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Así es como Galicia luchará contra la soledad

Un hombre jubilado solo en un paraje natural de Ourense. | // ADRIÁN IRAGO

Hace dos años, Reino Unido nombró una ministra contra la Soledad, cargo que hace unos días replicó Japón, el más envejecido de los países del mundo, donde el 14% de fallecidos que no compartían vivienda fueron hallados entre uno y tres meses después de su muerte, según publicó El País. La falta de compañía es un nuevo efecto de la sociedad contemporánea y Galicia, con una población envejecida y dispersa, quiere buscar una solución. Para ello, prevé emular otras iniciativas a nivel autonómico y configurar una especie de “sistema de rastreo” de personas que sufren la soledad no deseada, además de lanzar una batería de iniciativas para fomentar el ocio compartido y que estos ciudadanos cuenten con alguien a quien poder contar sus penas y alegrías, al menos.

Este es el objetivo de la primera Estrategia Gallega de Atención a la Soledad no Deseada, cuyo borrador tiene listo ya la Consellería de Política Social. Se trata de una declaración de intenciones más que de un compendio de medidas concretas. ¿Su objetivo? “Reconocer la soledad no deseada en Galicia como un problema social que amenaza el bienestar de las personas, especialmente a las personas mayores y dependientes”, establece el documento, que aboga por “prevención, detección y atención específica” como herramientas.

La hoja de ruta parte de la necesidad de clarificar qué es la soledad no deseada, es decir, la falta de compañía que daña de alguna manera nuestro bienestar. “El aumento de la esperanza de vida, junto a la reducción de la natalidad, dan lugar a sociedades más envejecidas, lo que genera una transformación de la estructura familiar, dando lugar a una crisis de cuidados en la que las familias a menudo no disponen de la capacidad de cuidar a sus miembros de avanzada edad”, expone la citada estrategia.

En Galicia, entre 2013 y 2019, el número de personas que viven solas aumentó un 14%, hasta rozar las 150.000. E irá a más. Aunque se estima que esta soledad afecta a entre el 7% y el 9% de personas en España, faltan estudios detallados para pulir la estimación sobre una circunstancia “subjetiva”.

A falta de estrategias autonómicas específicas, la Xunta pergeña su iniciativa. En el terreno de la prevención, prevé crear programas de apoyo en momentos “de transición vital”, que disparan “el riesgo de caer en la soledad no deseada, como son, entre otros, la viudedad, el duelo por la pérdida de un ser querido, la jubilación, la incorporación a un centro residencial o en el camino hacia la muerte”.

Pero la detección es también un punto clave. Para ello, Política Social creará una especie de “radares” a partir de un protocolo que permita distinguir la soledad no deseada, tarea no siempre fácil por tratarse de una condición “subjetiva”: habrá quien viva solo y tenga un círculo social activo y quien viva en una residencia y se sienta desamparado. Por un lado, recurriendo a los médicos de Atención Primaria para que reporten posibles casos de soledad no deseada, así como servicios sociales como teleasistencia o centros de día. Pero también impulsará proyectos para “sensibilizar y movilizar” en esta carea a quienes tengan contacto con mayores en riesgo de soledad, como farmacéuticos, carteros, fruteros, trabajadores de supermercados...

Plan en las residencias

En este punto, habilitará un teléfono de la soledad y aplicará un plan específico en las residencias, aunque el borrador de la estrategia no detalla el contenido de estas medidas.

En la atención residencial, buscará desarrollar “nuevos modelos para las personas en situación de dependencia centrados en la persona y en la permanencia en el domicilio y vinculación con la red comunitaria”.

También apostará por potenciar el “cohousing”, es decir, compartir vivienda y servicios entre personas mayores solas, tratando de combatir el “pudor” de quienes sufren esta epidemia silenciosa en las sociedades occidentales contemporáneas.

Política Social abrió la puerta a este sistema de viviendas compartidas en 2019 y actualmente “está elaborando la normativa para poder implantar este modelo residencial”. “Ya hay inversores interesados”, apunta el departamento de Fabiola García.

A esta tarea contribuirán también los 30 millones de euros solicitados a la Unión Europea para remodelar las residencias de mayores.

También se formará al personal de servicios sociales para tratar la soledad no deseada, con pautas, por ejemplo, en el programa Xantar na casa, y se reforzará el servicio de atención domiciliaria, según avanza la estrategia.

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