Dependiendo de en qué comunidad autónoma se resida los impuestos que se pagan son distintos. Incluso en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) hay diferencias.
Debido al margen fiscal que tiene cada autonomía, un contribuyente soltero, sin hijos y con menos de 65 años que tenga unos ingresos anuales de 20.000 euros puede pagar hasta 325 euros más según donde viva (en Cataluña tendría que abonar 2.510 euros y en el País Vasco solo 2.185). ¿Y qué pasa en Galicia? Los gallegos de rentas bajas son los quintos del Estado que menos carga tributaria tienen en el IRPF. Los ciudadanos que tienen unos ingresos de 30.000 euros son los séptimos que más tributan. Pero, por el contrario, Galicia es la cuarta comunidad que menos grava a las rentas más altas, aquellas que superan los 300.000 euros.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio “Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2021” que acaba de hacer público el Registro de Economistas Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas de España.
Para el caso concreto de un gallego soltero y sin hijos que tenga unos ingresos anuales de 20.000 euros la cuantía del IRPF que debe pagar se sitúa en 2.327 euros. Solo La Rioja, Canarias, Madrid y País Vasco gravan menos a estas rentas.
Pero también tienen menos carga fiscal los más adinerados. Un contribuyente con ingresos de 300.000 euros, tributa con 122.967 euros, 12.000 euros menos que en la Comunidad Valenciana, que es dónde más se grava a estas clases más altas. Solo en Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León pagan menos.
Mientras, si un contribuyente gana 30.000 euros anuales paga en Galicia 4.949 euros de IRPF, la séptima carga tributaria más elevada del territorio nacional. Son 156 euros más que los vascos, que son los que menos tributan dentro de España.
Si las rentas más altas, unos 8.000 gallegos, pagan menos de IRPF en Galicia, también abonan menos por el Impuesto de Patrimonio que en otras comunidades. Según el estudio, Galicia es la cuarta comunidad donde menos se grava a estos contribuyentes. Por un patrimonio de 800.000 euros, excluidos los 300.000 euros de vivienda habitual, en Galicia se pagan solo 200 euros. Esta cuantía asciende hasta 273.770 euros si los bienes que tiene el declarante ascienden a 15 millones de euros.
Pero el impuesto donde hay más diferencias abismales en función del territorio es el Impuesto de Sucesiones. En Galicia el 99,9% de las herencias están exentas del pago de este tributo. Desde el pasado año los legados entre padres e hijos en importes que no superen el millón de euros no pagan nada.