El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reivindicó ayer ante sus conselleiros y altos cargos el trabajo realizado en los “cien frenéticos” primeros días de su cuarto mandato bajo el signo del COVID y les recordó “la magnitud del desafío” que aún tienen por delante hasta “vencer” la pandemia y sus consecuencias. “Quedan meses duros para todos; meses de distancias, de mascarillas, restricciones y de extraordinaria complejidad logística”, advirtió. Y aunque trasladó que “la pandemia pasará”, concedió que habrá que “seguir un tiempo gestionando los demoledores efectos” en clave social y económica.

“No os puedo prometer que sea sencillo”, aseguró, pero “valdrá la pena”. “Cuando miremos hacia atrás, podremos decir que vencimos la pandemia, recuperamos el empleo, y que ordenamos y diseñamos la Galicia de 2030”, proclamó.

Con todo, incidió en que “la Galicia que pensamos para la próxima década sigue siendo la misma” que antes del virus, y en ese sentido argumentó que en los primeros cien días de gobierno se han presentado una docena de leyes, entre las que destacó los “mayores” presupuestos de la historia gallega. Porque el Gobierno gallego no solo se centró en la pandemia, sino en la “reactivación” y en la Galicia “del futuro: familiar, joven, verde e innovadora”.

“Estamos aquí porque rendir cuentas es fundamental siempre”, destacó el mandatario autonómico, quien enfatizó en su intervención que “el único honor mayor que servir a Galicia es servir a Galicia cuando más lo necesita”.

La lectura que hace de su gestión durante estos meses la oposición es diferente. El secretario xeral de los socialista gallegos, Gonzalo Caballero, acusaba ayer a Feijóo de dejar “huérfana” a Galicia. A su juicio, su mandato ha sido decepcionante y “sin rumbo” ante la pandemia. “Tenemos que hacer un balance crítico porque la realidad demuestra que Feijóo no está a la altura de las circunstancias de una crisis de tanta envergadura”, declaró. Pese a todo, su formación le tiende la mano a la Xunta “para ayudar a reconstruir Galicia”.