La pandemia ha provocado un incremento de los empleos públicos. Sobre todo, de personal sanitario y profesores. Como consecuencia, el número de personas que trabajaban en alguna de las administraciones en Galicia superó a finales del año pasado las 200.000 personas. La última vez que se había alcanzado esta cifra había sido en 2012. Buena parte de la culpa de este incremento se debió a la Xunta. A finales del pasado año, la plantilla de la administración gallega estaba formada por 99.405 personas. Nunca antes se había alcanzado este número.
Sin embargo, una vez pasados los primeros embates de la pandemia, el empleo público (sobre todo sanitarios y personal educativo) se ha reducido: 5.500 puestos de trabajo menos en el primer semestre de este año. Esta caída supone romper una racha de año y medio en la que el empleo público no había parado de crecer desde los 184.000 trabajadores del tercer trimestre de 2019 a los 202.500 del pasado diciembre: 18.500 empleos más en 18 meses, algo más de 1.000 cada mes. Sin embargo, la rebaja de los 5.500 entre enero y junio supone que se destruyeron 30 empleos por día en las administraciones gallegas, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Cuando el empleo público creció durante el pasado año, los sindicatos achacaron la subida a la pandemia, debido al refuerzo que necesitaron la Sanidad y la Educación gallegas para hacer frente a los efectos del coronavirus.
La pandemia ha traído consigo que la cifra de trabajadores de la Xunta gallega alcanzase cifra la más alta de la historia con casi 100.000, debido sobre todo a la contratación de sanitarios y profesores.
Desde 2007, la cifra más baja de empleados públicos de la Xunta se alcanzó en enero de 2019 con 85.612 personas, según los datos del Boletín Estadístico del personal al servicio de las Administraciones Públicas que ha publicado el Ministerio de Política Territorial y Función Pública. Los efectivos de la Administración gallega habían encadenado tres años de recortes: en 2016 eran 86.499; en 2017 cayeron hasta los 86.268; en 2018 hasta los 86.098 y en 2019 hasta los 85.612. En total, en estos tres ejercicios el volumen de empleados se había reducido en 887: un 1%. Pero desde la cifra más baja hasta el pasado enero, el incremento ha sido de 13.793 personas (un 16,1% más).
La Xunta suma el mayor porcentaje de trabajadores públicos en Galicia con el 64% del total. La Administración local (ayuntamientos y diputaciones) y estatal casi empatan: la primera cuenta con un 17,8% y la segunda, con 17,6%.
A finales de junio trabajaban en Galicia en alguna de las administraciones (estatal, autonómica, provincial o local) 197.000 personas, frente a las 202.500 del pasado diciembre. Esta última cifra es la cuarta mayor de la historia tras los 202.700 de diciembre de 2011; los 203.600 de septiembre de 2010 y los 204.900 de marzo de 2012, récord histórico en Galicia, tras el que se produjo un ajuste en todas las administraciones que en solo 15 meses destruyeron 32.000 puestos de trabajo.
Galicia no solo rebasó en diciembre los 200.000 trabajadores públicos, alcanzó la mayor cifra en ocho años y la cuarta mayor de toda su historia, también fue la única comunidad que había enlazado seis trimestres seguidos de crecimiento del empleo público. Ninguna otra se acercaba a esa marca.
En el recorte de 5.500 empleos del primer semestre del año, los grandes damnificados han sido dos. Por una parte, los que tenían un contrato fijo que protagonizaron todo el descenso del empleo público. Y por otra, los hombres, que absorbieron el 91,9% de los puestos de trabajo perdidos, pese a que representan el 40% de todos los puestos de trabajo públicos.
Durante el primer semestre de este año, las bajas de mujeres ascendieron a 750, mientras que las de hombre fueron 4.750 (de la suma entre una y otra salen los 5.500 puestos de trabajo que se destruyeron entre enero y marzo).
Tras las 5.100 incorporaciones de mujeres de 2020 y las 600 del primer trimestre de 2021, el total de las que trabajaban en las administraciones gallegas en marzo alcanzo las 118.200. Fue la cifra más alta de la historia. En junio se han reducido a 116.900. Por el contrario, los 84.800 hombres que había en diciembre fue el máximo desde 2012. Ahora son 80.100.
La diferencia entre hombres y mujeres llega a los 36.800, muy cerca del récord de 38.100 de septiembre de 2019. En los últimos 20 años, solo en el segundo semestre de 2014 había más varones que mujeres trabajando en las administraciones gallegas. Desde 2013, la diferencia entre ambos sexos ha ido en aumento.
Temporalidad
Dos han sido los protagonistas de la pérdida de 5.200 empleos públicos durante el primer trimestre del año. Por una parte, los hombres que se han anotado el 91,9% de los puestos de trabajo que han desaparecido, y, por otra, los que tenían un contrato fijo que han protagonizado todo el descenso del empleo público.
En 2020, los contratos temporales en las administraciones públicas se incrementaron en 9.500. Dos de cada tres nuevas incorporaciones tuvieron este tipo de contrato. En el primer semestre de este año la situación ha empeorado. Los indefinidos disminuyeron en 5.650. El 102% de los 5.200 que se perdieron, mientras que los temporales se incrementaron en 150 más.
El empleo público en la comunidad pierde calidad. Por primera vez desde 2008, el porcentaje de contratos temporales en los organismos gallegos roza el 30% (29,3%). Pese al elevado porcentaje es un punto menos que la media nacional (30,6%), y el quinto más bajo.