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El Consello de Bioética pide al Sergas que no discrimine en cirugías a pacientes sin COVID

Personal sanitario atiende a un paciente en la UCI. | // RICARDO GROBAS

El Consello de Bioética insta a la Consellería de Sanidade a no discriminar en la atención sanitaria a pacientes sin COVID. Así, explica que el coronavirus no debe convertirse en un criterio para priorizar el acceso de enfermos a cirugías o a las Unidades de Cuidados Intensivos. De hecho, este órgano asesor aconseja al Sergas que “mejore” los baremos que aplica para decidir el ingreso en las UCIs y apruebe protocolos técnicos “de manera uniforme” en toda Galicia.

La irrupción de la pandemia ha obligado a las autoridades sanitarias a centrar sus esfuerzos en la contención del virus. Se han reservado camas y UCIs para enfermos de COVID y se han aplazado consultas e intervenciones quirúrgicas, lo que ha derivado en un incremento de las listas de espera. Según los últimos datos de junio, la demora media para entrar a quirófano se sitúa en 70 días, un mes menos que hace un año pero todavía por encima de los niveles prepandemia a los que no se volverá, según reconoce la propia Xunta, hasta 2022.

En este contexto, el Consello de Bioética, un órgano independiente formado por expertos en la materia que asesora al Sergas, plantea a la Consellería de Sanidade sus recomendaciones “para la asignación de recursos limitados en la atención sanitaria”.

Según explican, la pandemia supuso “una presión añadida” sobre los sistemas de salud que ya estaban limitados tanto en recursos humanos como materiales y que pueden “verse comprometidos a nivel territorial de manera desigual y en momentos no coincidentes”. Por eso los expertos en bioética lanzan una serie de advertencias.

Recomendaciones

En primer lugar instan a “no discriminar las necesidades de cuidados de los pacientes con patologías no COVID”. El Consello de Bioética defiende que se incluya en la priorización de recursos a la totalidad de los enfermos, sobre todo en lo referente a “las cirugías programadas no demorables, las cirugías urgentes y otro tipo de urgencias esperables”.

De la misma manera reclaman que se valore el ingreso en UCI de todos los pacientes que lo tengan indicado, “independientemente de su patología COVID o no COVID”.

A pesar del elevado número de contagios de esta segunda ola, el porcentaje de ocupación de camas en Cuidados Intensivos sigue siendo bajo, pero los hospitales establecen circuitos COVID independientes y reservan recursos para afrontar un eventual incremento de casos graves que requieran respiración asistida.

“Los criterios de priorización se deben aplicar a todos sin discriminación previa, porque la necesidad de priorizar será flexible según la disponibilidad de los recursos y no debería descartarse ningún paciente con un potencial beneficio”, advierten los expertos en bioética.

Protocolos

Y aunque ya existen protocolos que fijan los criterios para priorizar a unos pacientes sobre otros en el acceso a la atención sanitaria, el Consello de Bioética advierte que son distintos según el área sanitaria. “Para evitar inequidades debe haber un consenso sobre la escala a usar para que sea lo más uniformes posible en toda Galicia”, reclaman.

En todo caso, sugieren que en algunos casos se ingresan pacientes en UCI cuando no es realmente necesario. “Hay que asegurar otras opciones terapéuticas y tener en cuenta que hay tratamientos intensivos como la ventilación no invasiva o la diálisis que pueden hacerse fuera de las UCIs”, explican.

En este sentido, instan a adecuar los ingresos en cuidados intensivos al “esfuerzo terapéutico”, es decir, no aplicar medidas extraordinarias o desproporcionadas para la finalidad terapéutica que se plantea en un paciente con mal pronóstico vital o mala calidad de vida.

A la hora de tomar decisiones sobre qué personas deben tener prioridad en la atención sanitaria, este órgano independiente plantea además “liberar” a los médicos que tratan a los enfermos para “aligerar el peso moral” que supone tener que elegir entre uno u otro paciente. En su lugar, proponen delegar esta tarea en los comités de ética asistencial que existen en todas las áreas sanitarias.

Otra de las propuestas del Consello de Bioética es que el Sergas establezca procedimientos que faciliten obtener una serie de indicadores para identificar en cada momento “donde se están registrando las principales presiones sobre los recursos sanitarios” y así poder tomar medidas para corregirlas.

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