Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El cierre de los bares por el COVID obliga a retirar máquinas de apuestas por primera vez

El sector perdió 244 terminales en locales de hostelería en el último año y su negocio se estanca | La Xunta rebajará impuestos al sector del juego para ayudarlo a paliar la crisis

Una persona juega a una máquina de apuestas en un bar de Vilagarcía IÑAKI ABELLA

El sector de las apuestas en Galicia también ha padecido el golpe de un 2020 marcado por una pandemia que ha castigado a la economía, especialmene a la hostelería, principal lugar de explotación de las terminales de esta modalidad de juego presencial que comenzó a funcionar en la comunidad en 2013. Por primera vez, las máquinas instaladas en bares y cafeterías se reducen, debido a las decisiones de los operadores de darlas de baja durante el cierre de los establecimientos y la parálisis de las competiciones durante gran parte del año.

Los locales hosteleros de Galicia perdieron durante el último año 244 dispositivos, cuyo aspecto es muy similar al de las tradicionales tragaperras, en una contracción de su negocio inédita hasta ahora. De hecho, en 2016 el sector presionó a la Xunta y logró que esta ampliase de 2.000 a 3.600 el límite de máquinas que podían instalarse en bares y cafeterías, lo que generó críticas por parte de las asociaciones de ayudas a los ludópatas y de algunos expertos en adicciones, así como de vecinos de barrios donde abrieron tiendas de apuestas.

El año pasado, Galicia contaba con 3.954 terminales, de las que 3.208 se encontraban en locales de hostelería y 746 en salones de juego, bingos o tiendas de apuestas. Ahora, las cifras han caído, pasando a un total de 3.779, de las que 2.964 se encuentran instaladas en bares y similares y 815 en locales específicos de juego, según la Vicepresidencia primera de la Xunta.

El descenso es similar por provincias. En Pontevedra el descenso es del 6,6% hasta situarse en las 1.016 terminales en bares; en A Coruña, del 7,7% (1.042); en Lugo, del 8,8% (369); y en Ourense, del 8,3% (537). En Vigo, la hostelería cuenta con 266 terminales, los salones de juego con 114 y las tiendas de apuestas con 16 y es la ciudad con mayor cantidad de instalaciones, según la Xunta.

La caída coincide con una crisis causada por el COVID-19 que ha obligado a cerrar establecimientos, impidiendo todavía en muchos concellos el consumo en la barra de los bares, al tiempo que frenó durante semanas las competiciones deportivas que alimentan el negocio.

Esta situación se produce después de un estancamiento del negocio presencial en la comunidad o incluso un retroceso, según la fuente consultadas. De acuerdo con el Anuario del Juego elaborado por la Universidad Carlos III y Cejuego (Consejo Empresarial del Juego), en Galicia las cifras han avanzado poco. De un margen empresarial antes de impuestos de 24,2 millones en 2015 se pasó a 27,8 en 2016, a 30,4 un año después y a 31,6 en 2018. El año pasado se alcanzaron los 32 millones de diferencia entre el dinero jugado y los premios repartidos. La Dirección General de Ordenación del Juego, dependiente de la administración, carece de cifras del ejercicio pasado, pero estima que en 2018 se produjo la primera caída del negocio, pasando de 35 millones a 26,7.

El COVID-19 forzó al sector a poner en cuarentena casi 250 terminales de bares y cafeterías, pero la administración gallega le ha lanzado un cable mediante rebajas fiscales: reducirá un 20% la tasa aplicada a casinos y bingos y un 30% para máquinas recreativas en 2021, según la Ley de Acompañamiento.

Una nueva ley obligará a instalar mandos de distancia para poder apostar

No será el único cambio que experimente esta actividad, tras las modificaciones normativas aplicadas por el Gobierno central y la intención de la Xunta de retomar la reforma de la Lei do Xogo, que quedó en el cajón la pasada legislatura tras una negociación tensa entre empresarios, expertos y asociaciones de padres de alumnos.

El nuevo texto legal restringirá las condiciones para emitir publicidad de apuestas y otras modalidades de juego y limitará la expansión del negocio, así como ampliará las distancias entre los establecimientos y los centros educativos, aunque esta cuestión no será aplicable a los negocios ya existentes.

Garzón sobre el juego: "Es un sector en alza" con consecuencias "terroríficas"

Garzón sobre el juego: "Es un sector en alza" con consecuencias "terroríficas" Europa Press | Foto: EFE

Una de las principales medidas y que más tiranteces generó es la obligación de que bares y cafeterías cuenten con mandos a distancia para activar no solo máquinas de apuestas, sino también las tradicionales tragaperras. El objetivo de la medida es evitar que apuesten menores de edad. Aunque las denuncias por esta cuestión son mínimas, un estudio de la Universidade de Santiago coordinado por Antonio Rial Boubeta estableció que uno de cada cuatro chavales de 12 a 17 años había apostado alguna vez.

Las máquinas de apuestas experimentan por vez primera un fenómeno que afecta desde hace años a las tragaperras. En la actualidad, funcionan 9.386 terminales, de las que 8.043 se sitúan en locales de hostelería. Otras 3.477 están dadas de baja por baja rentabilidad. En 2015 funcionaban en Galicia 10.212 máquinas, según Cejuego. Aun así, el sector ingresó 161 millones (diferencias entre cantidades jugadas y premios).

El juego real en España cae un 50% hasta los 4.350 millones, pero la vía online resiste

La pandemia ha obligado no solo a cerrar establecimientos destinados al juego presencial (casinos, bingos, salas de juego...) y locales que albergan máquinas para ello como bares y cafeterías, sino que también ha paralizado durante meses competiciones deportivas. La crisis ha hecho que el juego real en España –la diferencia entre el dinero apostado y los premios pagados– se redujese un 50%, pasando de los 10.226 millones de euros del año pasado a los 4.345 de los diez primeros meses de este ejercicio, según los datos de Cejuego. “El sector del juego está viviendo momentos complicados, como el conjunto de la economía de España. Pero si algo nos dejó claro la anterior crisis, es que la industria del juego es una de las que más tarda en recuperarse. En 2019 aún no habíamos recuperado los niveles previos a la crisis económica de 2008 y ahora la situación es mucho peor”, declaró el director general de Cejuego, Alejandro Landauce, a Azarplus. Sin embargo, la vía online ha resistido, con 1,564 millones en liza durante la primera parte del año, casi la misma cifra que en todo 2017. Las apuestas deportivas y modalidades por internet como póker o ruleta permitieron que “durante el estado de alarma el juego online se mantuviera en niveles muy similares a los de los meses anteriores”, indica el anuario de esta asociación del sector.

Compartir el artículo

stats