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El portugués de este lado de la Raia

La lengua de Pessoa se oferta ya en 65 institutos | Los alumnos de ESO y Bachillerato gallegos matriculados superan los 3.000, con un incremento del 75% en el último lustro

Alumnos de instituto. | // MARTA G. BREA

Pese a los vínculos históricos y lingüísticos entre Galicia y Portugal, el programa de Lingua e Cultura Portuguesa, en colaboración con el Instituto Camôes, pensado en su origen para favorecer la integración del alumnado de ascendencia lusa, pero que con el tiempo ha derivado también en una vía para brindar al alumnado de otras nacionalidades la oportunidad de conocer la cultura y el idioma portugueses, atrae en Galicia a solo 655 estudiantes repartidos en nueve centros docentes de la comunidad, entre ellos el IES Politécnico de Vigo y el Valadares y el IES A Sangriña, de A Guarda. Porque, si bien la cifra es muy superior a la de Castilla y León, que comparte frontera con el país luso, donde son 371 los interesados apuntados a la iniciativa, Galicia se queda muy rezagada si los datos se comparan con los de Extremadura, con seis veces más inscritos.

Sin embargo, para compensar, la opción de estudiar Portugués como lengua extranjera en los institutos gallegos va ganando cada curso más adeptos. Solo en el último lustro, desde 2015/16 hasta la actualidad, la cifra de alumnos de ESO y de Bachillerato que escogen la lengua de Saramago como una asignatura de sus estudios, como primer, pero, sobre todo, como segundo idioma, se ha incrementado en un 75%, al pasar de los 1.700 de hace cinco años a más de tres mil de hoy, según datos de la Consellería de Educación. Si la comparación se hace con 2014/15, el primer curso tras la aprobación de la Ley Paz Andrade, que pretende ahondar en los vínculos con la lusofonía, los estudiantes dispuestos a incluir en su currículum esta materia son más del triple.

A los alumnos de instituto que cursan Portugués como lengua extranjera habría que añadirles todavía un grupo de 300 más –174 en ESO y 126 en Bachillerato–, que también cuentan con el Portugués entre las materias evaluables, solo que en este caso como de libre configuración. Además, hay siete secciones bilingües en Portugués en la comunidad y casi mil gallegos se animan con la manera de hablar del sur de la Raia a través de las escuelas oficiales de idiomas.

¿Por qué cada vez más estudiantes gallegos se animan a incluir Portugués en sus mochilas formativas? Valentina Formoso, que da clases en la actualidad en el IES do Milladoiro, en Ames, pero que comenzó impartiendo la materia en Rianxo en 2005/06, apunta motivaciones muy diversas, desde el alumnado al que no le gusta Francés y que prueba con el Portugués, a quienes lo consideran “más fácil”.

También hay razones en función del lugar. Así, en Rianxo pudo comprobar cómo con el tiempo se sumaron otras: alumnos que tuvieron facilidades para irse de Erasmus a Portugal al poder sacar la prueba “con poco esfuerzo” sirvieron de ejemplo a otros, mientras que a estudiantes cuyos progenitores trabajaban en el país vecino les transmitieron la idea de que Portugal podía suponer una “oportunidad de trabajo” y una lengua que “por proximidad” podría irles bien aprender.

En O Milladoiro percibe una motivación nueva, la del alumnado brasileño, para quien supone una ocasión para seguir leyendo y escribiendo en su lengua y para “sacar buena nota”.

Por la nota, algunos alumnos recurren al Portugués, que se da casi siempre como segunda lengua extranjera, en la ABAU. Según el Ministerio de Educación, en 2019 se examinaron de Portugués en Galicia 17 jóvenes en la fase general y 122 para subir nota. En la primera, los aprobados sacaron de media un 7,36, frente al 7,11 en Inglés.

Valentina Formoso.  | // CEDIDA V. F.

Valentina Formoso. | // CEDIDA V. F.

La Lei Paz Andrade influye en que más centros se sumen

Valentina Formoso, que lleva dos años impartiendo Portugués –de Portugal, indica– en el IES do Milladoiro, en Ames (A Coruña), explica que no se trata tanto de que exista una relación directa entre la iniciativa legal como de sus efectos. “Os alumnos non se anotan por haber tal documento aprobado, que si que influiu en que forman aumentando os centros nos que se imparte a materia e este incremento si que axuda a que se coñeza e que o alumnado se anime a estudiala”, concede. Porque esa ley, añade, también provocó que hubiese mucha más gente ofertando portugués en los centros. Así comenta, por ejemplo, que cuando la asignatura se ofertó en el instituto donde ahora la imparte, vecino a Santiago, no se hizo ningún tipo de campaña ni en el propio centro ni en el de primaria adscrito, pero el alumnado y las familias “saben” que en centros del entorno se imparte, por lo que esto ayuda. De esa manera, subraya que no se percibe como algo “exótico”, como pudo ocurrir cuando se planteó por primera vez en la localidad de Rianxo, donde comenzó su relación docente con esta lengua. En el concello rianxeiro lo planteó en el claustro y a la segunda recibió luz verde. La lei Paz Andrade no existía entonces. Solo su vocación docente. Formoso, que estudió Filología Galego-Portuguesa y luego perfeccionó la lengua lusa en la escuela de idiomas, explica que la iniciativa que promovió siguiendo el ejemplo de una compañera, continua su andadura y este curso en su caso imparte aulas a 87 alumnos, una cifra abultada. Y todo, señala, pese a que hay “bastante” desconocimiento respecto a cuáles son los países de la lusofonía y con cuánta gente pueden entenderse hablando portugués.

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