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Moncloa y Caballero cierran filas para rebajar el ruido en el PSdeG tras el nombramiento del nuevo delegado del Gobierno

José Manuel Miñones, a la izquierda, y Gonzalo Caballero, ayer en Santiago. | // XOÁN ÁLVAREZ

Moncloa y la dirección del PSdeG que capitanea Gonzalo Caballero cerraron ayer filas para restar trascendencia orgánica al relevo al frente de la Delegación del Gobierno en Galicia, altavoz llamado a rivalizar con la Xunta de Alberto Núñez Feijóo (PP). Sale del puesto Javier Losada y entra el alcalde de Ames, José Miñones, que pidió someter el liderazgo de Caballero a la voluntad de las bases tras el mal resultado electoral de julio. Ayer el secretario xeral ensalzó su “lealtad”. “Cuando escucho que hablan de él como un crítico, lo que puedo decir es que he sentido siempre su lealtad y su apoyo. En ningún momento hubo entre nosotros ninguna divergencia de fondo grave; hubo matices. Siempre le agradeceré su lealtad y apoyo”, declaró. Miñones también defendió su “lealtad”, sin concretar más.

El cambio al frente de la Delegación del Gobierno sorprendió a gran parte del partido, aunque no a un sector crítico con Caballero que llevaba pergeñando ese movimiento desde hacía semanas. De fondo, el pulso interno en el partido entre Caballero y los suyos y quienes consideran que su proyecto está caducado tras haber obtenido solo 14 de 75 escaños en el Parlamento gallego, sin captar nada de la desaparición de Podemos y las mareas y superado por los 19 del BNG.

Estos críticos no conforman una trinchera homogénea todavía, pero sí destacan los movimientos desde el PSdeG coruñés, liderado por Valentín González Formoso, para articular una alternativa para las primarias de final de año. Este bloque reclama como afín a Miñones, nombrado hace un par de semanas único gallego entre los 14 ponentes en el Congreso Federal del PSOE de octubre. En todo caso, es la segunda vez que Moncloa nombra al delegado del Gobierno sin que Caballero pueda situar a un miembro de su guardia pretoriana.

Para rebajar el ruido interno, ayer se produjeron dos movimientos. Por un lado, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, cerró la puerta a interpretaciones internas tras el Consejo de Ministros que rubricó un nombramiento que otros en el partido ven como una decisión exclusiva del presidente Pedro Sánchez, que mantiene una estrecha relación con Miñones.

El Ejecutivo vinculó el relevo a la necesidad de “refresco” en ese puesto. “No hay que hacer ninguna otra lectura, ni en clave orgánica ni en clave de ningún otro tipo”, cerró.

En segundo lugar, Caballero y Miñones comparecieron ante los medios en Santiago a última hora de la tarde para transmitir imagen de unidad. “Es un proceso normal de búsqueda de renovación y buscar perfiles más jóvenes en las delegaciones”, resumió el líder del PSdeG el nombramiento, antes de garantizar la “plena coordinación” entre ambos a la hora de ejercer de “interlocutor” de los intereses gallegos ante Moncloa.

Miñones pidió tiempo para adaptarse al cargo y avanzó que, de momento, mantendrá en el puesto a los subdelegados provinciales del Gobierno. También expuso su “historial de capacidad de diálogo” en seis años de tripartito en Ames para responder a la petición de mayor colaboración por parte de la Xunta que su antecesor, Javier Losada, que ayer se despidió de Feijóo en un encuentro.

Además, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, también alabó su “trayectoria” municipalista para llegar al puesto, aunque descartó opinar si tendrá un papel mayor en la vida interna: “Ya es un cargo muy relevante, un cargo institucional y por tanto mi felicitación; no voy a hacer ninguna valoración que no sea desearle lo mejor”.

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