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Una FP dividida entre el rosa y el azul

Izquierda: alumnado de Peluquería en el IES de Teis. Derecha: estudiantes de ciclos en FP Innova Marta G. Brea / Xoán Álvarez

A finales del pasado año la directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno, prologaba un informe sobre publicidad y campaña navideña de juguetes indicando que “para ellas se nos ofrece un universo predominantemente rosa, poblado de muñecas y objetos destinados principalmente al cuidado (...), mientras que, para ellos (...) sigue imponiéndose el universo del motor y el manejo de herramientas, incluidas las tecnológicas, (....) asociadas a la construcción/creación en sus múltiples variantes”. Aunque estos estereotipos están cada vez más cuestionados, la matrícula en los ciclos de FP da a entender que haberlos, haylos. Al menos así lo entiende el Consejo Escolar del Estado, que plantea que las autonomías promuevan, mediante campañas de sensibilización, las titulaciones vinculadas a cuidados entre los varones y las de tipo industrial entre las chicas.

El Consejo Escolar incorpora esta petición en su informe sobre el anteproyecto de la nueva ley de FP, que incluye cuestiones relacionadas con la propuesta del órgano consultivo al referir, en sus principios generales, la “eliminación de los estereotipos profesionales y sesgos de género en las opciones formativas profesionales”. El Consejo Escolar sostiene que los ciclos vinculados a los cuidados de las personas o a los servicios a la comunidad, entre otros, son de “mayoritaria composición femenina”. Al contrario, los puestos de trabajo del sector industrial están “estereotipadamente considerados trabajos masculinos”.

Hay mayoría de chicos en Electricidad o Mecánica y de chicas en Educación Infantil

En el caso de Galicia, este esquema se reproduce, como permite constatar la estadística de matrícula relativa al curso 2018/2019 publicada por el Ministerio de Educación. Ya de entrada, si se analizan los datos de los ciclos de grado medio y superior de carácter presencial, ellos son la mayoría (58% y 55%, respectivamente). En los estudios de grado medio, llegan al cien por cien en ciclos como Operaciones subacuáticas e hiperbáricas, Electromecánica de Maquinaria o Mantenimiento de estructuras de madera y mobiliario de embarcaciones. En cambio, las chicas superan el 95% en ciclos como Estética y belleza y el 87% en Atención a personas en situación de dependencia.

En los ciclos superiores de tipo presencial, ese desequilibrio persiste. Todo el alumnado de Mantenimiento Aeromecánico de Aviones con Motor de Turbina está conformado por chicos, mientras que en Caracterización y maquillaje profesional y en Estética integral y bienestar las cifras se dan la vuelta.

En ambos niveles los chicos destacan en familias como Electricidad y electrónica, Informática, Instalaciones y Mantenimiento, Energía o Marítimo-Pesquera, entre otras. Lo opuesto se da en Imagen personal, Sanidad, Servicios a la comunidad o Textil y confección.

Asimismo, se nota una gran brecha de género en la FP Básica. Los chicos suponen siete de cada diez inscritos en una opción pensada para quienes no acabaron la ESO, lo que se vincula a que la tasa de abandono educativo temprano es de casi el doble entre los varones. En estos estudios, en el ciclo de Instalaciones electrotécnicas y mecánicas y en Actividades Marítimo-Pesqueras, todos los alumnos son hombres. Las cifras más altas de mujeres (más del 80%) se dan en Peluquería y Estética y en Actividades de panadería y pastelería.

En FP a distancia, las chicas se imponen, pero el esquema aguanta. En Gestión Forestal o Construcciones Metálicas (ciclos superiores) los varones suponen más del 90% y en Educación Infantil solo un 3,3%. En grado medio, las chicas ocupan seis de cada cien puestos en Instalaciones eléctricas automáticas y ellos solo uno de cada diez en Atención a las Personas en Situación de Dependencia.

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