Las llamas sin control que ayer afectaban al ayuntamiento de Ribas de Sil, en el corazón de la Ribeira Sacra lucense, arrasaron ya hasta la 11:00 de la mañana, hora de la última actualización de la Xunta, con más de 1.450 hectáreas de monte. El fuego se ha extendido, además, a los concellos vecinos de Quiroga y A Pobra do Brollón. El primero de los focos se inició pasadas las nueve y media de la noche del domingo, mientras que el segundo comenzó ayer al mediodía y pasó a nivel dos por su proximidad al núcleo de población de Rairos, situación de alerta que sigue vigente esta mañana. Ya por la noche se incorporó a los trabajos de extinción la Unidad Militar de Emergencia (UME), que ha sumado 220 militares, un helicóptero y tres drones o aeronaves no tripuladas. Las tareas se prolongaron durante toda la noche y continúan este martes, con la participación de los medios aéreos desde alrededor de las 10:00. Alrededor de las 13:00, la Consellería de Medio Rural ha comunicado que "el incendio evoluciona favorablemente".

Los militares se sumarán así al dispositivo de 78 vehículos, entre ellos dieciocho camiones autobomba y tres camiones nodriza, que tratan de controlar las llamas del fuego que afecta a Quiroga y A Pobra do Brollón y que se ha convertido en el peor incendio de Galicia en estos momentos.

Tres heridos

En las tareas de extinción hubo que lamentar un accidente en el que eres miembros de la Unidad Militar de Emergencias ( UME) resultaron heridos leves. Ocurrió por el vuelco de una motobomba y se produjo en la noche entre el lunes y el martes en un camino forestal en las cercanías del incendio, donde la motobomba quedó volcada de lado, pero "sin mayores consecuencias" para sus ocupantes. En esa madrugada, efectivos de la UME del Ejército también tuvieron que desalojar al único residente en la aldea de Berín, en la parroquia de Salceda, por la proximidad del fuego, y en este momento están trabajando en esa parroquia de A Pobra do Brollón, precisamente para proteger las casas y a personas que habitan en esa zona.

Caos en Rairos

El alcalde de Ribas de Sil, Miguel Ángel Sotuela Vega, ha comentado a primera hora de esta mañana que ayer se vivió un "pequeño caos" en la parroquia de Rairos. No fue necesario evacuar a ningún vecino, pero el fuego llegó a las puertas de las casas y hubo que sofocarlo, en algunos casos, con las mangueras particular de los habitantes. En declaraciones a la Cadena Ser, el regidor ha coincidido con la Consellería de Medio Rural en que se trata de un fuego intencionado. "No lo puedo entender, supongo que lo hacen sin saber lo que provocan", ha afirmado. Uno de sus concejales se quejó ayer de que las brigadas habían tardado en llegar al comienzo de las llamas, lo que permitió su rápida propagación. El fuego se vio favorecido, en todo caso, por las altas temperaturas y lo escarpado del terreno.

El conselleiro do Medio Rural, José González, se desplazó ayer a la zona y aseguró que la autoría es “claramente intencionada” y que las tareas de extinción estaban siendo complicadas por una temperatura de unos 34 grados, el fuerte viento y además arremolinado y un índice de humedad muy elevada. “El que prendió este fuego e hizo este desaguisado sabía perfectamente el daño que estaba haciendo”, declaró el conselleiro, que en sus declaraciones dio a entender que pasaba a considerarse como un único incendio, aunque hasta avanzada la jornada su departamento informó de manera independiente.

Añadió que los investigadores identificaron el foco primario “intencionado”, por lo que la investigación “va a tener resultados” y que se va a poner a “disposición” de la justicia al responsable.

La intensidad de las llamas y el viento provocó que la ciudad de Lugo quedara envuelta en humo, a pesar de encontrase a más de 80 kilómetros de distancia de los incendios que afectan al concello de Ribas de Sil.