Catedrática de Historia e Institucións Económicas, María Xosé Rodríguez Galdo es también vicepresidenta del Observatorio de Dinamización Demográfica. Alerta del agravamiento de la situación laboral de la mujer y de los peligros del teletrabajo.
–¿Hubo un retroceso en la situación laboral de la mujer en 2020 a consecuencia de la pandemia?
–Sí, se ha agravado la situación de la mujer. Son datos que tristemente no nos sorprenden.
–¿Pero por qué las mujeres han salido más perjudicadas?
–Lo que ocurre es que estábamos en una peor situación de partida. Lo que ha hecho la pandemia es agravar esas condiciones estructurales que ya sufría la mujer. Además, en Galicia hay muchas micropymes, con mayor presencia de mujeres, y la crisis les afectó más.
–¿Aumentaron también las dificultades para conciliar?
–Hubo mujeres que abandonaron el mercado laboral en tiempos de confinamiento para cuidar a familiares. Se ha incrementado el trabajo de las mujeres en casa. El impacto ha sido notable. Hay un desequilibrio grande en el reparto de tareas domésticas y la pandemia lo ha agudizado.
–¿Y el teletrabajo ayudó a mejorar la conciliación o la empeoró?
–El teletrabajo tiene muchos aspectos negativos para las mujeres. La cultura del tiempo en hombres y mujeres es distinta. Los hombres lo tienen más compartimentado: trabajo, labores en casa... En las mujeres los tiempos son continuos, no hay separación. Se tiende a simultanearlo todo. Por eso cuando no hay corresponsabilidad en el hogar el teletrabajo puede ser una amenaza para las mujeres.