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Los retos del nuevo PSdeG de Formoso

Formoso interviene en el congreso del PSdeG celebrado martes y miércoles en Santiago. | // XOÁN ÁLVAREZ

Hace unos meses, Valentín González Formoso escapaba de las presiones para que diese el paso y compitiese por la Secretaría Xeral del PSdeG. A finales de octubre, derrotó en las primarias a Gonzalo Caballero, que abandonó el puesto tras un mandato, y el miércoles asistió a la encomienda de Pedro Sánchez, jefe de los socialistas y presidente del Gobierno, para rearmar a la formación y alcanzar la Xunta. Antes de eso, tiene mucha tareas por delante. En primer lugar, tejer un proyecto unitario que aplaque las tensiones internas habituales entre los socialistas. “Lo importante es ser capaz de aunar las diferentes sensibilidades del partido”, avanzó antes de la consulta a las bases, que ganó con un 60%.

Un proyecto, no una suma de intereses.

Formoso reconoció en el congreso socialista que el suyo es un partido de alma municipalista, un hecho que ha entorpecido la constitución de un proyecto autonómico cohesionado. De hecho, las alusiones a las baronías se refieren precisamente a estructuras e intereses locales que, en ocasiones, caminan en solitario. Así sucedió antes de la llegada de Emilio Pérez Touriño, como reconoce en sus propias memorias sobre su etapa como líder del PSdeG entre 1998 y 2009.

El primer caso ha sido dar acomodo a poderes internos y cúpulas locales en la nueva ejecutiva, donde Vigo, A Coruña, Lugo u Ourense cuenta con papeles destacados, en un intento de hacerlos copartícipes de la dirección, en contraposición a una etapa de Gonzalo Caballero marcada por la irrupción de cuadros nuevos alejados de esos poderes.

Primera prueba electoral: 2023.

Formoso dispone de tiempo antes de las municipales y las generales de 2023, que marcarán el devenir de su proyecto. A tenor de la historia reciente del PSdeG, un varapalo azuzaría las dudas sobre la vigencia de su proyecto. A grandes rasgos, parece querer marcar distancias con Caballero en sostener que carecerá de ataduras para aplaudir decisiones que le parezcan acertadas de la Xunta o levantarse contra el Gobierno central para defender Galicia.

Touriño y Caballero, en diferentes épocas, admitieron el problema de la sumisión a Ferraz como un lastre para la diferenciación del PSdeG en la comunidad.

Mejorar resultados en generales y municipales será complicado tras los buenos datos de 2019..

El candidato a la Xunta.

El discurso de Pedro Sánchez sorprendió al apelar a Formoso como guía para alcanzar la Xunta, dispensándole un tratamiento de candidato cuando el cabeza de cartel deberá salir de unas primarias específicas. En un principio, el ahora alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña ya se ha dejado querer, pero sin confirmar su salto, que no descartan otros cargos como el delegado del Gobierno, José Miñones, o el propio Gonzalo Caballero si recupera posiciones internas.

Hasta ahora, poderes territoriales en el PSdeG que han celebrado la elección de Formoso ponían en tela de juicio su idoneidad como cabeza de cartel, aunque restan dos años y medio para abordar esa cuestión.

El papel de Caballero y la situación en el Parlamento.

El líder del PSdeG afronta la tarea de revitalizar el partido desde fuera del Parlamento. Formoso reconoce que aún no ha decidido el relevo de Caballero, pero este se da por descontado. Él aseguró ayer que asumirá el puesto que le reserven, aunque se mantendrá en la Cámara toda la legislatura, al igual que varios gonzalistas situados en el hemiciclo. Se trata de un foco de tensión en caso de que afloren las diferencias

Frenar al BNG.

En las últimas autonómicas, el Bloque logró 19 diputados, el récord histórico, mientras los socialistas se quedaron en 14. Achicarle espacio es crucial y una meta de Formoso, que ya los criticó por “acostarse amables y despertarse pidiendo la República Independiente de Galicia”. Sin embargo, siguen siendo sus socios en tres diputaciones y la mayoría de concellos que gobiernan.

Transición provincial y local.

Una vez celebrado el cónclave autonómico, el PSdeG debe renovar las estructuras provinciales (en A Coruña debe elegir relevo de Formoso) y locales, citas clave para preparar las municipales de 2023 en lugares con problemas como la ciudad de Ourense.

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