El tiempo medio de espera para adoptar a un niño es de ocho años y medio. Nerea Vázquez y su pareja no tuvieron que aguardar tanto, “sobre unos dos años y medio”, pero el hecho de hacer efectivo la acogida de Dominik, en Hungría, en plena pandemia le añadió dosis de incertidumbre. “Nos avisaron el abril, en pleno confinamiento, de que había una posibilidad y el expediente de un niño que estaba esperando. Dijimos que sí. Y, a partir de ahí, lo que se nos dijo es que teníamos que esperar hasta que se permitiera viajar”, manifiesta.

En una situación “normal”, tras recibir el aviso, lo habitual es estar viajando aproximadamente un mes más tarde para efectuar la recogida. Claro que en su caso no fue así. Y hasta el 8 de agosto no hicieron las maletas: “Supimos que íbamos a poder viajar el día después de que el Gobierno anunciase que ya nos podíamos mover entre comunidades”.

Esos cuatro meses de espera, desde que recibieron el primer aviso hasta que cogieron el vuelo, se resumen en muchos momentos complicados. “La cabeza se te activa, porque adoptar no es una cosa menor, y, cuando sabes que vas a viajar, te entra un poco de ansiedad”, relata Nerea, que también recuerda el “shock inicial”. “Al principio, por el momento en que estamos, piensas: ¡en qué lío me he metido!”, empieza narrando, “teníamos que pasar mucho tiempo en Hungría y no sabíamos cuál era su situación”. “No puedes tomarte las cosas muy a pecho porque, si no, acabas loco”, añade.

Además, adoptar a un niño con mascarillas no es la mejor forma de conocerse. De hecho, la adaptación a su nuevo hogar está siendo “difícil”. “Adaptar a un niño a un nuevo país sin que pueda ver a sus abuelos, sin que pueda ver a mucha gente, es una parte complicada. Da un poco de pena”, confiesa. Aunque, “afortunadamente”, Dominik, que recién acaba de cumplir los 7 años de edad, es “bastante sociable”.

En el colegio, en el curso más atípico, sucede lo mismo. Pero a su caso hay que añadir que en Hungría hasta los 7 años no van a la escuela, sino a un jardín de infancia: “Ya no es solo el cambio, es que él nunca ha tenido clases, con fichas, en otro idioma, y encima la situación de los profes tampoco es cómoda”.