes, Gondomar, A Guarda, Melón, Mondariz, Mondariz-Balneario, Mos, Nigrán, Oia, Pazos de Borbén, Salceda de Caselas, Salvaterra de Miño, Redondela, O Rosal, Tomiño y Vigo. Esto es así porque la Consellería do Medio Rural mantiene un radio de 20 kilómetros como zona cuarentena alrededor de los especímenes afectados.
Los propietarios de los montes afectados tienen que talar todos los árboles en un radio de 100 metros desde los pies infectados. Y deben cortar también los ejemplares secos, decaídos, quemados o dañados por tormentas en toda la zona de protección que va desde el sur del concello de Pontevedra, alcanza la costa y llega hasta la frontera con Portugal.
En toda esta área se podrá vender la madera, pero con pasaporte fitosanitario o sello identificativo que acredite que fue sometida a tratamiento térmico, que consiste en someterla a una temperatura mínima de 56 grados durante al menos media hora en una instalación de tratamiento autorizada.
¿Por qué resulta tan complicado exterminar el nematodo? La Xunta explicaba en 2019 que el Gobierno gallego hubiera tenido éxito en la erradicación de la plaga si no fuera por Portugal, donde el gusano está extendido por todo el territorio y el Ejecutivo luso ha desistido de combatirla porque ya da por perdida la batalla.
Tampoco ayudó la ola de incendios de 2017. La plaga se propaga por la acción de un escarabajo que transmite la enfermedad y el insecto se posa en los árboles enfermos o dañados para poner sus huevos
