La reconciliación del alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, con el PP navegó sigilosa por el primer pleno del año después de la ofrenda política del regidor para perdonar la actitud de los populares tras marcharse del gobierno en septiembre. Ahora busca fortaleza y para ello pretende perdonar a un grupo que no sabe si quieren su perdón. Al menos, en la sesión plenaria municipal no hubo fumata blanca, porque el debate resultó dividido. Fue además el primer pleno tras el auto que archivó las denuncias de exediles de Democracia Ourensana contra el alcalde y que habían motivado la ruptura del Gobierno local.

Con la carta de la vuelta del PP bajo la manga, Democracia Ourensana –el partido del regidor– vivió otro momento para añadir a la crisis. En el cuarto punto de la orden del día, una moción sobre el fomento cultural del Museo Municipal fue el preludio de la ruptura de la disciplina de voto por parte de los díscolos y Jácome anunció que los volverá a declarar tránsfugas.

Aunque minutos antes de este suceso, DO al completo y el PP si que se pusieron de acuerdo para no ratificar en la orden del día la inclusión de una propuesta de Alcaldía sobre el sueldo de los miembros de la corporación. Un guiño entre ambos que activó a la oposición a pensar en un nuevo apretón de manos entre Jesús Vázquez y Pérez Jácome, que se difuminó con el paso de la sesión.

En la crisis política ourensana se suceden los capítulos, con causas judiciales abiertas, recursos y medidas cautelares apeladas y que ayer sumó uno más con la moción de DO para la adhesión al Pacto Antitransfuguismo y Pacto por la estabilidad institucional.

Jácome hizo una explicación cronológica de los hechos que no convenció a la oposición que le sorprendió que se llevara una declaración institucional como una moción y no como lo que es, una declaración. Por ello, los grupos invitaron al grupo de gobierno a leer el reglamento de gobierno y de organización del pleno ya que con la aprobación de los portavoces de los partidos se habría aprobado igual.

Ante esta moción, base de la situación en el Concello de Ourense, Pérez Jácome dijo que “no se puede discutir un acto de transfuguismo asqueroso, porque los traidores son las personas más repudiadas por todas las sociedades y en cualquier época; este grupo de traidores han traicionado a los votantes y al partido”. Sobre el acercamiento del PP y los tránsfugas (además de los casos de transfuguismo que se dieron en Castrelo y Viana) dijo que “los del PP tienen una excelente relación con los tránsfugas, el PP tiene una gran química con los tránsfugas”.

La adhesión al pacto fue aprobada por la unanimidad de la Corporación. Sí, los díscolos también. Aunque en el debate se lanzaron viejas rencillas. Ni en año nuevo se olvidan las políticas y gestiones de gobierno anteriores, solamente Ana Morenza y Armando Ojea fueron pragmáticos para mirar al futuro con los pies en el presente. En este último desenlace de película maratoniana en el Auditorio, también fue expulsada María del Mar Dibuja que interpeló al alcalde desde la bancada de los ediles por tres llamadas al orden, aunque ella ya dijo que se iba. Giros del guión.

El objetivo último de Pérez Jácome es quitar a Miguel Caride de la Diputación y PSOE y PP invitan al líder de DO a hacerlo desde el seno de su partido y no implicar a toda la Corporación, ya que “no debe utilizar un cauce institucional”. Lo que saben es que indirectamente ya están implicados.