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Nuevas oportunidades para 8.000 repetidores

Alumnos en un instituto. ALBA VILLAR

Cada vez que la OCDE emite su informe sobre el estado de la educación, mira a España para reprocharle la elevada tasa de repetición entre sus estudiantes de secundaria (un concepto en el que ese organismo incluye desde 1º de la ESO a Bachillerato y FP de grado medio), la más alta entre los países integrantes, como hace constar otra vez en el dosier que difundía a principios de otoño. Uno de los objetivos de la reforma educativa auspiciada por la exministra Isabel Celaá, que ahora se ha concretado en un real decreto en el que se entiende la repetición como una medida “excepcional” y se deja al criterio colegiado del equipo docente valorar si un alumno puede pasar de curso al margen de las materias que suspenda, era precisamente rebajar la cifra de repetidores en todo el Estado. En Galicia, más de ocho mil escolares de la ESO podrían beneficiarse, en teoría, de las nuevas reglas del juego.

En concreto, un informe de la Consellería de Educación que recoge la matrícula del curso 2019/2020, el que se topó justo en el medio con la pandemia, cuantifica en 8.013 el número total de escolares gallegos repetidores en las enseñanzas de 1º a 4º de la ESO, con los mayores porcentajes concentrados en 3º y en 1º, tanto en la pública como en la privada.

La cifra supone una importante rebaja –casi una tercera parte– con respecto a la que ofrece la misma estadística de la Administración gallega relativa a una década atrás, para el curso 2009/10. Entonces, casi 11.500 niños y adolescentes aparecían como inscritos en el mismo curso de la ESO por segunda vez. La mejora, ya antes de que existiese actual reforma educativa, se asocia a los programas de refuerzo, y la Xunta alegó el seguir bajando la tasa de repetición cuando defendió adelantar los exámenes de recuperación de ESO al mes de junio.

Hay que tener en cuenta que Galicia no solo ha recortado durante los últimos años la tasa de repetición, sino también la relativa a abandono escolar. De hecho, en el año 2020, la comunidad marcó el menor porcentaje, por abajo, de escolares que plantaron estudios, con un 12 por ciento, cuando en 2009 el mismo dato rozaba el 26 por ciento, más del doble.

La repetición también sale a relucir en informes PISA. En alguno de ellos la OCDE alerta del “coste social y económico” que supone. En el de 2018 en concreto alegaba que “sigue siendo la asignatura pendiente” y un “reto esencial” del sistema educativo español.

En lo tocante a la parte económica, es posible hacer estimaciones. Si se tiene en cuenta el gasto público por alumno de centros públicos y concertados en FP y en la ESO con el dato que calculan desde el Observatorio de la Formación Profesional de Caixabank Dualiza, que se concretaría en 5.770 euros en Galicia con datos de 2019, esos ocho mil escolares se traducirían en una inversión extra de 46,2 millones de euros en un año.

Si a esos alumnos se les añaden quienes ya pasan por la experiencia de la repetición durante la etapa de primaria, donde la repetición es más residual, tendríamos unos 1.200 estudiantes más afectados en un solo año por la repetición en lo que exclusivamente la enseñanza obligatoria.

Las repeticiones pueden o no acumularse en un mismo alumno, pero el caso es que el informe de la Xunta permite constatar cómo más de un 28 por ciento de los estudiantes que tienen 15 años y a los que en teoría les tocaría por edad estar en 4º de ESO en realidad estarían matriculados en 3º de ESO (18,8%), en segundo (un 9%) e incluso en 1º (un 0,3 por ciento).

Con todo, todos esos datos se refieren al curso que arrancó antes de que el coronavirus irrumpiera en la vida en general y en la educación en particular. El balance provisional de ese año, una vez finalizado, dejó los porcentajes de escolares que no promocionaron en mínimos históricos, al acordar Ministerio y comunidades abrir la mano para no perjudicar a los estudiantes que sufrieron el curso del confinamiento. En concreto, los aprobados en secundaria, con datos avanzados por el Ministerio de Educación, rozaron el 96%, es decir, la tasa de repetición, que en el curso analizado por la Xunta oscila entre un 7,5% (en 4º) y un 9,4% (en 3º), caería al entorno del 4 por ciento. Lo mismo ocurrió en Bachillerato, donde rondaron el 95%.

El real decreto aprobado este martes por el Consejo de Ministros, que obligará a reformular el calendario escolar gallego, al menos en lo relativo a la etapa de secundaria ya que se prescinde de los exámenes de recuperación en ESO, cambia las reglas para primaria, ESO y Bachillerato, al relegar a un segundo plano los suspensos para que sea el equipo docente quien decida si ve al alumno preparado y al convertir la repetición en “excepcional”, reservada a cuando se agoten las medidas “ordinaria de refuerzo y apoyo”.

Celaá defendía que “la repetición no conduce a la mejora del alumno” y la ministra actual, Pilar Alegría, argumenta que “este sistema de evaluación hace hincapié en la detección temprana de las posibles dificultades, la adopción de medidas de refuerzo tan pronto como se vean necesarias y de medidas de recuperación para asegurar los aprendizajes poco asentados”.  

claves destacadas

  • Un coste por escolar de 5.770 euros

    Los alumnos que repiten en ESO, tomando el curso 2019/20 como referencia, conllevan un gasto extra de 46,2 millones de euros.

  • 8.000 alumnos repiten en ESO

    Según datos de la Xunta, en 2019/2020 cursaban alguno de los cuatro cursos de la ESO poco más de 8.000 repetidores.

  • En 10 años caen un 30% los repetidores

    La cifra de repetidores en secundaria de hace una década en Galicia superaba los 11.400 matriculados. El último dato es un 30% inferior.

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