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Los Maristas investigan ya dos denuncias por abusos en su colegio de Vigo

El colegio del Pilar en Vigo

Los Maristas investigan ya dos denuncias con pruebas documentales por abusos sexuales y violencia en los años sesenta en su centro escolar de Vigo. El colegio halló en sus archivos la que presentó en su día el padre de una de las víctimas y los investigadores de la congregación se han se han puesto en contacto con la familia; por otra parte, el empresario vigués R.C. envió dos correos a la orden para contar su propia experiencia y refrendar la existencia de abusos y palizas. Se producen a raíz de la denuncia pública formulada por ocho exalumnos hace un par de días, contra cuatro religiosos ya fallecidos y tienen en común al menos, a uno de ellos: el hermano Castañón que habría continuado los abusos en un colegio de A Coruña a donde lo trasladaron.

No me supuso un trauma, lo siento por aquellos a los que destrozaron la vida

“Yo soy fuerte, no me causó ningún trauma y he sido un niño feliz, pero lo he sufrido y lo siento por aquellos que vivieron cosas peores y a quienes les destrozaron la vida usando el poder que tenían como sacerdotes, por eso todavía es más reprobable. Pero no todos eran así y muchos ni sabían lo que pasaba. Escribí a la congregación por si mi testimonio les sirve de ayuda. Me encontré con que tienen ganas de solucionar el problema, aunque ahora poco más que escucharnos y pedir perdón pueden hacer, dado que los pederastas han fallecido y han transcurrido más de 50 años. Si en su momento se hubieran puesto más medios para que no ocurriera... Es aborrecible que rompan los votos de castidad y lo paguen con niños. No basta con cambiar al cura de colegio, donde vaya hará lo mismo”, incide el empresario vigués, que reside a cientos de kilómetros de su ciudad natal.

Lectura en el regazo del profesor

Llegó al colegio El Pilar en 1959, con cinco años, y se marchó con 13. Después estudiaría en París y Madrid. Recuerda que cuando tenía unos 9 años, el subdirector les obligaba a subirse en su regazo para leer “mientras sentíamos que algo se movía”. En otra ocasión, dice, le llevó con otros cuatro o cinco escolares al aula de Preu y cerró la clase por dentro con llave. “Estaba sentado en el pupitre del profesor situado en lo alto y empezó a llamarnos para leer en su regazo mientras se masturbaba. Cuando iba a llegar mi turno empecé a portarme mal y levantar la voz. Logré que abriera la puerta y nos dejara marchar”.

Abusos físicos y humillaciones

No obstante, son los abusos físicos y las humillaciones que recibió lo que le hizo sufrir más: “En eso fui el adalid. Sufrí mucho físicamente por mi forma de ser. Puñetazos, sangre... No había ningún control. No eran coscorrones. A mi no me creó ningún trauma, pero se discernir lo que hicieron mal conmigo”.

Desnudo de cintura para abajo

Recuerda que cuando tenía 11 años pasó algo con una pelota de fútbol en el recreo: “Estaba en casa, sobre las 7 de la tarde, cuando llamó el director para que me presentara en el colegio. Me llevó al despacho y me obligó a desnudarme de cintura hacia abajo. Me echó boca abajo en su regazo y con aquella manaza enorme que tenía empezó a pegarme en culete. No llegué a sangrar pero durante 10 días no pude sentarme. La paliza y la humillación fueron enormes. ¡Semejante grado de sadismo y humillación hacia un niño!”, lamenta.

Bromuro en la sopa en León

A los 13 años le tocó repetir curso y lo mandaron interno a los Maristas de León. “Tuve suerte de caer en un dormitorio corrido y comunicado por el techo. Pero había habitaciones cerradas y allí pasaban cosas graves, aunque no lo viví de forma directa eran de dominio público. Todas las noches cenábamos sopa con un 60% de bromuro para que no nos masturbáramos. No entiendo como no se la daban a los pedófilos que eran lobos que luego iban en busca de niños que éramos tiernos corderitos”, reflexiona.

Claro que había hermanos pedófilos, pero sobran tintes políticos

Se ha decidido a aportar su versión porque: “Claro que había hermanos maristas pedófilos en aquellos años en Vigo, pero no todos lo eran y creo que sobra el tinte político que algunos quieren darle vinculándolo a la dictadura. Yo he denunciado ahora mi caso ante la congregación por todas las víctimas, para refrendar lo que ocurrió. Sufrí abusos sexuales y violencia física, pero no se cometían en base a ideas políticas. Los pedófilos actúan en todos los países y en todos los ámbitos. No han dejado de existir, tampoco son solo cosa de la Iglesia, no están en un gremio concreto. Basta ver el caso de la Federación de Gimnasia de EEUU o el del magnate Jeffrey Epstein”, explica el antiguo alumno del colegio vigués que quiere evitar confrontaciones y defiende aunar la lucha de todos contra los pedófilos.

El arzobispo de Múnich dimite por “la catástrofe de los abusos sexuales”

En un gesto ejemplar el cardenal Reinhard Marx ha presentado su renuncia como arzobispo de Múnich por corresponsabilidad “en la catástrofe de los abusos sexuales cometidos por funcionarios de la Iglesia en las últimas décadas”. La decisión de aceptarla corresponde ahora al Papa. “Las víctimas esperan una señal, que alguien se haga cargo de la responsabilidad de la institución entera y del pasado. Incluso si esa persona es declarada en el futuro inocente por las investigaciones, la víctima espera que asuma la responsabilidad”, expuso el purpurado alemán. En una carta al Pontífice del pasado 21 de mayo, el purpurado denuncia errores administrativos y personales pero, sobre todo, “una derrota institucional” de la Iglesia por no dar crédito a las víctimas y preocuparse más por su reputación.

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