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Familias y expertos ven un “parche” la paga a dependientes en lista de espera

Asociaciones de enfermos de alzhéimer celebran la ayuda del plan de choque, pero piden más servicios para atender al colectivo

Un “parche” positivo, pero insuficiente, ante un problema estructural que requiere mayores servicios y un cambio en el sistema. Familiares de dependientes y expertos coinciden a la hora de opinar sobre el plan de la Xunta de ofrecer una paga económica a 5.000 personas con derecho a una prestación y que se encuentran en lista de espera para financiar un servicio de cuidados o el coste de un empleado en el domicilio, financiada con 45 millones de euros aportados por el Gobierno central dentro de la estrategia de choque para mejorar la atención a este colectivo, como adelantó ayer FARO.

“Esta opción está bien, pero es un parche. Debe haber más recursos para atender a la población dependiente y para prevenir los síntomas de enfermedades como las demencias. Ahora mismo, en Galicia no hay residencias ocupadas al 100%. Es inexplicable y es un problema de gestión”, apunta Miguel Ángel Vázquez, presidente de la Asociación Gallega de Geriatría, que añade que para cubrir la totalidad de plazas de un servicio como ese es necesario contar con recursos humanos y económicos suficientes.

En Galicia existen actualmente 63.322 dependientes que reciben alguna prestación, aunque otros 4.113 tienen derecho a ella y están en lista de espera. A ellos se añaden quienes están pendientes de valoración de su estado, pues existen 76.757 solicitudes.

“La respuesta de la administración debe ser de emergencia social ante esta cuestión”, apunta García. “Muchas personas fallecen esperando por una plaza a la que tienen derecho y el coste de las residencias o centros de día privados superan la capacidad económica de sus familias”, lamenta sobre un problema que crecerá ante el envejecimiento progresivo de la sociedad gallega. Una cuarta parte ya supera los 65 años.

También consideran positiva la decisión de la Xunta desde la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras Demencias de Galicia (Afaga). Su presidente, Juan Carlos Rodríguez, reclama, sin embargo, ir más allá y agilizar el sistema de tramitación de valoraciones de dependencia, en lo que coincide Anfaco, en A Coruña. Elisa Catoira, de esta última, lamenta que se tarden 18 meses de media en Galicia cuando en otras comunidades se solventa en tres meses.

“Además, debería permitirse usar esos recursos extra no solo en centros de día o residencias, sino en recursos terapéuticos de asociaciones. Se nos dijo que se permitiría y hay familias esperando cobros”, añade Rodríguez.

Por su parte, Catoira alerta de la urgencia de atender a este colectivo, cuyos cuidados asumen mayoritariamente las mujeres.

“Nos concedieron la ayuda en octubre tras un año, pero seguimos esperando recibir el dinero”

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María Vázquez, enferma de alzhéimer, y su marido, Dionisio Barrio. J. B.

Jorge Barrio vive con sus padres. Él tiene 85 años y ella, 82, agravados por el alzhéimer que sufre. El pasado mes de octubre, recibió una carta en la que le reconocían derecho a prestación por su dependencia “tras un año” de lucha burocrática. Con esa ayuda, trata de mejorar la situación de su progenitora mediante talleres de estimulación cognitiva, evitando de momento los centros de día o las residencias. “En octubre nos concedieron la prestación, pero aún me deben todo. Me adeudarán alrededor de 1.200 euros, que he justificado de sesiones de estimulación cognitiva”, apunta Barrio.

Su opinión sobre el plan de la Xunta de ofrecer una paga extra a las familias de dependientes que están en lista de espera para cofinanciar servicios mientras aguardan la resolución de sus casos le genera escepticismo. “Necesitamos menos anuncios y más medidas reales para cubrir las necesidades de los dependientes”, apunta Barrio desde Vigo, donde reside con sus padres.

Además, la suya, como la de otras seis familias, es una situación peculiar. Consideraba que el bono coidado especial de la Xunta para dependientes durante la pandemia cubriría también los servicios de estimulación cognitiva en asociaciones como Afaga, en Vigo, además de estancias de en centros de día o similares. “Pero hace dos o tres meses, nos llegó una carta denegando ese pago porque el de Afaga no es un centro de día específico. En otras provincias, familias en nuestra situación sí lo están recibiendo. Hablamos de poca cantidad. En nuestro caso serían alrededor de 270 euros. Venían a darle clase de estimulación sensorial a casa durante la pandemia”, relata Barrio, que lamenta el efecto perjudicial del COVID sobre la salud de pacientes de alzhéimer y similares.

“Es una debacle cambiarle las rutinas a una persona en esta situación. Nosotros notamos mucho el efecto sobre la salud de mi madre”, reconoce.

Finalmente, pide flexibilidad a la administración a la hora de realizar trámites burocráticos, por ejemplo en lo relativo a las cuentas bancarias. “Mi madre carecía de una cuenta y nos ha dado problemas. Es un ejemplo más de los obstáculos en estas situaciones”, concluye.

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