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El desplome de los trenes de mercancías en la comunidad

Tren de mercancías en el puerto de Vilagarcía. | // IÑAKI ABELLA

El transporte de mercancías por ferrocarril en Galicia es poco más que testimonial. No llega ni al 5% de todo lo que se mueve con destino u origen en la comunidad. Una situación que podría cambiar con la incorporación del Noroeste al Corredor Atlántico ferroviario, pero se trata de un proyecto a largo plazo, pues el horizonte de conclusión de esta iniciativa se va hasta el año 2030. Pero mientras tanto, este modo de transporte languidece, como acaban de corroborar los últimos datos del Ministerio de Transportes. En cinco años el número de trenes de mercancías tratados en las dependencias y terminales ferroviarias de Galicia ha bajado un 43%. La cifra de convoyes ha pasado de 13.729 en el año 2015 a 7.825 en 2019, según los datos del Observatorio del Transporte y la Logística en España.

Unas vías obsoletas y con unas conexiones inexistentes o totalmente inapropiadas a los puertos –que deberían ser los principales motores del transporte ferroviario– hacen poco menos que inviable utilizar los trenes con una mínima eficiencia. Quince horas de viaje hasta León o casi un día en llegar a Barcelona hacen desistir a cualquiera de su uso.

Hundimiento

En el año 2015 se despacharon casi 14.000 trenes en la comunidad, una cifra similar a la de 2016, pero desde entonces la caída se ha acentuado. En 2017 bajaron a 9.305 y en 2018, otro centenar más. Y en 2019 el desplome ha sido más acentuado, pues los convoyes descendieron hasta los 7.825.

La tendencia es prácticamente la misma en las cuatro provincias, aunque la de Lugo ha mantenido bastante el tipo. En Pontevedra, de 2.675 trenes mercantes en 2015 se pasó a 1.366 en 2019, mientras que en la de A Coruña bajó de 4.553 a 1.817, y en Ourense, de 1.838 a 944. En la de Lugo, los convoyes descendieron de 4.663 a 3.698.

A este declive del transporte ferroviario contribuyen de forma especial los puertos, que en cinco años pasaron de enviar por tren 1,4 millones de toneladas a justo la mitad, es decir, 0,7 millones. Un volumen de mercancías que nada tiene que ver con el que despachan por carretera, que asciende a 18,5 millones de toneladas.

El puerto de Vigo no envía nada por tren y en Vilagarcía (14.135 toneladas) y Ferrol-San Cibrao (6.862), los portes son testimoniales. El de Marín reporta 0,29 millones de toneladas y el de A Coruña, 0,37, si bien en 2018 llegó a enviar más de un millón de toneladas.

Por contra, en la vertiente mediterránea las frecuencias han aumentado en el mismo periodo. De 28.000 a 31.670 en Cataluña y de 7.368 a 8.968 en Valencia.

Décadas en declive

La red ferroviaria de mercancías del Noroeste, y singularmente la de Galicia, lleva décadas de decadencia a causa de unas infraestructuras que todos los agentes sociales, políticos y económicos consideran obsoletas. Ni los radios de curva, ni las pendientes, ni la longitud de los andenes ni las conexiones con los puertos hacen competitivo este modo de transporte. A lo que se suma que la línea no está electrificada, salvo en el Eje Atlántico, pero que no sirve para nada dado que no tiene continuidad.

De ahí que estos mismos agentes lleven años demandando la modernización del tren en Galicia y su inclusión en el Corredor Atlántico para poder competir en condiciones con el resto de España. Pero la incorporación efectiva a las redes europeas de transporte está solo en fase larvaria, dado que el Gobierno central debe primero presentar los proyectos concretos con los que actualizar la red ferroviaria para así poder acceder a los fondos europeos con los que cofinanciar estas obras, siendo básica la electrificación y las conexiones portuarias.

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