La pandemia de COVID-19 ha disparado la cifra de familias con graves problemas económicos, con dificultades para llenar el carrito de la compra o adquirir medicamentos. Con ese objetivo, la Xunta puso en marcha el verano pasado un “bono alimentos” consistente en una ayuda de 150, 200 o 300 euros mensuales. La medida ha ido ampliándose hasta el 30 de junio próximo. Ante el crecimiento de la demanda, la administración la extenderá hasta final de año.

“No estamos en condiciones de dejarla sin efecto”, justificó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, sobre una tarjeta monedero que reciben ya 32.900 hogares en la comunidad. En tres meses, la cifra pasó de 20.000 a esa cifra, lo que supone que 140 familias reclaman esa ayuda a diario.

Feijóo explicó que este bono pretende ayudar a familias con problemas económicos mientras no reciben una renta de inclusión gallega o el ingreso mínimo vital. La ampliación supondrá 5 millones de euros, con lo que el coste de la medida desde su puesta en marcha alcanzará los 31 millones.