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Galicia escala puestos en el ranking europeo de innovación pero flaquea en gasto en I+D

Destaca en población formada, pero empeora en cuanto a inversión pública y privada destinada a investigación

Galicia mejora en innovación pero arrastra importantes debilidades, que la siguen situando por detrás de uno de sus principales competidores, el Norte de Portugal, y también por debajo de la media de la UE. Es el diagnóstico que arroja el último Informe de Innovación Regional de la Comisión Europea, correspondiente al año 2021. Galicia consigue escalar 34 puestos en el ranking europeo. Si hace dos años ocupaba la plaza 190, ahora se sitúa en la 156 de un total de 240 regiones. Sin embargo, a pesar de que mejora en la mayoría de los indicadores analizados falla en uno clave: el gasto en I+D del sector público y privado, que no solo empeora respecto a 2019 sino que sigue muy alejado de la media europea.

La Comisión Europea evalúa 21 indicadores para valorar el grado de innovación de las regiones, un factor clave que determina el grado de fortaleza de sus economías.

Galicia se sitúa en el grupo de regiones de innovación moderada, pero en el nivel bajo pues lleva el añadido de un negativo. Su calificación mejoró en 16 puntos en dos años hasta los 78,9 siendo la media europea de 100. Si se compara con el resto de España ocupa el octavo puesto en el ranking, muy por detrás de regiones encuadradas en la categoría de “fuertes” como País Vasco o Madrid.

El Norte de Portugal, sin embargo, empeora su situación respecto a hace dos años y, por lo tanto, se acortan las distancias con Galicia. Baja del puesto 100 al 151, situándose aún así por encima de la comunidad gallega en el grupo de regiones de innovación moderada de grado medio.

La mayor fortaleza de Galicia está en su marco institucional. El sistema educativo y las políticas activas de empleo son considerados elementos alentadores de la innovación. Y, gracias a ello, la comunidad gallega se sitúa por encima de la media de la UE en porcentaje de población con estudios superiores, en aprendizaje permanente y en número de hogares con banda ancha. También destaca en publicaciones científicas internacionales, situándose en el 99 por ciento de la media europea.

Por el contrario, la debilidad de Galicia está en el I+D, que no es lo mismo que la innovación. La investigación se mide como la inversión para adquirir conocimiento y la innovación es aplicar ese conocimiento para ampliar capital y ser más competitivos. Los expertos defienden que el I+D es lo que permite sacar al mercado productos más novedosos y disruptivos.

La comunidad gallega partía ya en 2019 de una mala situación respecto a la inversión en investigación y desarrollo y dos años después empeora su nota. El gasto público en I+D se sitúa ahora en el 64 por ciento de la media de la UE mientras que el desembolso empresarial está solo en el 32 por ciento –lo que rebaja a Galicia al puesto 68 por la cola del total de 240 regiones europeas–.

Y ésta es también una de las principales diferencias con el Norte de Portugal. En inversión privada en I+D los lusos casi doblan la puntuación que la Comisión Europea da a Galicia y también nos superan en gasto público en investigación.

Sin embargo, en desembolso en innovación por persona empleada la comunidad gallega aventaja a sus vecinos portugueses. Es decir, Galicia sale mejor parada en innovación y peor en I+D. También obtiene buena puntuación en cuanto al número de pymes que colaboran, superando en este indicador al Norte de Portugal.

En cuanto a los baremos más pegados a la actividad empresarial, de nuevo los portugueses toman la delantera. Según el análisis de la Comisión Europea, el Norte de Portugal obtiene el doble de nota que Galicia en la “innovación de productos” y en “los procesos de negocio”. También es notable la brecha que hay en las solicitudes de marcas registradas donde los vecinos lusos sacan gran ventaja a la comunidad gallega. De hecho, Galicia empeora su puntuación en este indicador.

Pero la otra gran debilidad de la región gallega, a pesar de mejorar levemente respecto a 2019, está en las “aplicaciones de diseño”. La diferencia con el Norte de Portugal es abismal –triplica la puntuación que obtiene Galicia– y además la comunidad está en el 47 por ciento de la media europea.

“Fiamos demasiado a las ayudas públicas, pero falta darle facilidades al talento”

Xosé H. Vázquez - Catedrático de Organización de Empresas de Uvigo

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Xosé Henrique Vázquez FDV

Catedrático de Organización de Empresas en la Universidad de Vigo, Xosé Henrique Vázquez centra sus investigaciones en la dinámica de la innovación tecnológica y organizativa. En su opinión, Galicia debe acometer reformas institucionales para facilitar la innovación.

–Galicia escala puestos en el ranking europeo de innovación. ¿Vamos por el buen camino?

–Progresamos adecuadamente, pero en comparación con nosotros mismos. Si nos comparamos con la media europea ahí es donde tenemos algo más de dificultades. Hay regiones que han recuperado hasta treinta y pico puntos como la región central lituana. Las cosas no van mal pero no estamos creciendo al ritmo que crece la media europea.

–¿Y en relación con Portugal?   

–Ahí les ganamos en el marco institucional. Pero si nos fijamos en inversiones en I+D salimos bastante mal parados. Se ve una diferencia significativa. El Norte luso invierte más en investigación y desarrollo, innovan más en producto y en modelos de negocio.

“La comunidad gallega mejora pero en actividades crecientemente obsolescentes”

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–Pero Galicia está mejor en gasto en innovación por persona empleada. ¿Eso qué significa?   

–Eso es positivo, por supuesto. La “i” pequeña del I+D+i se refiere a los gastos en los que tienes que incurrir para comercializar un nuevo producto o un proceso desde el gasto logístico, el marketing, las ventas... Pero algo aparentemente tan positivo también puede reflejar una debilidad. Y es que cuanto mayor es el gasto en “i” pequeña, significa que somos progresivamente mejores en actividades crecientemente obsolescentes. Cuando tú inviertes mucho en “i” pequeña y menos en I+D lo que estás haciendo es mejorar aquello en lo que ya eres bueno, pero no te está abriendo nuevos mercados ni estás sacando productos radicalmente nuevos.

–¿Es mejor centrar el esfuerzo en I+D y no en la innovación?   

–Se necesita innovación, pero si solo inviertes en esto, lo que ocurrirá es que aquellos productos y procesos que introduzcas en el mercado van a ser muy parecidos a los que ya tienes. Te haces mejor en lo que ya eres bueno, pero siempre podrá venir alguien que lo haga más barato. Si inviertes en I+D público y privado, ahí es cuando tienes la posibilidad de sacar elementos disruptivos y mucho más innovadores.

–Es decir, ¿hay que invertir más en I+D?

–Se invierte poco en I+D tanto la administración pública como las empresas, pero también es verdad que no conviene ver el proceso de innovación como un proceso lineal que se inicia en la I+D. No todo se resuelve poniendo más dinero. Si ahora nos vienen más fondos europeos, igual lo que estás subvencionando no es un proceso de innovación real sino simplemente proyectos que no llegan al mercado.

–El Norte de Portugal también nos gana en registros de marca y en diseños industriales. ¿Por qué?   

–Es por el mayor dinamismo empresarial del Norte luso. Llevan diez años con mayor dinamismo que Galicia. Nosotros les ganamos en colaboración de pymes. Esto se debe a que nosotros tenemos un Gobierno autonómico y una Axencia Galega de Innovación (GAIN) que tiene políticas públicas públicas propias que estimulan la colaboración. Si quieres acceder a determinadas ayudas, no es que te obliguen, pero si cooperas te va a puntuar más.

–¿Qué es lo que falla en Galicia?

–Confiamos demasiado en el poder de los programas públicos de subvenciones. Son necesarias, pero no resuelven el problema fundamental, que es la excesiva rigidez de nuestro marco institucional para autoestimular todo el talento transformador que hay en nuestras empresas y en nuestras universidades. Tenemos un montón de talento emprendedor, innovador, que está sometido a tantas rigideces que al final se desmotiva o pasa de todo.

–¿Y cómo se mejora?

–Hay que dar más margen de actuación a ese talento que sin duda tenemos, darles más flexibilidad.

–¿Se refiere a que hay demasiada burocracia?   

–Faltan reformas institucionales que hagan fácil que la gente emprendedora innove. No se lo estamos poniendo fácil. Para hacer eso hace falta un acuerdo entre los agentes políticos, sociales y económicos para configurar pactos por la Galicia de 2030, porque el índice regional de innovación de 2030 hay que hacerlo hoy, no se conseguirá en 2029.

–Entonces ¿no se trata de poner más dinero, sino de dar más facilidades para innovar?

– El dinero nunca viene mal, pero eso tiene que venir acompañado de reformas que liberen el potencial de todo el talento que tenemos. No se trata solo de subir la inversión pública, sino de que alguien quiera ese dinero para invertir, para hacer cosas. Puede haber proyectos, capturadores de rentas públicas, pero otra cosa es que me incentives, que me pongas fácil innovar. La universidad, por ejemplo, se parece cada vez más a un ministerio y los sistemas de control están bien para un ministerio pero no para una universidad. Porque cada vez que quieres dar un paso adelante tienes a alguien cogiéndote por la camisa. 

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