Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El coche compartido planta cara al coronavirus

Un usuario recoge a dos viajeros, el sábado, cerca de la Plaza de España de Vigo CEDIDA

En 2020, los gallegos ofrecieron más de 500.000 asientos libres para ahorrar gastos

Ni siquiera la pandemia eliminó la necesidad ineludible de tener que desplazarse. Pese al confinamiento y las restricciones, siempre hay quien necesita viajar de una ciudad a otra por motivos de trabajo, estudios o simplemente para reencontrarse con su familia en verano o en fechas tan señaladas como la Navidad, cuando se disparó la movilidad. A partir de esa premisa, el año 2020, uno de los más difíciles de la era moderna en muchos aspectos, también para el transporte, el coche compartido siguió siendo una opción preferente. De hecho, el año pasado, los gallegos ofrecieron más de 500.000 asientos libres para, sobre todo, compartir gastos y ahorrarse dinero en sus trayectos.

“Coger un Blablacar” es una expresión que ya utilizan más de 312.000 personas en Galicia. O lo que es lo mismo: el 12% de los residentes en la comunidad autónoma. La plataforma que conecta a usuarios con vehículo propio y a viajeros se ha disparado en los últimos años. Sin ir más lejos, en el último lustro, los usuarios gallegos que comparten coche aumentaron en un 150%. Y, en comparación con 2018, en 2020 se guiaron por esta modalidad de transporte casi 100.000 personas más. Galicia es la quinta autonomía donde más se comparten los gastos a la hora de viajar.

Es un hecho que la crisis del COVID-19 no ha frenado esta necesidad, a pesar de los meses de confinamiento y los cierres perimetrales de los ayuntamientos. Es más, incluso agudizó el interés: los medios de transporte convencionales suelen ser más caros y en tiempos de recesión no se puede decir no a escatimar en gastos. Por otro lado, también cabe destacar que durante un tiempo hubo menos líneas de autobús disponibles y la cantidad de vuelos que conectaban la comunidad gallega con otros puntos nacionales como Madrid se redujo. Entre otras ventajas que subrayan los usuarios habituales de este método de transporte es la mayor flexibilidad de los horarios y, en tiempos de pandemia, el hecho de compartir espacio con menos personas, de tal forma que las posibilidades de contagiarse son menores que en un tren, avión o autocar. Eso sí, desde Blablacar transmiten que, por primera vez, se animaron menos personas de avanzada edad, las que precisamente tienen mayor riesgo al infectarse.

Claves

  • Uno de cada diez gallegos

    El 12% de los residentes en Galicia ya es usuario de Blablacar: más de 312.000 personas. Más de un tercio vive en la provincia de A Coruña.

  • Líder en viajes interprovinciales

    Galicia es en donde más trayectos se realizan dentro de la propia autonomía. La ruta más recurrente: la que une Vigo y Ourense.

  • Más económico y flexible

    Los usuarios que optan por compartir coche lo hacen principalmente por ahorrarse dinero. El trayecto Vigo-Madrid cuesta desde 30 euros.

  • Con menos miedo a contagiarse

    El 2020 no eliminó la necesidad de moverse. Muchos prefieren compartir itinerario con dos o tres desconocidos que con 40 o 50 en un tren, bus o avión.

Por provincias, Ourense y Lugo son los lugares en los que los viajeros optan más por la opción de publicar un anuncio o apuntarse a la oferta de un asiento libre: casi dos de cada diez residentes ya han usado esta vía de traslado (19%). Le sigue de cerca A Coruña, con el 12%, aunque con la mayor cifra de usuarios en términos absolutos: casi 135.000. Y, por último, Pontevedra, con solo 55.000 consumidores, menos del 6% de su censo, según la plataforma.

La distancia recorrida media fue de 295 kilómetros por viaje

La distancia media recorrida en la comunidad en 2020 fue de 295 kilómetros por trayecto; 65 kilómetros más que el promedio de 2019, lo que quiere decir que los viajes de larga distancia aumentaron en relación a los desplazamientos más cortos. Además, el precio medio acordado por viaje compartido fue de 16 euros.

Independientemente de cuál sea el punto de origen y destino, Galicia sigue siendo la comunidad autónoma con más viajes interprovinciales. Las rutas principales fueron las que unieron Ourense y Vigo, y viceversa, que se puede hacer a partir de 5 euros por persona (menos del doble que en tren y en un tiempo más reducido). Pero también las que acercaron a las dos principales ciudades gallegas, Vigo y A Coruña, con la capital del país, desde 30 euros. Entre los itinerarios más frecuentados también se encontraron os que tuvieron como punto de salida o llegada la localidad herculina, Ferrol y Lugo.

“Preferimos ir dos en un coche que cien en un avión”

decoration

Pedro viaja asiduamente de Vigo a Madrid por motivos laborales. En 2020 y pese al COVID-19, no dejó de compartir su vehículo: “Siempre tuve gente.”. Eso sí, en ocasiones da el brazo a torcer: “A veces se juntan tres compañeros de piso y me piden el favor. En esos casos me dan pena y cedo, porque se cancelaron miles de transportes”. Sus acompañantes le dicen: “Preferimos ir dos en un coche que cien en un avión”.

“Desinfecto a menudo y les pido mascarilla FPP2”

decoration

“Desinfecto el coche a menudo y les pido que traigan mascarilla FPP2”, expresa Cristina Outomuro, conductora habitual entre Vigo y Ourense, aunque confiesa que tras el fin del confinamiento fue “un poco reticente” a ofrecer asientos libres. “Pensaba que la gente no querría compartir coche, por las restricciones, pero siempre hay quien necesita desplazarse por trabajo o estudios”, dice, para añadir que “las líneas de bus o tren no son factibles por los horarios”.

“Como conductor, tuve más actividad que en otros años”

decoration

Ignacio Solana repite el mismo trayecto dos veces a la semana: Vigo-Santander. “Como conductor, tuve más actividad que en otros años”, confiesa, “sobre todo, en Navidad”. “Hay parejas que reservan las tres plazas para no ir con más gente”, cuenta, aunque piensa que con “bajar la ventanilla” y “hacer varias paradas” es “suficiente”. “Esto de compartir coche es un invento cojonudo, todas las partes salen beneficiadas”, apunta.

Compartir el artículo

stats