Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crónica Política

El silencio

Por más que los muy europeístas, que abundan, aseguren que la UE es un bien supremo, siempre caben los matices. Sobre todo los que podrían aducir, en pura terminología galaica, aquello de “eso depende”. Y no por eso los hombres y mujeres que viven aquí de la pesca han de ser considerados euroescépticos: solo damnificados por la falta de sensibilidad que desde hace demasiado demuestra la Unión hacia un sector que ya conoce el paño y desde 1986 está acostumbrada a que lo traten, cuando no a patadas, a empujones. Y, por mucho que se diga, es así.

En las últimas horas, la Comisión de ministros de la UE decidió una prórroga en las cuotas de capturas que, si no tanto como se temía, perjudica a la flota gallega incluso en las propias aguas de soberanía económica española. Es posible que aparezca quien considere la decisión como “temporal”, pendiente como se está del Brexit, pero el método de “prevenir” resulta en este caso injusto y provoca doble daño. Por eso, resulta inexplicable la “satisfacción expresada por el ministro cuando concluyó la reunión y expuso su punto de vista después del acuerdo adoptado.

Conste que la visión del responsable en el Gobierno central choca con la tesis que en Galicia parece ratificada por los hechos, de que la falta de sensibilidad –lo denunciaba la conselleira Quintana– ha sido un mal que afecta a todos los que han pasado por Moncloa. Unos más y otros menos, pero sin excepciones notables incluso cuando España “pesaba” en Europa, algo que ahora mismo es pasado, por más que los apologistas –que abundan– de la coalición PSOE-Podemos insistan en que el ministerio es poco menos que un paladín de la flota.

Claro que no solo sorprende lo satisfecho que dice haber salido de la reunión el señor ministro Planas: también el silencio que sobre la cuestión pesquera mantienen los sindicatos. Cierto que su nivel de afiliación en el sector es bajo, pero eso no justifica en absoluto, siempre desde una opinión personal, que callen. Diríase que las tripulaciones no son trabajadores para las centrales y, por lo tanto, apoyar sus reivindicaciones es algo ajeno a las funciones de “representar y defender” los derechos de cuantos trabajan y viven de la actividad pesquera en este antiguo Reino.

Ya puestos, y dado que viene a cuento por su relación directa, procede mencionar la aparente cercanía de la empresa Pescanova a una debacle definitiva si no consigue financiación. Ya sin algunas de sus piezas rentables para aliviar peso lo que ha quedado no parece suficiente como para garantizar su futuro. Y resulta poco explicable que una firma que contribuyó a prestigiar la marca Galicia por todo el mundo solo coseche ahora silencio tras los estruendos judiciales y aparente desinterés de las administraciones. Y no para poner dinero, sino al menos para defender lo que tiempo pasado, cuando pintaban oros, suscitaba el “orgullo” –interesado– de algunos políticos destacados.

¿Eh...?

Compartir el artículo

stats