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Feijóo lidera a los barones del PP que piden a Casado que se aleje de Vox

Feijóo, a la izquierda, y Casado en Cerdedo-Cotobade. | // G. SANTOS

Dentro de tres semanas, se cumplirá un año de la frase con la que Pablo Casado, presidente del PP, quiso marcar un punto de inflexión en su trayectoria y estrategia políticas. “Hasta aquí hemos llegado”, le espetó a Santiago Abascal, líder de Vox. La competencia por liderar la derecha en España se acentuaba tras haber alcanzado estos últimos los 52 escaños por los 89 de los populares. Aunque su relación es obligada si Casado quiere presidir el Gobierno, su misión capital es achicarle espacio electoral, así como fagocitar a Ciudadanos.

Los barones territoriales del PP aprovechan para intensificar sus mensajes a su jefe de filas para que deje de competir de tú a tú con Vox en intensidad de decibelios contra el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, y se ponga el traje de estadista. Solo Isabel Díaz Ayuso, con su estilo propio aficionada a los excesos verbales, se desmarca de esa línea. El resto de voces propone un camino que el gallego Alberto Núñez Feijóo resumió alertando contra el “frente populista y reaccionario a derecha e izquierda”, en alusión a Vox y Podemos. Sobre los primeros fue contundente: “Nunca hemos sido xenófobos, reaccionarios o insolidarios. Eso se lo dejamos a otros partidos”.

El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reapareció el lunes en Santiago para abrir la minigira de convenciones del PP antes de la cita de este fin de semana para rearmar su discurso y cúpula de cara a 2023, año de elecciones municipales y autonómicas en la mayoría de comunidades. Pidió alejarse de los eslóganes fáciles y de las tentaciones del “populismo”. Lo hizo, por cierto, después de que Casado rompiese también con el pasado para desprenderse de la carga de los casos de corrupción. Incluso anunció el abandono de la simbólica sede de la calle Génova.

Feijóo ha sido de los que más ha alzado la voz para distanciarse de Vox, aunque bajando el tono cuando los acuerdos con ellos le han permitido a su partido gobernar sin ser la lista más votada Andalucía, Madrid –este año el PP consiguió ser la papeleta con más apoyos– o la ciudad de Madrid. El lunes usó la experiencia gallega como guía: en la comunidad Vox carece de representación institucional. ¿La receta? “Centrarse”, “ensanchar el partido” y ofrecer gestión a la ciudadanía, según Feijóo, es decir, generar empleo y no enzarzarse en debates estériles o que no puedan ganar. Combatir en propuestas contra la crisis y no en el barro de promesas de soluciones rápidas, como dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Dimitris Schinnas.

El planteamiento de Feijóo es secundado por los presidentes de Andalucía (Juan Manuel Moreno), Castilla y León (Francisco Mañueco) y Murcia (Fernando López Miras), un bloque territorial receloso del efecto arrastre que pueda tener Ayuso sobre el centro de gravedad del partido. “Claro que sí hay que ensanchar la base social y hay que hacerlo ilusionando, convenciendo, demostrando que tenemos un proyecto serio, solvente y eficaz”, declaraba ayer el primero a El Mundo tras meses de tensiones con Vox.

“Las puertas están abiertas, somos el único partido capaz de aglutinar el apoyo mayoritario de los españoles que queremos un futuro mejor para nuestro país”, añadió Mañueco, que vive desde hace meses un enfrentamiento con Vox en su Parlamento regional hasta el punto de que los de Abascal le han exigido convocar elecciones por ser “marioneta de la izquierda”.

En Murcia, el idilio del PP con Vox también saltó por los aires, aunque tras aprobar junto a Ciudadanos el pin parental. “El PP es un proyecto alejado de posiciones extremas y populistas, contrario a los discursos radicales y excluyentes”, dijo Fernando López Miras, presidente murciano, a El Mundo.

Casado debe decidir el rumbo de su partido en un momento en que las encuestas parecen sonreírle. Un dirigente del partido en Galicia resume el sentir expresado por los barones. “Espero que siga por el centroderecha porque cuando se acercó a Vox sacamos unos resultados desastrosos”, recuerda sobre las generales de abril de 2019, en el que el PP 66 actas.

La batalla será dura porque Vox se juega mantenerse en el tablero y, sobre todo, su papel en un momento en que cualquier posible gobierno pasa por alianzas. Por eso no se arrugó ante los ataques de los barones del PP.

Su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, negó que su fuerza sea xenófoba y recomendó al PP “buscar en Google dos palabras: Fraga y populista”. “Igual se encuentra que el suyo lo es”, arremetió antes de atacar con todo.

“No sé si hay que hacer caso a Feijóo, a Ayuso o a Casado [...] Ellos están esta semana en el intento de revivir a un partido que se encuentra en un momento delicado”, espetó antes de dejar claro que, de momento, el PP necesita a Vox. “Si no quiere que nos pongamos de acuerdo con populistas igual no quiere que apoyemos a Ayuso en Madrid, al alcalde de Madrid o a la Junta de Andalucía”, finalizó.

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