La entrega provisional del pazo de Meirás al Estado cristaliza una antigua demanda de activistas, colectivos sociales y políticos locales que quedaron relegados a un segundo plano en el acto de traspaso de este inmueble, adquirido en plena Guerra Civil mediante cuestaciones forzosas, descuentos en nóminas y aportaciones públicas por el deseo de las élites coruñesas de medrar al calor de la dictadura.

Muchos de los impulsores de esta conquista ciudadana celebraban el pasado 10 de diciembre un “día histórico” a las puertas de As Torres. Conocen bien esos muros. Durante años, ellos fueron los únicos que desplegaron pancartas a la entrada de este baluarte del franquismo. No faltaron a la cita Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo, autores del 'Meirás: un pazo, un caudillo, un espolio', un libro que vio la luz tras muchos años de investigación y que jugó un papel clave en la demanda interpuesta por el Estado. Otro de los clásicos que no se perdió la celebración fue el expresidente la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica de Galicia, Manuel Monge, que confesaba a los periodistas que se había despertado a las siete de la mañana para elaborar un cartel especial para la ocasión.

Allí también estaba, sonriente pese a la lluvia, el exalcalde de Sada Abel López Soto (BNG), que impulsó junto con los miembros del bipartito de 2007 a 2011 la declaración del pazo como Bien de Interés Cultural; o el actual regidor sadense, Benito Portela, de Sadamaioría, que era secretario de alcaldía cuando se tramitó el BIC y que en 2017, ya como mandatario, y con el apoyo de sus socios de BNG y PSOE, aprobó el plan general que preveía la devolución del pazo de Meirás. Mucho antes de que el Gobierno se plantease interponer una demanda, el PXOM de Sada ya mencionaba esta posibilidad y la subsiguiente extinción de los títulos de propiedad. “Salió bien”, celebraba uno de los promotores. El concejal de Urbanismo era en aquel momento Francisco Montouto, designado después como representante en la comisión de expertos de la Xunta para analizar las vías para recuperar Meirás. Ana Miranda, que llevó la reclamación al Parlamento Europeo, también festejaba extramuros la devolución al pueblo del inmueble.

El Pazo de Meirás ya forma parte del patrimonio del Estado

El Pazo de Meirás ya forma parte del patrimonio del Estado. Agencia ATLAS

Otros prefirieron celebrar la entrega de llaves resguardados de la lluvia y de los focos. Todos jugaron un papel, a veces ingrato, cuando el consenso parlamentario en Galicia era una quimera y los representantes de los sucesivos gobiernos estatales fruncían el ceño o alzaban la ceja al ser consultados sobre una posible acción reivindicatoria.

La recuperación, aún provisional, del pazo de Meirás brinda la posibilidad de resignificar este baluarte del franquismo, pero también obliga a refrescar la memoria reciente. A volver la vista a aquellos años en que las manifestaciones congregaban solo a unos cuantos impenitentes frente al portalón de la antigua residencia de veraneo del dictador. En los primeros años, ni siquiera había consenso entre la izquierda y los políticos de Sada que defendían la incorporación al patrimonio público de As Torres clamaban en el desierto, aplastados por la mayoría absoluta de un alcalde del PP, Ramón Rodríguez Ares, que siempre presumió de su amistad con los Franco.

“Sabíamos que nos íbamos a meter en un jardín, pero no pensamos que fuese a ser tan frondoso”

Carlos Amoedo - Secretario xeral de la Consellería de Cultura

La declaración de Bien de Interés Cultural del pazo de Meirás en 2008 supuso un punto de inflexión. La iniciativa partió del Gobierno bipartito de Sada (BNG-PSOE) y fue recogida inicialmente con escepticismo por los representantes del Gobierno gallego pese a compartir siglas. Lo recuerda el por entonces secretario xeral de la Consellería de Cultura, Carlos Amoedo. La insistencia del BNG de Sada, y más concretamente del alcalde, Abel López Soto y la concejala de Urbanismo, María Xosé Carnota, fue clave. “Sabíamos que nos íbamos a meter en un jardín, pero no pensamos que fuese a ser tan frondoso”, relata Amoedo, que explica que tuvieron que andar con pies de plomo “para que no naufragase” el proceso, que tenía por principal objetivo lograr que 32 años después de la muerte de Franco, Meirás abriese sus puertas al público. Era, dice, el primer paso para su recuperación. La ley de la memoria histórica acaba de nacer y el decreto BIC se abrió paso entre las críticas del PP y la furibunda oposición de la familia Franco, que recurrió en los juzgados cada paso de la Xunta.

39

Patrimonio detalla bienes de la Familia Real en su inventario de Meirás. FDV

Alberto Núñez Feijóo, entonces líder del PP en el oposición, se mostraba crítico con el BIC. “No es un pazo”, es una “torre”, alegaba. “Si quieren recuperar patrimonios, que recuperen los que corresponden a Galicia”, defendía. Poco podría imaginarse por entonces que, 13 años después, aplaudiría la devolución al Estado del inmueble.

La apertura del pazo de Meirás al público en 2011 marcó un hito, pero no supuso el fin de los privilegios de los Franco. La Xunta asumió los primeros años los gastos de vigilancia del BIC, pero las críticas le llevaron a dar un paso atrás en 2013 tras un desembolso de 50.000 euros. Las quejas por los incumplimientos en el régimen de visitas fueron una constante y se saldaron con una multa de 4.500 euros que no llegó ni a cobrarse por la muerte de la sancionada, Carmen Franco. La provocación definitiva llegó en 2017, cuando los herederos del militar golpista encomendaron a la Fundación Francisco Franco la gestión de las visitas para “exaltar la grandeza” del dictador.

La provocación definitiva llegó en 2017, cuando los herederos del militar golpista encomendaron a la Fundación Francisco Franco la gestión de las visitas para “exaltar la grandeza” del dictador

El anuncio desató una oleada de protestas y llevó a la entonces vicepresidenta de la Diputación, Goretti Sanmartín, a impulsar la creación de la Xunta Pro Devolución do Pazo de Meirás, formada por Sada y otros concellos, colectivos de recuperación de la memoria histórica, entidades culturales como la Real Academia Galega, universidades e historiadores como Emilio Grandío, Manuel Pérez Lorenzo y Carlos Babío y el jurista Xabier Ferreira. De ahí surgió el primer informe jurídico que planteó la posibilidad de reclamar la titularidad del pazo al entender que había indicios de fraude en la escritura de compraventa de 1941. Su constitución coincidió con la ocupación simbólica del pazo por los denominados 19 de Meirás para exigir su devolución. Todos estos movimientos y la presentación poco después del libro Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio o las reiteradas demandas del Concello de Sada prepararon el terreno para la acción reivindicatoria. Por aquellas fechas, el PP rechazaba en el Parlamento las proposiciones de la oposición que, en su opinión vulneraban el derecho a la propiedad. Poco después, tras el cambio de Gobierno central, se avino a crear una comisión de expertos para analiza las vías. Una unión que se hizo de rogar y que allanó definitivamente el camino a la exitosa demanda estatal.

12

El Pazo de Meirás ya es público. AGENCIAS

Los Franco se quejan a la jueza por la difusión del inventario

Te puede interesar:

Los nietos del dictador Francisco Franco han presentado un escrito en el Juzgado de Primera Instancia número 1 en el que expresan su malestar por la difusión del inventario de bienes y del informe de Patrimonio Nacional sobre la titularidad de algunos de los muebles y piezas depositados en el pazo de Meirás. Afirma su abogado que la difusión en los medios de comunicación de estos documentos ha provocado un daño “de todo punto irreversible” en la “imagen” y el “derecho a la intimidad personal” de sus representados. Un daño por el que avanza que se reservan el “derecho a plantear las acciones legales oportunas”. El abogado Luis Felipe Utrera-Molina cuestiona en su escrito el proceder de la jueza Marta Canales por ignorar su petición de adoptar medidas para “garantizar la no revelación” de estos documentos hasta que hubiese una sentencia firme sobre las medidas cautelares decretada por el juzgado, relativas al depósito de bienes y la elaboración del inventario. “Habría bastado con que el juzgado hubiese mantenido el carácter reservado de esta medida para evitar que, puede que injustificadamente, mis representados se hayan visto y vayan a ver expuestos a un debate público/mediático que incide directamente en su derecho a la intimidad personal y familiar”, argumenta Utrera-Molina en un escrito de cuatro páginas, El abogado de los Franco se muestra especialmente molesto por la inclusión en autos de un informe de Patrimonio Nacional sobre la titularidad de algunos de los muebles y piezas depositados en el pazo. Como ya informó este diario, la Jefa de Conservación concluye que hay elementos que tienen su origen en las Colecciones Reales Españolas y cuya titularidad corresponde a Patrimonio Nacional”.

  • Los Franco devuelven el pazo de Meirás: "Después de 82 años, es un día histórico"

    Un nieto del dicador tras entregar las llaves del complejo: la biblioteca fue donada a mi abuelo por la viuda del hijo de Emilia Pardo Bazán, asesinado en una checa en Madrid