El confinamiento y las restricciones de movilidad impuestas por el COVID han marcado nuevos hábitos en el día a día. Pasar más tiempo en casa y con limitaciones de aforo en los comercios y negocios han llevado a cada vez más usuarios a hacer compras online. La pandemia ha provocado un boom del comercio electrónico, ya no solo de la cesta de la compra para evitar aglomeraciones en el supermercado sino también de ropa y calzado, juguetes, móviles o portátiles e incluso muebles. Pero esta comodidad a golpe de clic desde el sofá de casa ha sido aprovechada para cometer delitos económicos a través de la red. Solo en el primer trimestre de este año fueron detectadas en Galicia 6.757 estafas, lo que supone una media 75 cada día y representan el 36,4% de las más de 18.500 infracciones penales registradas, según las estadísticas de delincuencia publicadas ayer por el Ministerio del Interior. Son precisamente los engaños económicos los que están detrás del aumento de la criminalidad en el arranque de año en Galicia: un 4,7% más frente a la caída en el conjunto del país del 9,3%.

En concreto, los delitos económicos repuntaron un 87,3%, pero en el caso de las estafas bancarias el aumento fue todavía mayor: un 130%, según datos facilitados por el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones.

Junto con Aragón y La Rioja, Galicia sufrió entre enero y marzo más delitos que el primer trimestre del año pasado, marcado por el estallido del COVID con el primer estado de alarma en vigor desde el 14 de marzo hasta finales de junio. En este primer trimestre, la comunidad gallega fue el territorio donde más aumentaron las infracciones penales (4,7%), seguida de La Rioja (2,4%) y Aragón (1,3%). En el resto hubo una tendencia a la baja.

Pese al aumento de la delincuencia en Galicia, las cifras suponen un porcentaje bajo en el conjunto del país: el 4,3% de las más de 431.000 infracciones penales registradas en los tres primeros meses de este año en España. Se trata de casi dos puntos menos que el peso de la población gallega en el mapa demográfico nacional.

“Si tomamos como referencia los cuatro indicadores principales que determinan la seguridad de una región (delitos contra la vida, contra el patrimonio, daños y hurtos), en estos tres meses Galicia registró un descenso de 17,6% en este tipo de delitos”, destacó Miñones en un comunicado. Estos datos mantienen a la gallega como una de las comunidades más seguras, añadió.

Por provincias

A nivel provincial, Pontevedra presenta el índice más elevado: 29,2 infracciones penales por cada mil habitantes frente a los 29,8 de hace un año; le sigue A Coruña con 28,7 frente a 31,2 de hace doce meses; Ourense 24,3 frente a 26,3 y, por último, Lugo con 21,1 frente a 22,5.

Pontevedra fue la que soportó un mayor aumento de los delitos en el arranque del año, un 9,1% más que el mismo periodo de 2020. En Lugo, se incrementaron un 3,7%,; en A Coruña, un 2,4%; y en Ourense, un 0,7%.

En cifras totales, A Coruña lidera la tabla con 8.055 delitos, seguida de Pontevedra con 6.900. Lejos de esos datos se encuentran las provincias del interior: Ourense, con 1.881, y Lugo, con 1.726.