Entrarán en servicio el próximo año | A partir de 2023 será obligatorio el contenedor de biorresiduos | La iniciativa privada y municipal deberá dar cobertura al resto del territorio
Ahora mismo los desperdicios orgánicos se meten en la bolsa negra junto con el resto de basura que no vale para reciclar. Todo lo que no son envases, vidrio y papel se mezcla en este cubo. Y Sogama calcula que más del 40 por ciento son biorresiduos. A partir de 2023 será obligatorio separar la materia orgánica. Eso no significa que desaparezca la bolsa negra: habrá una parte de los desechos que no se puedan reutilizar y no quedará más remedio que incinerarlos.
Los concellos pagan 69,48 euros por tonelada destinada a la incineración, a lo que hay que sumar el IVA. Si se han adherido al plan de bonificaciones de la Xunta, que está sujeto a condiciones, la cuantía se reduce a 62,50 euros. Sin embargo, el compostaje costará 45 euros por tonelada, es decir, un 35 por ciento menos respecto a la tarifa no subvencionada. Si se tiene en cuenta que la materia orgánica supera el 40 por ciento del contenido de la bolsa negra, la factura final de las administraciones quedará rebajada entre un 11 y un 15 por ciento.
Las plantas de compostaje que proyecta la Xunta darán servicio a 82 concellos, pero en 2023 todas las corporaciones locales deberán separar los residuos orgánicos y destinarlos a compost. A los centros dependientes de Sogama se podrán sumar otros de iniciativa privada o municipal. Incluso se darán licencias a industrias que cuenten con sistemas de compostaje para que reciban y gestionen también los desperdicios que les envíen las administraciones locales.
De hecho, ya existen desde hace tiempo plantas de compostaje como la de la mancomunidad de O Barbanza, que da servicio a nueve concellos, o la de Nostián en A Coruña.
La Xunta está convencida de que Galicia estará preparada en 2023 para el compostaje: “con las tres plantas en proyecto, la que Sogama tiene en Cerceda, y las públicas y privadas actuales y futuras de compostaje industrial, contaremos con una red de instalaciones con las que dar servicio a todo el territorio”.
Sogama puso en marcha su primera planta de compostaje el pasado año. Puede tratar 15.000 toneladas de basura al año procedentes de 18 concellos de su entorno. Arteixo, Laracha y Carballo ya llevan la basura a este centro.
En Vilanova se construirá otra que dará servicio a 25 concellos. Se adjudicó ya la redacción del proyecto básico. La idea es tratar hasta 15.000 toneladas anuales de residuos orgánicos.
En la provincia de Lugo la planta se instalará en Cervo y dará cobertura a 15 municipios. Tiene una capacidad de 3.000 toneladas al año, igual que la de Verín, que recogerá la basura de 24 municipios.
En total, se prevé invertir 25 millones de euros. La previsión es que las obras comiencen a finales de este año para que las plantas estén operativas en 2022.
Medio Ambiente repartió 15.000 compostadores domésticos para la fabricación de abono
Además de la construcción de las cuatro plantas de compostaje, la Consellería de Medio Ambiente tiene activas desde hace años varias campañas para concienciar a concellos y ciudadanos sobre las ventajas del compostaje. Así, la Xunta repartió ya 4.670 contenedores de residuos orgánicos entre 47 ayuntamientos. Su intención es realizar ahora una nueva adquisición de contenedores marrones y compostadores domésticos. De hecho, ya licitó la contratación de 3.000 nuevos depósitos para la fabricación de compost. Se trata de un programa para promover la elaboración de abono natural con el que sustituir los fertilizantes artificiales y que está dirigido a viviendas unifamiliares que cuentan con huerta o jardín, asociaciones vecinales o centros educativos. Hasta la fecha ha repartido en total 15.000 compostadores.
Por otro lado, la Consellería de Medio Ambiente prevé una inversión de 5 millones de euros para mejorar “la eficiencia y la capacidad” de las plantas de transferencia de Sogama. En estos centros es donde se hace el trasvase de los residuos desde los camiones de recogida municipal a contenedores de mayor capacidad (con carga para 20 toneladas) y más adecuados para el transporte a larga distancia. Se actuará sobre cinco microplantas situadas en Ponteceso, Curtis, Riotorto, A Lama y A Cañiza para “convertirlas en instalaciones más eficientes aumentando las tasas de reciclaje y reduciendo las emisiones de CO2”, según el departamento que gestiona Ángeles Vázquez.