Más de siete mil escolares de las aulas gallegas están en el punto de mira de la Fundación Urxencias Sanitarias Galicia-061 por padecer alguna patología de carácter crónico que puede desencadenar crisis agudas “potencialmente mortales”. Para facilitarles, si lo precisan, una atención “inmediata y eficiente”, están inscritos y “fichados” en el programa de “Alerta escolar”, que gestionan desde la central de urgencias y que cuenta con la ayuda in situ del profesor, que funciona como “las manos, ojos y oídos” del médico del 061 en el lugar de la urgencia, en tanto no llega la ayuda especializada”, como explican desde la Consellería de Educación. En el último lustro esta iniciativa ha duplicado sus beneficiarios, sobre todo por el crecimiento de los niños con alergias, que suponen casi la mitad de los alumnos vigilados.
No obstante, como explica el director de Coordinación de la Fundación del 061, el doctor Román Gómez, eso se debe a que el programa tiene cada vez más difusión. Conforme se conoce, más aumentan los inscritos. Pero que se haya alcanzado la cifra más elevada desde que el plan arrancó, ya hace más de un cuarto de siglo, tiene que ver también con los intervalos de edades que cubre, que se han ampliado por abajo hasta los cero y por arriba hasta casi los 21 años, añade. Con todo, este profesional calcula que, dada la evolución demográfica de la comunidad, es probable que el programa alcance pronto un número más o menos estable de usuarios.
Sus principales protagonistas son los alumnos que estudian en los centros educativos no universitarios que sufren alguna alergia, una patología que según algunos facultativos del propio programa ha ido en aumento. En su mayoría, explica Gómez, se trata de alergias alimentarias (a frutos secos, pescado...), pero en ciertos casos están vinculadas a las picaduras de abejas o avispas.
Pero si los alumnos con alguna alergia acaparan casi la mitad de los casos (casi 3.300), el segundo contingente más numeroso, casi el 40 por ciento de los inscritos, es de niños con epilepsia, unos 2.400 en números absolutos. Las cifras se complementan con más de 900 niños diabéticos, 75 asmáticos y casi medio millar con otras patologías. Ahí se incluirían casos de niños “con riesgo de muerte súbita” y menores que tienen asistencia domiciliaria de aparataje de electromedicina, por ejemplo niños con riesgo de apneas y que tienen respiradores o con patologías neuromusculares que pueden tener riesgo de obstrucción de la vía aérea, incluso algún paciente paliativo oncológico..., pero son casos “muy puntuales”, señala.
¿Y cómo funciona la “alerta”? El primer paso lo da el docente, que es quien detecta el cuadro y, una vez identificado, llama al 061. Dado que los niños están filiados y se conoce su patología, el médico al otro lado de la línea le indica cómo actuar. La mayoría de casos se resuelven in situ administrando medicación y en el 061 suelen atender tres o cuatro de estas llamadas por día y por ahora, en todos estos años, no han tenido que lamentar ningún fallecimiento. Para acceder al programa, se precisa un informe médico con diagnóstico y recomendaciones asistenciales y cubrir un formulado. Después en el 061 se valora su inclusión en el programa.
Patologías que se suman a la iniciativa
Lo que arrancó como un programa que buscaba enviar al “cole” a niños que se detectó que no estaban escolarizados sigue creciendo con la incorporación de nuevas patologías. Las tres principales son alergia, epilepsia y diabetes, pero se están sumando casos de asmáticos o de cardiopatías congénitas, para establecer recomendaciones del ejercicio físico que pueden hacer. En la actualidad, el 061 está en contacto con la Asociación de Glucogenosis para introducir a estos niños, con riesgo de hipoglucemia, pero no se corrige como a los niños diábeticos. también en el programa.
