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Batalla judicial de las afectadas de Essure

Decenas de mujeres que usaron el anticonceptivo en Galicia, pendientes de juicio | Un juzgado de Alicante falla por primera vez contra Bayer por el método defectuoso

Desde arriba a la izquierda: Mónica Expósito, Sandra Varela Amado, Lenny Carolina Hilario y María Jesús Veiga

Secuelas como dolores crónicos, hemorragias, molestias articulares, alergias, fatiga, cefaleas o incontinencia –esta última si fueron precisas varias cirugías para la extracción de los anticonceptivos, que son pequeños muelles de una aleación de titanio y níquel–. Es lo que alegan en su denuncia una veintena de mujeres gallegas que siguen sufriendo los efectos secundarios mientras esperan fecha de juicio en Vigo contra la farmacéutica Bayer, que comercializó el anticonceptivo Essure. De forma simultánea, su denuncia se dirige contra el Sergas, que se los instaló. Otra veintena de ellas aún esperan por la respuesta de la administración sanitaria, que se ha visto retrasada por el COVID. “Buscamos que se reconozca nuestro daño físico y psicológico. Hemos acabado mutiladas”, señalan. La única forma de extraer el aparato que les causó un reguero de alergias y rechazos fue, en muchos casos, una cirugía para extirparles el útero. Entre los últimos casos, ya con un protocolo de actuación sanitario aprobado, a algunas solo les extrajeron las trompas. Evalúan que en Galicia se pusieron estos anticonceptivos 1.800 mujeres. Un método que, paradójicamente, estaba llamado a ser el remedio alternativo a la ligadura de trompas.

“O me extirpaban todo el útero, o tenía que seguir conviviendo con ese metal que me envenenaba”

Mónica Expósito - Vigo

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A una de las afectadas en Vigo, Mónica Expósito, le quitaron el útero por laparotomía para retirar ese diminuto aparato alérgeno. “O me quitaba todo, o convivía con ese metal que me estaba envenenando”, explica mientras espera juicio. Ella no lo sabía, pero padecía alergia al níquel. Y señala a sus manos: “Antes no podía fregar un vaso porque se me caía y ahora me he sacado el carnet de moto”. Los efectos secundarios que denuncia, en su caso, tienen que ver con dolores articulares crónicos. La viguesa es una de las que primero se lo implantó en 2009. Ya tenía dos hijos y optó por un anticonceptivo definitivo. Luego de todo un calvario sanitario, le diagnosticaron artrosis, pero eso no justificaba tanto dolor... “Me acabaron diciendo que mi problema era psiquiátrico”, lamenta la viguesa. La queja se repite entre el colectivo a nivel de España: las han tratado como “las locas del muelle”.

Ante la persistencia de síntomas, muchas se derivaron a Psiquiatría o Neurología

Se trataba de un método anticonceptivo supuestamente ‘hipoalergénico’, con el que trataron de evitar el quirófano y una ligadura de trompas. El aparato fue retirado del mercado español en 2017 y del mundial un año después. La compañía esgrimió razones comerciales, no cuestiones de seguridad, para detener las ventas. El Sergas, que los implantó en Galicia, se hizo cargo de retirarlo luego de numerosos casos de efectos secundarios y de que dejase de comercializarse por Bayer. “El protocolo de retirada de Essure que puso en marcha el Sergas ha hecho que las intervenciones quirúrgicas sean más precisas y seguras. El problema es que deberían hacernos un seguimiento, y no es así. A muchas de nosotras, una vez operadas nos han olvidado”, lamenta Mónica.

Tras conocerse la primera sentencia en España que obliga a la multinacional farmacéutica a indemnizar a una auxiliar de enfermería murciana, que además de secuelas tuvo un embarazo no deseado luego de usar el muelle, se prevén nuevas demandas. Un juzgado de Alicante le reconoció por primera vez el derecho a 226.000 euros de indemnización de la afectada. “Dolores de cabeza insoportables, contracciones uterinas, erupciones cutáneas, fatiga, dolor articular, ansiedad, insomnio, gases, dolor pélvico, pérdida abundante de cabello o pérdida de memoria”, relata que vivió esa afectada. Tres mil quinientas mujeres en España están en esa situación –y muchas, desconocen la causa– según la Asociación Española de Afectadas por Essure y la plataforma Libres de Essure.

“No soy una sombra de lo que era; de tener dos trabajos y ser activa, a no poder ni disfrutar de mi hija”

Sandra Varela Amado - Ponteceso

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Desde Ponteceso, Sandra Varela fue una de las primeras en iniciar la demanda. En 2013 tuvo a su hija pequeña y solicitó la ligadura de trompas. De nuevo, le recomendaron Essure. “Me lo metieron por los ojos, prácticamente: que era maravilloso y no requería ingreso”. Ahora, la mujer valora: “Yo tenía dos trabajos, era una persona súper activa y pasé a estar cada dos por tres en cama, con dolores de articulaciones y el humor cambiado”, asegura. “Me dolía el hombro como si lo tuviera roto pero los médicos no me detectaban nada; al final, creen que eres tú”. Ahora, tras extirparle las trompas, los dolores siguen. “Tengo que tomarme medicación. Es un dolor continuo. Y yo no volví a ser una sombra de lo que era. Lo que más lamento es que me robaron los primeros dos años de mi hija, porque no pude disfrutarla”, indica.

“Perdí el pelo, me sentía agotada y creía que se me iba la vida... Acabé ingresada y con transfusiones”

Lenny Carolina Hilario - Ourense

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“Di a luz a mi último hijo en junio de 2013 y pedí una ligadura de trompas pero me ofrecieron el Essure”, asegura la vecina de Ourense, Lenny Carolina Hilario Guzmán. Desde el primer momento lo pasó “fatal”, indica. Pero fue en 2017 cuando comenzaron “dolores terribles”, por lo que tuvo que ir a urgencias varias veces. Comenzaron reglas con sangrados muy abundantes. “Fui al médico porque no aguantaba los dolores y desde principios de 2018, perdí el pelo, me sentía agotada... y creía que la vida se me iba. Pero los médicos sospechaban que era estrés. Un día no aguantaba el dolor; fui y me tuvieron que ingresar y ponerme transfusiones de sangre. Así, hasta la histerectomía”, lamenta. Es otra de las afectadas que denunció en Vigo.

“Tras quitármelo recuperé el gusto y desaparecieron las hemorragias y el dolor que me hacía cojear”

María Jesús Veiga Barreiro - A Coruña

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Entre las últimas en ponérselo está la gallega María Jesús Veiga Barreiro, de A Coruña, que lo instaló en 2015. “Llevaba un DIU de cobre y con 37 años tenía muy claro que no quería tener más hijos; cuando lo planteé me lo vendieron como un método que no acarreaba anestesia general, como la ligadura de trompas y que no daba alergias y lo vi ideal”. recuerda. “Me dijeron que no me iban a retirar el anterior DIU de cobre y, tras ponérmelo en el lado derecho, sentí un dolor muy agudo. Luego, en el lado izquierdo ese día ya no me lo pudieron poner”. Dolor y abundantes sangrados le llevarían luego a un reguero de pruebas. con las que fueron descartando desde endometriosis al virus del papiloma humano. “Estuve siete u ocho meses consultando a ginecólogos, pero no reconocían que podía ser del Essure. Me dijeron con otras palabras que estaba a punto de cumplir 40, que quizás fuera una menopausia precoz...”, recuerda. Sin embargo, en la analítica las hormonas estaban bien. “Me operaron en septiembre de 2019 y dejé de tener el dolor con el que llevaba tres años conviviendo. Desapareció el latigazo eléctrico que me hacía cojear de la pierna derecha y las hemorragias, al tiempo que recuperé el sabor”, reconoce. Su denuncia data de finales de 2019. Y ahí siguen, a la espera.

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