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Abusar de internet amenaza a 30.000 menores: mayor agresividad y riesgo de consumir drogas

Una niña navega por la red con su portátil desde su cama. | // DAVID CASTRO

Menos paciencia y respuestas más agresivas, pero también mayor riesgo de probar las drogas o el alcohol. El peligro de abusar de demasiadas horas enganchado a las nuevas tecnologías, con internet como mundo paralelo, constituye un peligro para la salud mental de alrededor de 30.000 jóvenes gallegos de entre 12 y 18 años.

Un estudio de la Universidade de Santiago (USC) revela la relación entre el uso abusivo de internet y factores de riesgo para la salud y el bienestar de los adolescentes. La tesis Adolescentes y uso problemático de internet: cambios psicológicos a un año de seguimiento revela que esos peligros brotan a los doce meses de ceder demasiado espacio en el día a día a la red de redes.

“Un alto UPI [uso problemático de internet] predice aumentos en la conducta agresiva tanto proactiva como reactiva y en el consumo de sustancias (tabaco, alcohol y cannabis). Al mismo tiempo, una alta puntuación en UPI predice descenso de las emociones positivas”, establece la tesis elaborada por Cristina Alonso. “En relación con la conducta de ciberacoso y sexting, los resultados sugieren que un alto UPI predice aumento de cibervictimización y ciberagresión”, añade en sus conclusiones, citando una investigación conjunta con Estrella Romero a partir de una muestra de 624 adolescentes pertenecientes a ocho centros educativos gallegos.

La definición de uso problemático de internet es vaporosa, pero un estudio dirigido por Antonio Rial Boubeta, profesor de la USC y uno de los mayores expertos en adicciones de Galicia, estima que afecta a entre el 18% y el 20% de menores de 12 a 18 años, lo que supone unos 30.000 en la comunidad. Entre los 15 y los 16 años, ese problema gana intensidad. “En esa franja de edad es donde el uso es masivo e intensivo, si bien en el caso de las chicas el porcentaje de uso problemático está siempre cuatro o cinco puntos por encima”, según Rial Boubeta, doctor en Psicología Social.

En los últimos años, la penetración de las redes sociales en la vida cotidiana ha causado un mayor uso de la red por parte de los adolescentes. Según una investigación del grupo de Boubeta, casi uno de cada tres (29,4%) dedica más de cinco horas al día a internet y uno de cada cinco (22,5%) lo hace a partir de la medianoche. Los porcentajes se han duplicado en apenas tres años.

“La OMS ha alertado del aumento de las tasas de depresión infanto-juvenil por un uso inadecuado de las redes sociales”

Antonio Rial Boubeta

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Las horas frente a la pantalla no son el único elemento que causa un problema, sino que este surge cuando interfiere en la vida personal e incluso en la salud. “La OMS ha alertado del aumento de las tasas de depresión infanto-juvenil por un uso inadecuado de las redes sociales”, según Rial Boubeta.

Ahora, el estudio de Alonso alerta de las consecuencias de estos comportamientos sobre el bienestar emocional de adolescentes con un seguimiento de apenas un año. Doce meses, por tanto, son suficientes para que brote el riesgo de problemas emocionales y aumente el peligro del consumo de alcohol, tabaco y/o cannabis.

La tesis de Alonso quiere ir un paso más allá y determinar qué rasgos de personalidad influyen en estos comportamientos. “Los resultados de este estudio mostraron que altos niveles de neuroticismo [ansiedad, hostilidad, depresión, ansiedad social, impulsividad y vulnerabilidad] y extraversión y bajos niveles de amabilidad, apertura y responsabilidad predicen el UPI (uso problemático de internet)”, expone. En concreto, los adolescentes que más incurren en este problema son aquellos “con más búsqueda de sensaciones (faceta del dominio extraversión) y menos interés por estética, ideas y valores (facetas del dominio apertura)”, añade la investigadora en su tesis.

Baja amabilidad

En este punto, destaca que “la baja amabilidad es el dominio de personalidad que predice aumentos en la ciberagresión mientras que el apego miedoso/preocupado predice aumentos en la cibervictimización en el plazo de un año”, si bien añaden que existen muchas coincidencias entre agresores y agredidos en el mundo digital. Algunas víctimas pasan a ser acosadores.

En todo caso, el alcohol se convierte en un peligro similar en ambos casos. “La ciberagresión predice descensos en la autoestima y aumentos en el consumo de alcohol mientras que la cibervictimización predice aumentos en el consumo de alcohol y tabaco en un año de seguimiento”, finalizan.

Elaborar campañas y estrategias preventivas para “promover un uso adecuado de internet” entre los adolescentes constituye una prioridad para Alonso y Romero, con el objetivo de “minimizar las consecuencias negativas” de esas prácticas en los más jóvenes.

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