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La FP futura, aún más pegada a la realidad

Uno de los proyectos presentados en la feria de FP Galicia Innova de 2018. // Xoán Álvarez

Desde hace unos años, quienes eligen FP para seguir formándose han ido a más. También lo ha hecho la inserción: de la promoción que acabó estudios en 2014, trabajaba dos años después un 76,5% y en 2018 rozaba el 86% para quienes acabaron en 2016.

Lejos quedan, explican expertos como Antonio Rial Sánchez, profesor ad honorem de la USC y colaborador de la Fundación Bankia en trabajos sobre la FP Dual, los tiempos en que la sociedad veía estos estudios como “de segunda fila”. Lo mismo opina el profesor de la Universidade de Vigo Alberto Vaquero, para quien los datos de matrícula muestran que el prejuicio quedó atrás.

Expertos animan a incidir en esa conexión y apostar por la preparación del profesorado y la formación dual

El Gobierno central prepara una nueva ley para regular estos estudios que pretende, según la ministra de Educación, Isabel Celaá, “fortalecer” la FP y diseñar una oferta “ágil, moderna, competitiva, flexible y conectada con el mundo globalizado”. Desde Galicia, la Xunta comparte la “necesidad” de reenfocar los ciclos “a la demanda de los sectores productivos”.

Ayer el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, avanzaba, tras reunirse con el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Juan Vieites, más colaboración para “mejorar la oferta” de estos estudios “teniendo en cuenta” qué pide el mercado y la realidad económica dondne se insertan. La idea, indicó Rodríguez, es apostar por una FP “innovadora, conectada con el territorio y en consonancia” con lo que precisen las compañías para la inserción.

Fondos europeos

El Gobierno central pretende usar los fondos europeos para ampliar plazas, promover ciclos en áreas como la ciberseguridad y nuevas tecnologías, aulas de emprendimiento para ayudar a los estudiantes a arrancar sus proyectos o más formación en el centro de trabajo en la FP Dual. Ahí incide el economista Alberto Vaquero, para quien la FP reglada debería “ir” hacia la FP Dual, al entender que “se observa cierto desequilibro entre lo que se oferta” –de “calidad”, eso sí–, y lo que se de demanda. No “siempre”, apunta, es posible hallar profesionales “debidamente formados”.

Entiende que, si bien “hay mayor relación” con el ámbito empresarial de la que puede darse en los estudios universitarios, “todavía puede mejorarse” y para ello no bastan, sostiene, prácticas en empresas, sino que hay que “estrechar los vínculos” entre la compañía y el centro educativo para “aproximar lo más posible la formación y el desempeño profesional posteriores”. Para plantear la oferta, propone preguntar a los empleadores qué formación precisan paras sus trabajadores.

Maica Couto, profesora de FP, precisa que, en esa relación, el foco debe estar en el centro. “La reforma va hacia atrás al pretender llevar a los chicos a la empresa y no la empresa al centro”, señala: “El centro debe llevar las riendas” y “los formadores deben estar en los centros”. Asimismo, le preocupa la regulación de la Lomloe del profesorado técnico, ya que también lo ve “un problema de calidad”. Porque, alega, sobre todo en las titulaciones sin equivalente universitario, “¿quién va a dar clase? ¿En Peluquería? ¿Un químico?” El profesorado que imparte una titulación debe tener la que “más le capacite técnicamente”, alega. Entre otras demandas, pide una ley “valiente” y señala que si se quiere “revalorizar” la FP “debería ser una formación técnica realmente especializada” que permitiera “acceder a puestos de trabajo superiores”.

Formación docente

Antonio Rial, vinculado a la facultad de Ciencias de la Educación y al Grupo Galego de Estudios para la Formación e Inserción Laboral, incide en la preparación de los docentes. Este experto ve “clave”, para abordar los cambios que vienen, vinculados a la digitalización y a la revolución 4.0, en un futuro donde la inteligencia artificial será el leitmotiv, lo que influirá mucho en los perfiles profesionales, al profesorado de FP y su formación. Aboga por “cuidar” el perfil de componente práctica y demanda “cierta experiencia laboral” a quienes den clases en los ciclos. Por otro lado, cree que “hay que mejorar mucho” la FP Dual, haciendo que empresa y centro estén “perfectamente coordinados”, pero le augura “un gran porvenir”.

¿Y qué necesita el sector público? A esa pregunta responde María Dapena, experta en Recursos Humanos, Dirección y Gestión Pública. A su juicio, técnicos en Robótica, Sensórica, inteligencia artificial y entornos de realidad virtual, así como en gestión de la sostenibilidad ambiental y en eficiencia energética “son fundamentales” en el día de hoy. Además, añade que “el trabajo en remoto para garantizar la prestación de los servicios” públicos demanda también gestores de equipos de trabajo y técnicos de evaluación y control. Y todavía cita un ámbito “importante que debería contemplar la reforma de la FP, la gestión del dato: “El sector público genera una gran cantidad de datos que necesitamos gestionar adecuadamente para obtener información muy valiosa que permita mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios públicos”.

En el podio en porcentaje de titulados

Galicia tiene una de las tasas de titulados en Formación Profesional más altas de país. En lo que respecta a los ciclos de grado medio, el último informe del Ministerio de Educación, relativo al curso 2018/19, la sitúa en el 28,2 por ciento, un dato que solo supera Cantabria, con un 29,8%, y en lo tocante a los ciclos superiores, llega al 35,3%; y solo registrarían una cifra más elevada Cantabria (38,2%) y Euskadi (41,9%). La tasa bruta de población que se gradúa relaciona los jóvenes titulados, sea cual sea su edad, con quienes están en la edad teórica de empezar el último curso. El economista Alberto Vaquero también alude a los datos de matriculación para destacar el “interés” que despiertan en la comunidad estas enseñanzas.

Este profesor pone el foco en las tasas brutas de de escolarización que sitúan a Galicia en los niveles más altos de España (42,6 % y 50,7%, respectivamente, para ciclos medios y superiores, “con diferencias importantes respecto a la media nacional”, subraya, situadas en el 34,8 % y 38,2 %. Estas estadísticas le permiten afirmar que “hay mimbres en la Galicia para desarrollar la nueva FP si sabemos aprovechar esta capacidad”. Solo en la última década se dispararon en la comunidad un 50 por ciento los alumnos que eligen esta formación, asegura la Xunta. Las cifras provisionales de la Consellería de Educación para el curso 2020/21 elevan a poco más de 40.000 solo los matriculados en ciclos formativos ordinarios, tanto en FP Básica como en medios y superiores. A estos estudiantes, habría que sumarles, para tener una fotografía de la FP en Galicia, las cifras de enseñanzas de adultos, como los más de 1.600 inscritos que se forman en FP Dual o los más de 14.000 anotados en la oferta modular, que permite a quienes se forman el hacerlo de forma parcial y de forma compatible con trabajo o cargas familiares.

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