Los niños acceden cada vez antes al teléfono móvil y a las redes sociales –el 50% a los 11 años en España– sin el grado de supervisión necesario y el consiguiente peligro para ellos. El psicólogo Antonio Rial, profesor de la Universidad de Santiago, experto en ciencias del comportamiento y autor de numerosos estudios sobre adicciones en menores, alerta del desafío que supone para familias e instituciones:
“No hay solo un problema de seguridad, advierte, sino de impacto a nivel de salud, de adicciones, de acoso y de conductas potencialmente de riesgo que los menores cometen y sufren, y que a veces son delito”.
– ¿A partir de qué edad aconsejaría tener acceso a redes sociales?
–Creo que por debajo de los 13 años no es recomendable. El ordenamiento jurídico de la Unión Europea exige 14 años, así que antes estamos contraviniendo una norma. Hemos visto que cuando los chavales hacen uso intensivo de redes sociales, móvil y mensajería con 10,11 o 12 años, la tasa de ciberacoso y contactos con desconocidos se duplican y el grado de acompañamiento y supervisión es menor por parte de los progenitores.
“Los padres no se van a enterar de cuándo se registran sus hijos, que ahora pueden decidir lo que se ve o no. Por debajo de los 13 años no es recomendable tener móvil”
– Como protección, ¿deben los padres crear un perfil para seguirles o registrarse con ellos?
–¡No se van a enterar de cuando su hijo se ha registrado! Dos de cada tres niños de 12 a 13 años están en tres o más redes sociales con varios perfiles. Uno de ellos es blanco para que le vean sus padres, la abuela... La estrategia de le doy el móvil pero no le dejo registrarse, es una torpeza porque se van a registrar sin permiso. ¿Para qué quiere un móvil? Para interactuar. Tampoco es práctico registrarse con él, ya creará otros.
– ¿Las nuevas herramientas les facilitan más ocultar sus perfiles?
–Las propias aplicaciones tienen mecanismos para gestionar qué quiero que vea cada persona. Meto a la familia en una categoría o grupo y al resto en otros. En Instagram los niños suelen interactuar con mil o 2.000 seguidores, de ahí para arriba es lo más normal. Están siguiendo ya la Isla de las tentaciones, por ejemplo. Pueden controlar a qué acceden sus padres y eso crea una falsa sensación de control a los progenitores. Verán fotos en la biblioteca y no ante el espejo en bikini.
–¿Cuáles son las redes que más utilizan?
–Instagram va en cabeza, causa furor especialmente entre adolescentes, y después Tik Tok, la preferida por los preadolescentes y que durante la pandemia desbancó a Snatchat. Twitter y Facebook se quedan atrás. Esta última porque sus padres están en ella...
–¿Qué es lo más novedoso en cuánto a aplicaciones ?
–Hay aplicaciones como Youtube o Twitch que antes no eran entendidas como redes sociales y ahora si. Ambas, además, permiten ganar dinero. Si estoy suscrito a canales de Youtube y sigo a determinadas personas o creo mi propio canal y subo contenidos incluso puedo ganar dinero, hay que tener cuidado. Twitch permite retransmitir en directo vídeos que estoy grabando con mis colegas. Puedo tener mi propio canal y hay gente que sigue a otros. Alumnos de Primero y Segundo de ESO ya ganan dinero, a veces sin que sus padres lo sepan, pero en otros casos hasta sienten orgullo. Conviene estar alerta porque también se está metiendo gente con videojuegos y juego online. Las casas de apuestas contratan influencers para que tengan canal en Twitch y están cayendo muchos menores. Puede ser adictivo y está en juego su salud mental.