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Úrsula Martínez Álvarez Ingeniera Aeroespacial de Pontevedra

“Hay chicas que renuncian a su vocación en carreras STEM por estereotipos machistas”

Úrsula Martínez con una impresora 3D que usa para sus prototipos, ayer en Madrid. FdV

La pontevedresa Úrsula Martínez, graduada en Ingeniería Aeroespacial y especializada en vehículos espaciales por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), participa en el desarrollo de experimentos para la Estación Espacial Internacional a sus 23 años. Es una de las cuatro ponentes de un coloquio virtual que se celebra hoy para estudiantes de primaria y secundaria –en la webinar del Cesga– organizado por la Secretaria Xeral de Igualdade y el Centro de Supercomputación de Galicia en el “Día Internacional das Rapazas nas TIC y con colaboración del Colexio Profesional de Enxeñaría en Informática de Galicia.

Fuiste premiada como mejor estudiante de ESO de Galicia. Considerabas entonces que el reto académico era aprender. ¿Es uno de los mensajes que quieres trasladar a estos estudiantes hoy?

–Ahora, sin duda, me reafirmo. De la carrera aeroespacial he aprendido muchísimo. Aunque es muy dura, sales con una cantidad de conocimiento y con una forma de ver el mundo distinta. Lo que realmente te realiza no es solo aprender, sino poder aplicarlo a los problemas que se te plantean.

–Estudiaste en Pontevedra. ¿Qué determinó y en qué momento que eligieras una ingeniería enfocada al mundo aeroespacial?

–A mí siempre me gustaron los ordenadores y la tecnología. Si había algún aparato por casa que tuviese tornillos y dejaba de funcionar, era raro que no fuera yo y lo abriera: tenía mucha curiosidad por saber que había dentro de las cosas. Desde muy pequeña también me gustó leer acerca del espacio: el concepto de inmensidad y de los planetas y los satélites. Así que, con 11 o 12 años, me fui dando cuenta y descubrí lo que era la ingeniería aeroespacial. Creí que podía llegar a aunar lo que a mí me gusta. Y también me decliné por ello en segundo de la ESO, en la asignatura de Tecnología que impartía una muy buena profesora, que era ingeniera. Fue la primera vez que, académicamente, alguien nos enseñaba a pensar como ingenieros. Así que, ahí me dije: quiero ser ingeniera.

"Desde que mostré interés por 'destripar' aparatos, mi familia promovió los juguetes científicos"

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–¿Cómo lo veían en tu familia?

– Los juguetes relacionados con las ciencias, en cualquier catálogo de juguetería entonces se asociaban más con niños. En mi caso personal, en mi familia era todo lo contrario: si yo mostraba interés por un juguete científico, faltaba tiempo para que me estimulasen. Siempre lo potenciaban.

–Estás finalizando el Máster y eres experta en vehículos, ¿en qué consisten tus proyectos?

–Las prácticas de fin de Grado y las de fin de Máster, que hago ahora, son en E-USOC, un centro de investigación delegado de la Agencia Espacial Europea que pertenece a la UPM. En ellas, desarrollé un simulador de campo magnético terrestre para un satélite educacional que usamos también en el Máster. Fue un proceso de diseñar, construir ese aparato, probarlo para simular el campo magnético que tiene la Tierra y ensayar satélites que utilizan esos campos magnéticos para hacer cosas como moverse. Se usan para que los estudiantes tengamos una experiencia y seguridad en su manejo, antes de meternos en el mundo laboral con uno que vaya a volar. Ahora estamos haciendo una línea de investigación distinta, y trabajamos más en desarrollar de experimentos para la Estación Espacial Internacional.

–¿Cómo has vivido el hito de la llegada a Marte?

–Es algo curioso porque mi generación está entrando ahora en un mundo, en un ámbito científico, que es esperanzador. Se están haciendo cosas tan impresionantes como la llegada Marte de un nuevo robot. Pienso: ¡cuántas posibilidades hay y a ver en qué proyecto acabo metida! Sería un sueño trabajar en un proyecto para Marte u otros planetas. Ya me resulta apasionante estar trabajando en experimentos que están en el espacio.

"Sería un sueño trabajar en un proyecto para Marte u otros planetsa, pero ya me resulta apasionante participar en experimentos que están en el espacio"

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–Y la basura espacial, ¿realmente es un reto de primer orden para las próximas décadas ?

–Sí, es un problema bastante serio. La agencia espacial europea y la NASA están desarrollando proyectos para intentar paliarlo y dejar de producirlo.

–La falta de vocaciones femeninas en las carreras STEM vuelve a estar sobre la palestra. ¿Por qué?

–Por mi experiencia personal en charlas, muchas veces me encuentro con jóvenes que no se sienten capaces de hacer una carrera de ciencias. Les gusta, pero les da miedo. Yo creo que esto viene muy condicionado por la cantidad de estereotipos machistas que existen en la sociedad acerca de las profesiones científicas y de los que nos es muy difícil deshacernos. El porcentaje de mujeres alumnas en mi escuela se sitúa desde hace tiempo en un 25%.

Úrsula, trabajand. FdV

–A qué que estereotipos te refieres?

–Las profesiones en el ámbito de la ingeniería siguen viéndose como algo mayoritariamente masculino. Los puestos directivos del sector aeronáutico no sé si llegarán a un 20% de mujeres. Al final, la representación que ves en el sector condiciona que te quieras dedicar a ello, o no. Una pregunta que siempre me hacen niñas de 14 o 15 años es ¿tú te has encontrado con situaciones en las que por ser mujer te hayan desprestigiado? Eso quiere decir que una niña tiene interiorizado que, si se mete en este mundo, habrá situaciones de discriminación.

-Y sin embargo, ¿lo has sufrido en tu ámbito profesional?

–No, ni en mi ámbito académico, ni profesional. He tenido experiencias (contadas) haciendo trabajos de grupo en los que era la única mujer: para que mi opinión se tuviera en cuenta, tenía que decirla con cuatro veces más seguridad que el chico que estaba al lado. Pero lo he detectado. Por eso es importante la educación en feminismo: no pienses que vales menos o has estudiado poco. Si hay que repetir cuatro veces lo que pienso, pues lo hago.

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