45 turismos, ocho motos, tres furgonetas y dos camiones. Son los ojos en la sombra que vigilan las infracciones al volante en las carreteras gallegas. Aunque la presencia de las patrullas tiene un efecto disuasorio, el objetivo es que se cumpla la norma en cualquier lugar y a cualquier hora para evitar una salida de vía o una colisión, que en ocasiones se quedan en nada, pero en otras tienen un desenlace fatal.

“El afán es recaudar vidas... y más en estos tiempos en los que una cama de hospital es más necesaria que nunca. No queremos distraer a los médicos con ingresos evitables”. Así de tajante se manifiesta Héctor Teixeira, guardia civil en del Sector de Tráfico en Galicia, ante las críticas de los conductores por el uso de los coches camuflados y el “afán recaudatorio” que ven tras cada sanción en carretera.

A dos semanas de que finalice el año, los vehículos con matrículas civiles notificaron un total de 7.643 denuncias en la comunidad –sin contar las detectadas por los radares–, lo que supone una media de 22 cada día. Pese a las restricciones de movilidad impuestas por el estallido del COVID, que llegaron a desplomar el tráfico en Galicia hasta un 90%, los expedientes abiertos por los coches camuflados repuntaron ligeramente: en todo 2019 se registraron 7.896 infracciones, una media de 21 diarias. El volumen de conductas antirreglamentarias detectadas por este tipo de vehículos supone el 13,4% del total de las sanciones de la Guardia Civil en la comunidad –sin contar los excesos de velocidad–, casi tres puntos más que el año pasado.

Infracciones comunes

Infracciones comunes Simón Espinosa

La actual flota de vehículos camuflados ya no se limita al turismo. Al “tradicional” coche se han unido motos, furgonetas y camiones. Y los turismos camuflados también han cambiado. Ahora son muchos del modelo SUV (todo camino) para tener una visión más elevada.

Su vigilancia se orienta sobre todo a conductas de riesgo, distracciones, adelantamientos. “En definitiva a detectar a los usuarios de riesgo que nos ponen en peligro a todos”, apunta Teixeira. El mensaje desde el Sector de Tráfico en Galicia es claro: “Tenemos que actuar como si el vehículo que va delante o detrás es un vehículo de la Guardia Civil”. “Nos debe preocupar cumplir la norma. No saber dónde estamos”, advierte.

Carreteras secundarias, travesías, corredoiras… Ninguna vía se escapa de los controles de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia con coches camuflados. Los vehículos de marcas y colores diferentes con matrículas civiles que operan en la comunidad trabajan de forma complementaria a los provistos de radar y que rotan por las distintas demarcaciones. Dentro van dos guardias civiles que vigilan las infracciones graves en movimiento, desde la conducción temeraria, los adelantamientos indebidos al móvil al volante, entre otras. Pero de noche también van a zonas de ocio, incluso a corredoiras y pistas forestales que suelen utilizar quienes se ponen al volante con una copa de más para tratar de eludir los controles policiales.

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En la actualidad, las denuncias interpuestas por los coches camuflados en la comunidad ya suponen el 13,4% del total (frente al 10,9% del pasado año) de los expedientes sancionadores abiertos por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil –sin contar las detectadas por los radares–.

A Coruña concentra el grueso de las sanciones de coches camuflados: de 4.251, el 55,6% del total en Galicia, porque operan más coches camuflados en las carreteras coruñesas y además realizan servicios en otras provincias y, a efectos estadísticos, las sanciones detectadas en otros puntos de Galicia se contabilizan en A Coruña. Le sigue la provincia de Pontevedra, con 1.607 expedientes sancionadores (uno de cada cuatro abiertos en Galicia). En el tercer puesto, está Ourense, con 1.088 sanciones (14,2%) y, finalmente, con apenas 700, el 9% de la comunidad.