María, nombre ficticio pues se trata de una adolescente, acumula desapariciones los fines de semana. Aprovecha los viernes para fugarse del centro de menores al que regresa a mitad de la semana siguiente, si bien en ocasiones la Policía Nacional la ha localizado y la ha devuelto antes al centro. Su caso no es único. De las 664 denuncias por desapariciones presentadas en Galicia en el último año, 301 corresponden a reincidentes, es decir personas que ya habían desaparecido con anterioridad y ‘repiten’. La mayoría de los casos, el 89%, son desapariciones voluntarias que se resuelven en cuestión de días. El perfil tipo es el de varones de entre 13 y 17 años que acumulan el 67% de los casos.
Las desapariciones que preocupan de forma especial son el 11% restante, si bien las denominadas desapariciones inquietantes no llegan al 3%. En este momento en Galicia hay 190 desapariciones activas al resolverse todas las demás, según el Informe Anual de Personas Desparecidas y Restos Humanos sin identificar publicado por el Ministerio del Interior.
Pontevedra, con 244 denuncias, es la provincia gallega que más casos suma, seguida por A Coruña con 223 desaparecidos, Ourense con 116 y Lugo con 81. En cuanto a los reincidentes, en Pontevedra se dieron 125 casos; en A Coruña 80; en Ourense 59 y en Lugo 37. Los casos de Sonia Iglesias en Pontevedra, del taxista ourensano Elías Carrera en Vigo o del médico Fernando Cuadrado en A Coruña, siguen un año más sin resolverse.
En términos generales, a fecha 31 de diciembre de 2020, en el Sistema de PD y RH había registradas un total de 219.000 denuncias, de las que permanecen activas 4.685, frente a las 5.529 del año anterior. Se estima que 21% son desapariciones involuntarias y menos del 3% forzosas.
La incidencia de la pandemia se ha notado en la disminución del número de denuncias por desapariciones, un 37% menos que las registradas en 2019 y las cifras más bajas de la última década. En el primer estado de alarma, de marzo a junio, la reducción de casos fue enorme y en abril llegó a ser del 80% menos que el mismo mes del año anterior.
A nivel nacional hay un total de 8.367 denuncias acumuladas en la última década que corresponden a menores extranjeros no tutelados fugados de centros de protección. La mayoría proceden de Marruecos, seguidos de Guinea y Argelia. En Galicia se tiene constancia de un único caso el año pasado, un menor fugado de un centro de A Coruña.
La mayoría de las desapariciones denunciadas en 2020 se resolvieron en menos de 14 días en el 67% de los casos, siendo los motivos de cancelación más habitual el reintegro en domicilio o centro de protección, la petición de retirada de la denuncia por parte del denunciante o la localización del desaparecido por las fuerzas de seguridad, sumando estos casos el 87% de los registrados.
Al joven Fiz Patiño Rubal, vecino de la localidad coruñesa de Narón se le perdió la pista el último mes de septiembre, cuando iba a un concierto a Lugo. Tenía previsto pasar un mes fuera, pero nunca regresó. Es de los últimos desaparecidos gallegos. Ahora su familia espera el resultado del estudio de una mochila y unos restos humanos hallados el pasado domingo en Alguerdo, Asturias y que podrían ser suyos.
También el pasado mes de septiembre se resolvía en Vigo una desaparición acaecida casi veinte años atrás, al hallarse los restos de Daniel Veloso Villar, el joven al que, con 27 años de edad, se le perdió la pista el 17 de septiembre de 2001 mientras paseaba por el entorno del campus universitario. El informe anual del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) apunta que durante 2020 las desapariciones con resultado de fallecimiento de la víctima son el 1,10%. Las estadísticas incluyen 3.236 cadáveres localizados por las fuerzas de seguridad que están pendientes de identificar. En Galicia se localizaron en la última década 26 cadáveres de los que 7 siguen sin ser identificados.
