El Ministerio de Transición Ecológica tiene vía libre para continuar con su proyecto de declarar el lobo una especie protegida y, en consecuencia, vetar su caza en todo el país. Una decisión que implica que en las comunidades loberas de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León, con el 95% de los ejemplares de España, también se prohibirán las batidas controladas del cánido que recogen sus respectivos planes de gestión. Ni la batalla que se propone librar el Noroeste, que ha sumado a su cruzada contra el blindaje del lobo a otras cinco autonomías y a Ceuta, ni la movilización de partidos en el Congreso y el Senado, han logrado hasta el momento paralizar el acuerdo de la comisión estatal de Patrimonio y Biodiversidad, que en febrero acordó, pese a no haber consenso, incluir el lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en régimen de Protección Especial.

El Congreso y el Senado fueron ayer el nuevo escenario de la ya conocida como guerra del lobo. La Cámara baja tumbó la propuesta de Foro Asturias, PP y Vox para evitar proteger al lobo y poder cazarlo también al sur del Duero. La iniciativa, que reclamaba recuperar la voluntad de consenso institucional, fue rechazada con los 166 votos en contra de PSOE, Unidas Podemos, Bildu, Más País, Teruel Existe, BNG y Nueva Canarias y las 38 abstenciones de ERC, JxCat, PNV, CUP y Cs, frente a los 143 votos favorables de los proponentes.

La Cámara alta a su vez rechazó una moción para paralizar la protección del lobo. La propuesta, a partir de una interpelación del PP y con la inclusión de una enmienda de adición, registró 257 votos emitidos, con 107 votos a favor, 118 en contra y 32 abstenciones, detalló la presidenta del Senado, Pilar Llop. El senador popular Jorge Domingo Martínez sostuvo que la inclusión del lobo en el Lesrpe “no tuvo consenso suficiente”.