La Universidad Intercontinental de la Empresa (UIE) ya tiene cara: ayer presentaba logotipo y escudo en Santiago, en su sede institucional, su rector, Miguel Ángel Escotet. Pero, además de indicar cómo se reconocerá por fuera la primera universidad privada de Galicia, el acto también sirvió para describir cómo será por dentro, su “modelo educativo”, con una filosofía que, advirtió Escotet, estará centrada en el estudiante, pero a cambio también exigir mucho de él, hasta el punto de que el rector lo comparó con una “dedicación exclusiva”.
“No queremos una universidad donde los títulos se regalan”,
“No queremos una universidad donde los títulos se regalan”, advirtió Escotet, para incidir en que, por el contrario, “va a costar mucho obtener el título”. De hecho, entre las numerosas características que diferencian a la universidad promovida por Abanca y Afundación de los campus más convencionales estaría el que, además de nota mínima para entrar –y pruebas específicas, incluso entrevista, aparte de la selectividad–, se establezca también un valor mínimo para seguir. Un rasgo “no muy común” en el sistema universitario español, explicó el máximo responsable del equipo rectoral de la UIE, “es el tener un rigor muy grande para el acceso, pero también para la permanencia”. De ahí, añade, que sus estudiantes, para permanecer en la universidad cada semestre, “tienen que tener un índice ponderado de las calificaciones que sea mayor de 6 en los grados y mayor de 7 en el posgrado”.
“No es un tema menor”, incidió. Además, los alumnos no se podrán jugar su rendimiento o calificaciones a una carta. En la UIE están descartados los exámenes finales, enfatizó. Serán reemplazados por un sistema de evaluación continua, para ver en el día a día “el avance del estudiante y cómo intervenir en el momento en que ese estudiante esté fallando o esté bien, porque también hay que reforzarlo”, alegó.
Esa enseñanza más “flexible y personalizada” también se manifiesta en cómo se organizan los estudios. Una de las premisas con las que operará la UIE, de forma que recuerda a los grados abiertos, es la “movilidad” entre las titulaciones. Tras acabar primero, los alumnos que hayan descubierto que no es lo suyo pueden iniciar otra carrera: la equivalencia de los créditos será total si se va a otra de la misma rama de conocimiento y de un 70% si es otra. Lo que sí es para todos son prácticas semestrales extracurriculares de al menos 25 horas desde el primer semestre y unas prácticas curriculares en el último, en “empresas de gran relevancia”, tanto españolas como internacionales.
Asimismo, se concibe la universidad como una institución que funciona doce meses al año y la educación se organiza en tres períodos, incluido un intensivo verano para que quienes lo necesiten o deseen pueden recuperar materias, pero también, al contrario, avanzar, para acortar la duración de su periplo académico. Un periplo que, a día de hoy, no se sabe cuánto costará. Escotet no quiso avanzar ninguna indicación al respecto, aunque insistió en que para aquellos que tengan “talento”, pero carezcan de fondos, estará el sistema de becas, al que se destinará el 15% de los rendimientos de la institución y que arrancarán a la vez que la universidad, el próximo curso. Aun así, admitió que no están aquí “para hacer una educación barata”.
Al respecto, Escotet subrayó que la Universidad Intercontinental de la Empresa no es un “negocio en absoluto”, sino que es de “servicio público” y sus recursos se revertirán en la propia institución. Frente a quienes puedan mostrar su suspicacia por que pueda competir, enarboló la bandera de la colaboración con otras universidades, las gallegas “primero” de todo –se mostró “cien por cien dispuesto”–, y aseguró que la UIE “tiene como vocación competir consigo misma, no con ninguna otra institución”. “Las universidades gallegas son buenas, cumplen su cometido, y yo” (en alusión al consejo rector) “no vengo ni a copiarlas ni a competir con ellas”, proclamó. Respecto a quienes rechazaban el proyecto, indicó que la institución “no afecta al presupuesto gallego”.
Escotet tampoco especificó, por ahora, con cuántos estudiantes espera estrenar los dos campus de Vigo y de A Coruña el próximo curso. Serán, en todo caso, “limitados”. “No estamos aquí por el negocio, sino por la calidad”, alegó, aunque concedió que se busca que la institución sea “sostenible”.
Un periplo que se estrena con una titulación “única” en España: Ingeniería de la Empresa
La Universidad Intercontinental de la Empresa –una universidad para la “innovación”, como la presentó Escotet, “comprometida con el desarrollo sostenible de la sociedad, de la cultura y de la economía gallega”– echará a andar en el próximo curso, 2022-2023, aunque cada año irá incrementando la oferta en un grado para adaptarse a los nuevos requisitos puestos por el Gobierno para gozar de la consideración de centro universitario.
De entrada, empezará con cuatro titulaciones de grado y cuatro de máster, todos en proceso de verificación o elaboración. Además, también esperan tener listos para su estreno dos doctorados. Toda la oferta estará muy vinculada a la empresa y, en concreto, entre los cuatro grados ofertados ya desde el curso que viene se incluye el de Ingeniería de la Empresa, una “novedad” en el sistema universitario español.
