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Sánchez encomienda a Formoso la tarea de llegar a la Xunta: “Gobernaremos Galicia”

El presidente del Gobierno ensalza al PSOE como protector del Estado del Bienestar | El líder del PSdeG se estrena con tres ofertas de pactos para blindar servicios públicos, industria e innovación

Formoso y Sánchez salundan en la clausura del XIV congreso del PSdeG, ayer, en Santiago. Xoán Álvarez

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, clausuró ayer el congreso de los socialistas gallegos, del que sale como líder Valentín González Formoso. Lo hizo con un mensaje claro sobre la vigencia de la socialdemocracia como defensora del Estado del Bienestar. “El PSOE es un partido imprescindible porque nunca le fallamos a España, como el PSdeG nunca le ha fallado ni fallará a Galicia”, clamó antes de arengar al nuevo jefe de filas de los socialistas gallegos: “Vamos a gobernar Galicia”.

Sánchez dispensó así al nuevo líder orgánico un papel cercano al de candidato, a pesar de que esa será otra batalla interna, pues los socialistas deberán celebrar unas primarias para elegir aspirante a presidir la Xunta en 2024, un proceso al que no descartan presentarse también el delegado del Gobierno, José Miñones, o incluso Gonzalo Caballero.

El PSdeG se rearma con una nueva dirección tejida por Formoso juntando piezas de los poderes municipales y con la intención de utilizar el ámbito local, donde gobiernan cinco ciudades y tres diputaciones, como “palanca” para alcanzar el Gobierno gallego, que solo presidieron en dos etapas. La primera, gracias a un tránsfuga que permitió la formación del tripartito de Fernando González Laxe. La segunda, el bipartito con el BNG liderado por Emilio Pérez Touriño.

Carmela Silva y Abel Caballero, con Formoso y Sánchez. Xoán Álvarez

Sánchez expuso un discurso que pretendía diferenciar la gestión de la crisis causada por el COVID-19, impulsando el “escudo social” sobre los más desfavorecidos, de los “recortes” aplicados por la derecha durante la etapa de Mariano Rajoy e incluso Alberto Núñez Feijóo en la Xunta.

También apostó por la diversidad. “No quiero una España pequeñita y gris, como quiere la derecha, la quiero de colores y con toda su diversidad y sus lenguas”, proclamó.

Lo hizo insistiendo en la necesidad de aprovechar el “momento trascendente” que supuso la pandemia y el avance tecnológico que cambiará, por ejemplo, la forma de trabajar.

También hizo un guiño a sus compromisos con Galicia, como la puesta en marcha del AVE Ourense-Madrid “con años de retraso” o la inversión de 1.070 millones de euros en los presupuestos de 2022. Olvidó menciones a dos cuestiones exigidas por Formoso: soluciones para el futuro de Alcoa y Ferrolterra.

La pandemia también jalonó parte de su discurso, en el que pidió vacunar a los menores de 12 años. “Vamos a ser un ejemplo en la vacunación de nuestros niños”, arengó a los suyos antes de aplaudir a Formoso por su actitud “constructiva” desde la oposición, frente a un PP estatal que “no cumple sus obligaciones” a la hora contribuir a luchar contra la crisis. “En un momento como el que vivimos es imperdonable”, zanjó.

Por su parte, Formoso ascendió al trono socialista tras haber ganado las primarias de finales de octubre ante Gonzalo Caballero, el secretario xeral saliente. El también presidente de la Diputación de A Coruña señaló como reto “reforzar la presencia del PSdeG en la sociedad”, tras haberse estancado en 14 escaños en las autonómicas del año pasado, pese al viento de cola que suponía Moncloa. “Tenemos que afrontar esa responsabilidad para que Galicia tenga el premio que merece: que el PSOE vuelva a estar al frente de la Xunta”, resumió.

¿La fórmula? Exportar el poder local. “Somos un partido municipalista. La primera palanca para llegar a la Xunta es tener un magnífico resultado en 2023”, dijo sobre los comicios municipales.

Formoso cerró filas con Sánchez, pero también dejó un recado en forma de petición de medidas explícitas contra la crisis industrial en A Mariña y Ferrolterra. Para ilustrar su defensa de un PSdeG “constructivo”, ofreció tres “grandes pactos” al resto de partidos. Uno, sobre la necesaria apuesta por la innovación tecnológica y científica. Otro, por la economía y la industria gallegas. Y el tercero, sobre la “defensa de los servicios públicos”. Ahí censuró a Alberto Núñez Feijóo, al que acusó de, tras doce años en la Xunta, “convertir la Atención Primaria en una mera línea de atención telefónica”.

Caballero ve en peligro la democracia interna por no permitirle presentar una lista a los órganos de dirección

Gonzalo Caballero se despidió ayer de la Secretaría Xeral con un reguero de reproches a la nueva dirección socialista, que frenó las candidaturas de los suyos a los órganos de dirección del partido en un intento de mantener una cuota de poder interno. Las “irregularidades” que alegaron para no registrar sus candidaturas suponen un peligro para la democracia interna del partido, denunció Caballero en las redes sociales.

En una clausura con viejas glorias del partido rehabilitadas como José Ramón Gómez Besteiro, Xosé López Orozco o José Blanco, la primera fila de autoridades no reservó hueco a un Caballero que llegó solo al evento cuando intervenía Formoso. Antes, a través de las redes, criticó que la organización del congreso impidiese el registro de una lista al Comité Nacional (se eligieron 210 miembros), alegando que se tramitó mediante correo electrónico y fuera de plazo.

Se desactivó, de esa manera, el último intento de Caballero de mantener un peso interno de calado, si bien continúa como diputado y portavoz en la Cámara, aunque Formoso lo apartará de este puesto. “Tenemos que fortalecer el partido a la vez que tenemos que respetar todas las reglas de funcionamiento interno”, declaró. “Cuando se debilita la democracia interna, se debilita la calidad democrática”, dijo. Sobre esta cuestión, Carmela Silva aseguró que entra dentro de la normalidad de un congreso y pidió “mirar al PP de Vigo”, envuelto en una polémica sobre su proceso interno.

La ejecutiva integra a una decena de antiguos apoyos “gonzalistas”

El PSdeG cerró su congreso con la herida abierta del sector partidario de Gonzalo Caballero, que dejó la Secretaría Xeral tras perder las primarias. Sin embargo, Formoso quiso ilustrar la “integración” de todas las sensibilidades del partido dando espacio a una decena de gonzalistas en la nueva ejecutiva, compuesta por 62 miembros y avalada por el 81%. Entre esos fichajes destaca Xoaquín Fernández Leiceaga, presidente del partido durante el mandato de Caballero, y que ahora se encargará de la secretaría de Política Económica.

También se integran el alcalde de O Carballiño, Francisco José Fumega; los regidores de Entrimo (Ramón Alonso) y Redondela (Digna Rivas), así como Carmen Fernández Morante, Paula Fernández, Luis López Bueno, Ana Isabel Galego y Rafael Arangüena. Destacan también por parte de la agrupación de Vigo Carmela Silva, presidenta de la Diputación de Pontevedra que asume la Presidencia del PSdeG, Abel Losada, que pasa a ser secretario de Cultura, y Patricia Fernández Calviño.

Por su parte, el PP criticó la elección de Silva, al que vinculan con la condena a un funcionario de Vigo por favorecer contratos con una empresa en la que trabajaba una de sus familiares. Silva destacó el peso de Vigo en la nueva dirección. “Deja claro que en este partido vamos todas a una, también el conjunto de las cuatro organizaciones provinciales”, apuntó. Por su parte, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, se refirió al proceso. “Estamos iniciando una etapa que tendrá que servir para la recuperación, y vista la marcha del congreso y de las listas de hoy, creo que se está acertando de pleno”, indicó.

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