El cambio climático se mide en decenas de muertes en Galicia
Entre 1991 y 2018, más de un tercio de todas las muertes en las que influyó el calor fueron atribuibles al calentamiento global. Esta es una de las conclusiones a las que llegó un estudio internacional con participación del investigador gallego Dominic Royé – que acaba de obtener el galardón ‘Roser Majoral Moliné’– y que muestra por primera vez la contribución real del cambio climático provocado por el hombre al incremento de mortalidad debido al calor.
Las aportaciones de este análisis, el más grande que de este tipo se ha realizado, acaban de ver la luz en la revista Nature Climate Change con datos de 732 ciudades en 43 países El impacto del calor durante el verano respeto al cambio climático fue mayor en países mediterráneos como España, Italia y Grecia, concluye el estudio. “Concretamente, el número de muertes por calor relacionado con el cambio climático supera la barrera de los 700 por año en las capitales de provincia de España”, señala Dominic Royé.
Por ejemplo, esta cifra roza el centenar en Barcelona y supera los 170 en Madrid. El estudio calcula que Galicia experimenta cerca de una veintena de muertes al año a causa del calentamiento global. El cambio climático está afectando a la salud humana de varias maneras y una vía directa está representada por el aumento de la mortalidad y la morbilidad asociadas al calor. Los escenarios de las condiciones climáticas futuras predicen un aumento sustancial de las temperaturas medias y la aparición de fenómenos extremos cómo olas de calor, lo que implicará un incremento de la presión asistencial en los sistemas de salud. Sin embargo, hasta ahora, ningún estudio había evaluado si estos impactos ya se habían experimentado en las últimas décadas y en qué medida. La investigación evidencia que el 37% de las muertes relacionadas con el calor entre 1991 y 2018 pueden ser atribuidas a cambios en el clima relacionados con las actividades humanas.
Galicia tendrá olas de calor mucho más intensas y un 50% más duraderas
Galicia resentirá el cambio climático con un incremento de los días de olas de calor –de entre el 50% y el 100%, llegando a más del 120% de aumento en Ourense hasta dentro de tres décadas– pero también lo vivirá en la intensidad de esas jornadas tórridas. Los días de valores extremos subirán entre el 40% y el 60% en general pero en las zonas más afectadas, Ourense y Lugo, habrá incrementos de hasta el doble de jornadas.
Un estudio sobre proyecciones climáticas en el que participa la UVigo y la Universidad de Santiago de Compostela y que acaba de publicarse en la revista internacional Atmospheric Research, prevé que la intensidad de las olas de calor en España y Portugal se duplicará hasta el año 2050.
“En Galicia, el mayor impacto se espera en el interior de Ourense y Lugo. En el contexto estatal, el aumento en términos generales de nuestra comunidad es menor; el incremento de calor en las provincias del interior es más similar al resto de España"
Sobre los porqués, Royé explica: “La costa gallega, Vigo incluido, se comporta como la fachada atlántica: con menos aumento de intensidad y días de olas de calor., debido al rápido cambio del tiempo por la entrada de masas de aire del Atlántico”. “Sin embargo, las proyecciones auguran incrementos que superan un porcentaje de cambio superior al 50% en el número de días con ola de calor y en más de un 20% en lo que respecta a la intensidad máxima de las mismas”, añade.
En España, el horizonte que se espera es que se duplicará el registro histórico de días de ola de calor: hasta un 104%. También, la intensidad de los días tórridos aumentará en el peor de los escenarios, hasta el 100% .
“Pasamos de una media de días de ola de calor de 22 en la franja del año 1971 a 2000 a prever entre 41 y 50 días de olas de calor entre 2021 y 2050. En la intensidad, de 11ºC a 21ºC y 25ºC y la extensión media de 16% a 26% y 31%, respectivamente”, aclara.
En la Península, según el estudio publicado, los peores cambios se producen en la región centro-este, llegando al 150% para la costa mediterránea y los Pirineos. Los autores de este trabajo, entre los que figuran los investigadores Nieves Lorenzo, Alejandro Díaz-Poso y Dominic Royé, también estiman una mayor extensión de las olas de calor, con efectos directos en una mayor exposición humana, un aumento de la demanda de energía e implicaciones para el riesgo de incendio.
Por otra parte, un estudio internacional coordinado por el investigador Dominic Royé ha detectado que el calor nocturno excesivo y la duración de las noches con elevadas temperaturas constituyen una causa directa de mortalidad. Las noches calurosas incrementaron la mortalidad, entre los años 2001 y 2014, en un 26% en Madrid; un 14%, en Bilbao; un 13%, en Sevilla; y un 6%, en Barcelona .
Mientras, otros grupos de investigación trabajan en la búsqueda de soluciones para mitigar los efectos del cambio climático: pintar los tejados de blanco y hacer más zonas verdes mitigaría los efectos de las olas de calor en las ciudades y reduciría hasta en 4,7º la temperatura diurna, según un estudio del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La investigación demuestra que las actividades antropogénicas y los materiales de construcción favorecen la acumulación de calor en las ciudades, y que la radiación solar almacenada durante el día en el asfalto y los edificios se libera lentamente durante la noche, generando un importante estrés térmico.
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