El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, anuncia que «en una legislatura y media habrán desaparecido las fosas comunes de fusilados en España» y cifra en alrededor de 25.000 los cuerpos rescatables 85 años después de la Guerra Civil.

–Gasta la mayor parte de su presupuesto en exhumar fosas de fusilados...

–Es una prioridad del Gobierno. Hemos establecido un plan de choque con actuaciones en 114 fosas en este momento. Y un plan cuatrienal por el que a finales de año estaremos interviniendo en otras 303. En los seis años de Zapatero se abrieron 177.

–Hay quien sostiene que eso reabre heridas.

–Que mujeres de 90 años estén todavía pendientes de recuperar a su padre o su marido para darle digna sepultura pone de manifiesto que las heridas están abiertas. Y abrir la tierra, encontrar esos cadáveres y entregarlos es la mejor manera de cerrar las heridas. Es un acto de pura humanidad.

–¿Cuántos cuerpos rescatables quedan en fosas?

–Ya no quedan 114.000, como se ha dicho. En la posguerra hubo muchos más, según los fusilamientos constatados, pero han pasado 85 años, y en todo ese tiempo ha habido acontecimientos climáticos sobre fosas en cunetas, arroyos... o se les construido encima, y han ido desapareciendo. Cuando hubo que llenar el Valle de los Caídos, en 1959, se exhumaron 500 fosas de gente republicana, sin conocimiento de sus familias; son unos 11.000 cuerpos. Y en la Transición se hicieron exhumaciones. Y después otras más de 900, con más de 10.000 cadáveres. Hoy pueden quedar entre 20.000 y 25.000. Calculamos que en legislatura y media habrán desaparecido las fosas comunes de fusilados en España.

–Una parte de la sociedad aún cree que esta actividad es poco menos que rebuscar en Atapuerca.

–Esos no han visto Pico Reja, no han visto los tiros en la nuca ni las manos atadas con cables, los cuerpos atados unos con otros, las familias calladas y de luto toda la vida. Pero creo que la memoria democrática está en la agenda pública. La exhumación del dictador en el Valle de los Caídos fue un hito de justicia y fortalecimiento de nuestra democracia. Es cierto que ha habido un déficit de pedagogía de la memoria. Queremos que la memoria democrática, la historia de la democracia, entre en la escuela, en la ESO, en las universidades, en la formación del profesorado, en las oposiciones... que las futuras generaciones conozcan lo que nos ha costado alcanzar la democracia.

–¿También va a entrar en la formación de los cadetes, en las academias militares?

–Sin ninguna duda.

–Uno se da una vuelta por Ávila y se puede encontrar con Camuñas diciendo que el golpe del 36 estaba justificado. ¿Está creciendo una contramemoria?

–Una parte de la derecha y la extrema derecha está anclada en un relato construido por el franquismo en los años 40 para justificar el golpe y la Guerra Civil.

–Llega el otoño. ¿El trámite parlamentario de la nueva ley de memoria será un camino de rosas?

–Hago un llamamiento a todas las fuerzas democráticas, especialmente a los partidos de la izquierda, al PNV, a Esquerra Republicana, al Partido Comunista, porque es una ley importantísima.

–En Madrid lo tiene complicado. Es la ciudad donde se devuelve una calle a Millán Astray...

–Es preocupante por lo que supone de regresión en la cultura de la memoria. Se saca a martillazos la placa de Largo Caballero, o se quita el nombre de la calle Indalecio Prieto, o las placas de los fusilados en el cementerio de la Almudena, o los versos de Miguel Hernández, o se sustituye la calle de una maestra republicana, Justa Freire, por la de Millán Astray... La ciudadanía de Madrid no se merece este comportamiento de su alcalde.

–¿La Fundación Francisco Franco tiene los días contados?

–La ley habla de la extinción de fundaciones que no persiguen el interés general, y la apología del franquismo no responde al interés general.

–¿Cuando se ha recuperado el Pazo de Meirás, lo han encontrado muy vacío?

–Algunas cosas faltan. Ahora lo que queremos es que se declaren Bien de Interés Cultural (BIC) todos los muebles que hay. Meirás está declarado sitio histórico, en torno a dos figuras: Pardo Bazán y Franco. Pues bien: queremos que todo lo que tenga que ver con Franco y con Pardo Bazán lo declare la Xunta BIC, antes de que pueda haber resolución de los pleitos que hay al respecto.

–¿Cómo será el Valle de los Caídos en el futuro?

–La ley lo declara lugar de memoria. Pero un lugar de memoria que hay que resignificar. Y resignificar es explicar cómo se construye el Valle y quién lo construye y en qué momento, por fuerza de trabajo penada republicana. Y también explicar el significado, la simbiosis de religión y política que supuso el nacional-catolicismo. Se derogará la legislación franquista, que mantiene la Fundación de la Santa Cruz y los benedictinos. Y además no habrá nadie con lugar preeminente en la basílica.

–¿Ya han hablado con la familia de José Antonio Primo de Rivera?

–No creemos que haya problema para trasladarlo a otro recinto, porque se va a tratar con un exquisito respeto y espero que nos pongamos de acuerdo.

–¿Se mantendrá la cruz?

–Cuando hablamos de resignificar, hablamos de todo el monumento, y la cruz forma parte del monumento y del significado del monumento.

–¿Y se desacralizará la basílica?

–Es pronto para hablar de eso.