El pasado 25 de junio entraba oficialmente en vigor la ley de eutanasia, que regula la prestación de ayuda para morir en ciertos supuestos y entre quienes sean “capaces y conscientes” cuando formulen la solicitud. Antes de que existiese esta normativa, sin embargo, los ciudadanos ya podían dejar constancia hasta cierto punto de su “voluntad sobre los cuidados y tratamientos que podría precisar en el futuro y sobre el destino final de su cuerpo” para que sus deseos sean tenidos en cuenta y respetados llegado un momento en que carezca de capacidad para manifestarlos, como explica en su web el Sergas al describir el documento de instrucciones previas, que ya han activado más de 12.200 gallegos, de ellos más de 600 en el primer semestre de 2021.
Los gallegos que han inscrito su última voluntad sanitaria en el Rexistro de Instrucións Previas superan ya los 12.000 | Mujeres y mayores de 65, los que más dan el paso
En ese documento ya se podía indicar, por ejemplo, el deseo de que al declarante no le sean aplicadas técnicas de soporte vital u otras dirigidas únicamente a prolongar su supervivencia o explicitar la voluntad de “no prolongar la vida en sí misma en situaciones clínicamente irreversibles”, como consta en uno de los modelos colgados por la Consellería de Sanidade en internet.
La ley de eutanasia, en 7 claves
La regulación permite realizar el suicidio asistido en un centro médico o en el domicilio del paciente | La petición de ayuda a morir deberá ser revisada por dos médicos y la Comisión de Garantía creada en cada comunidad autónoma
Las instrucciones previas, o testamento vital, son una alternativa por la que optan cada día más gallegos que quieren dejar explícito, no solo los cuidados que desean recibir, sino además si desean donar sus órganos y tejidos para trasplantar a otras personas que los necesiten o para ser empleados en investigación.
La pandemia acelera el testamento vital
Más de 11.300 gallegos dejan constancia de su voluntad médica en el Rexistro galego de instrucións previas, un 20% más que a finales de diciembre pasado
Solo este año, en el primer semestre, el Ministerio de Sanidad da cuenta en Galicia de más de 600 nuevos documentos. En concreto, los datos recopilados en el Registro Nacional de Instrucciones Previas elevan los testamentos vitales en Galicia a un total de 12.238 con fecha de julio, mientras que a enero les constaban 11.613: son 625 declarantes más.
Cataluña
97.212
Andalucía
44.739
Madrid
35.505
País Vasco
33.091
C. Valenciana
31.695
Canarias
13.538
C. y León
13.313
12.238
GALICIA
Fuente: Ministerio de Sanidad
Aragón
11.156
Navarra
11.048
Baleares
10.757
TOTAL
C. La Mancha
8.883
Asturias
8.139
346.952
Murcia
5.405
Cantabria
3.947
La Rioja
3.834
Extremadura
2.269
Ceuta y Melilla
183
Simón Espinosa
Cataluña
97.212
Andalucía
44.739
Madrid
35.505
País Vasco
33.091
C. Valenciana
31.695
Canarias
13.538
C. y León
13.313
GALICIA
12.238
Fuente: Ministerio de Sanidad
Aragón
11.156
Navarra
11.048
Baleares
10.757
C. La Mancha
8.883
Asturias
8.139
TOTAL
Murcia
5.405
346.952
Cantabria
3.947
La Rioja
3.834
Extremadura
2.269
Ceuta y Melilla
183
Simón Espinosa
Cataluña
97.212
Andalucía
44.739
Madrid
35.505
País Vasco
33.091
C. Valenciana
31.695
Canarias
13.538
C. y León
13.313
12.238
GALICIA
Aragón
11.156
Fuente: Ministerio de Sanidad
Navarra
11.048
Baleares
10.757
C. La Mancha
8.883
Asturias
8.139
TOTAL
Murcia
5.405
346.952
Cantabria
3.947
La Rioja
3.834
Extremadura
2.269
Ceuta y Melilla
183
Simón Espinosa
No obstante, y a pesar de que han mejorado las cifras durante la pandemia, que ha azuzado la necesidad de los ciudadanos de dejar constancia por escrito de lo que desean por si luego se ven incapaces de hacerlo, la comunidad gallega sigue en los puestos de cola si se analiza la tasa por mil habitantes de declarantes con instrucciones previas activas. Este parámetro permite comparar cifras y el dato gallego, que es de 4,53, se queda muy por debajo de la media estatal (en 7,71). Solo Castilla-La Mancha (4,34), Extremadura (2,13) o Madrid (3,58) registran números inferiores, además de Ceuta y Melilla, que están de últimas con 1,07.
Testamento vital: ¿qué será de mí cuando ya no pueda decidir?
Galicia también se diferencia de otras autonomías en que no constan declarantes extranjeros. En cuanto al perfil general, no ha cambiado demasiado en los últimos años. Las mujeres son las que se preocupan más, a tenor de los datos, en dejar constancia de sus voluntades sanitarias: protagonizan dos de cada tres casos. La preocupación por atar esos cabos va a más conforme avanza la edad: el 51% de declarantes tienen más de 65 años. Solo 228 tienen menos de 31.
En la ley de eutanasia, tal y como consta en su preámbulo, “se articula también la posibilidad de solicitar esta ayuda mediante el documento de instrucciones previas o equivalente, legalmente reconocido, que existe ya en nuestro ordenamiento jurídico”. En una de sus disposiciones finales se incluye el “promover” entre la ciudadanía “la realización del documento de instrucciones previas”. En Galicia este mismo año el Consello Galego de Bioética, tras la situación vivida con la pandemia, alentó por su parte a la Xunta a animar a la población a hacerse dicho documento.