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La comida basura gana terreno en Galicia

Una hamburguesa gigante en una cadena de comida rápida. EFE

Metido de lleno en la década de los 40, a Javier le sigue entusiasmando la comida rápida, esa que los nutricionistas marcan en rojo por sus dañinos efectos sobre la salud debido a las grasas saturadas y calorías vacías que aportan, sin que ello esté acompañado de demasiados nutrientes positivos para el cuerpo. A Javier tanto le gustan los menús compuestos por hamburguesas y patatas fritas que incluso en las bodas ha optado por ellos, para sorpresa de quienes no lo conocían bien o no habían compartido mesa con él. Hasta lo han invitado en una gran cadena de “fast food” alguna vez para premiar su fidelidad. Pues bien, las cifras revelan que cada vez hay más Javieres en Galicia. Durante los últimos seis años, los gallegos que optan por la comida basura de forma habitual se han duplicado, encendiendo las alarmas por los problemas de salud generados por el abuso de estos productos.

El aumento de sobrepeso y obesidad dispara el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares

El año pasado, 205.900 personas reconocieron comer al menos tres veces por semana comida rápida, la mayoría de ella identificada con el término “comida basura”. De ellos, 44.600 la sitúan a diario en su plato, cifras alejadas de los 117.500 y 22.400, respectivamente, del año 2014, según revela la Encuesta de salud europea, que identifica ese producto con “comida que se caracteriza por prepararse con rapidez y servirse y consumirse también con rapidez, así como por ser económica”.

Hamburguesas, perritos calientes pizzas, patatas fritas... Muchas calorías vacías y pocos nutrientes, como advierte Rosaura Leis, profesora del área de Pediatría de la Universidade de Santiago y experta en nutrición. La mayor presencia de estos alimentos en los hábitos familiares se traslada a los niños, en los que aumentan el sobrepeso y la obesidad y los problemas derivados de estos, como colesterol alto, hígado graso, déficit nutricional de vitamina D, yodo o calcio y riesgo de enfermedades cardiovasculares. De hecho, los gallegos son los cuartos en España con la peor percepción de su bienestar físico y mayor índice de sedentarismo.

Esto, combinado con el aumento de la comida basura, dispara la obesidad. Hasta 849.500 gallegos padecen sobrepeso y 357.200, obesidad, según la Encuesta europea de salud. Galicia se sitúa en los primeros puestos de esos indicadores, que amenazan con disparar los problemas de salud crónicos asociados.

El recurso a las calorías vacías sin nutrientes preocupa a los expertos

Las alertas sanitarias y las campañas en favor de una dieta saludable parecen incapaces de contrarrestar las supuestas comodidades de la comida rápida: su velocidad y su escaso precio. Y ello, a pesar de que incluso algún documental plasmó el daño del abuso de esos productos. En 2004, Super Size me retrató a su director comiendo tres veces al día en un McDonald’s durante 30 días, período en el que engordó 11 kilos y sufrió varios problemas de salud.

Este tipo de alimentos ganan adeptos en Galicia con el paso del tiempo. Quienes optan por esta comida menos de una vez por semana descendieron de 719.700 a 698.500, igual que los que nunca eligen estos menús (de 1,1 millones a 997.200), pero crecieron quienes recurren a ellos una o dos veces por semana (de 383.300 a 444.900), así como los que lo hacen con mayor frecuencia o incluso a diario.

Sobrepeso

Entre 2014 y 2020, la radiografía de salud europea muestra también un repunte del sobrepeso cercano a los cuatro puntos. Si bien la obesidad casi se mantiene (16,91% frente a 16,49%), los datos de sobrepeso aumentan considerablemente del 35,7% de 2014 al 35,2% del ejercicio pasado.

A nivel estatal, los porcentajes de quienes se decantan por las hamburguesas y las pizzas se mantiene establece: del 2% al 1,83% en el recurso a diario y del 6,7% al 6,9% al menos tres veces por semana, según la estadística revelada la semana pasada por el INE.

“Ya tenemos un problema de salud pública por la mala alimentación”

Rosaura Leis - Profesora del área de Pediatría de la USC y experta en nutrición

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Rosaura Leis

–Los datos apuntan a un aumento considerable de los ciudadanos gallegos que recurren al menos la mitad de la semana a la comida basura. ¿Es el fin de las dietas tradiciones?

–Hay varias causas. Estamos viendo una pérdida de adherencia a las dietas tradicionales, sean la mediterránea o la atlántica, en el caso de Galicia, que son las más saludables. Estamos viendo que esto se produce sobre todo en los niños y en las edades medidas, y deriva de nuevos hábitos en las familias.

–¿Por qué?

–Algunos estudios demuestran que el principal elemento que marca la cesta de la compra es la conveniencia, se compra lo que resulta más fácil. Y ahí gana la comida rápida, al tiempo que se ve favorecida por la publicidad.

“Vemos niños con problemas como colesterol alto o hígado graso”

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–También se apunta en algún estudio el impacto de la situación económica de cada familia.

–Sí, la parte económica juega un papel fundamental. Las calorías vacías, que aportan muy pocos nutrientes, son normalmente más baratas, pero generan más obesidad y sobrepeso y todos los problemas asociados, desde hipertensión a enfermedades cardiovasculares, colesterol algo... Y este tipo de alimentación tiene más prevalencia en los niveles económicos y educacionales más bajos. Es la mayor discriminación social que existe actualmente, las patologías asociadas al sobrepeso son discriminatorias en ese sentido. Además, se está viendo que en pandemia también ha afectado y la gente tiende a comer peor.

–Con los riesgos asociados al sobrepeso que fomenta la comida rápida, ¿tendremos un problema de salud dentro de 20 años?

–No en 20 años, hoy tenemos un problema de salud pública que afecta sobre todo a los niños. Ya se ven algunos con problemas derivados de una mala alimentación, como tensión alta, hígado graso, colesterol alto e incluso déficit nutricional de hierro, calcio o vitamina D. En los últimos 30-40 años, se ha triplicado el sobrepeso.

–La pregunta obvia es cómo resolver este problema.

–Hay muchas campañas de marketing de productos no saludables y eso solo se combate con formación curricular en los primeros años del colegio. No se trata tanto de informar sobre proteínas, sino decirles a los niños cómo elegir la comida saludable, cómo se compra, cómo se lee un envase. Pero esa formación se imparte en la escuela y en casa, las familias deben implicarse. Un niño come lo que come su familia y la adherencia a las dietas tradicionales la mantienen las abuelas. Debemos transmitir también que un pescado a la plancha requiere poco tiempo.

CLAVES

  • Crece el sedentatismo

    Galicia es la cuarta comunidad con menor actividad física, lo que agrava el problema de sobrepeso, que sufren casi 850.000 gallegos.

  • Barata y rápida

    La conveniencia marca la cesta de la compra y la rapidez y bajo precio de la “fast food” es idónea para familias con pocos ingresos.

  • Mal menú a diario

    Casi 45.000 gallegos optan por la comida rápida a diario, el doble que en 2014, según la Encuesta europea de Salud.

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