Cinco horas por semana. Es el tope de tiempo que los equipos provinciales de atención educativa a distancia que se crean este año, los AVA –atención virtual al alumnado–, pueden destinar a cada alumno que se beneficie de una alternativa pensada para cuando el profesorado del centro no pueda encargarse de realizar su seguimiento y cuando la ausencia del menor, si es por vulnerabilidad al COVID, se entienda como justificada por las también estrenadas comisiones provinciales de seguimiento.

Son algunas de las reglas que establece la Consellería de Educación en la resolución publicada ayer en el Diario Oficial de Galicia con instrucciones para “la atención educativa al alumnado vulnerable o alumnado con convivientes vulnerables durante el curso 2020/21 como consecuencia de la pandemia” del COVID. En el texto abre la puerta a que otros escolares convalecientes reciban el mismo apoyo si deben permanecer en su domicilio más de un mes, y se permite que los alumnos que ya reciben atención educativa domiciliara puedan incorporarse a esta modalidad.

La Xunta emite estas directrices ya que los centros se enfrentan a situaciones de absentismo “que tienen que ver con la vulnerabilidad de miembros de la unidad familiar distintos del alumno y el miedo al contagio” por el COVID. Situaciones que impulsan a familias a reclamar un plan B telemático, incluso en la Justicia.

De entrada, son los docentes del alumno quienes deben responsabilizarse de su atención y, si no, el departamento correspondiente. Si no es posible, Inspección propondrá cómo atenderlo y, si elige el AVA, la Xefatura concretará la “asignación horaria en función de la etapa” del alumno, pero “nunca superará las 5 horas semanales”. El estudiante que reciba esta asistencia “se considera escolarizado para todos los efectos” y su evaluación seguirá siendo responsabilidad de sus docentes. Para dar continuidad a su proceso formativo, el equipo AVA contactará con su centro y concretará con sus padres el horario de la atención virtual y cómo se van a gestionar las tareas y las dudas.

El proceso arranca con la valoración de la situación de absentismo. Primero el centro sopesa si las faltas de asistencia a clase de su estudiante están justificadas. Si es así, puede obviar el recurso a la comisión provincial y ofrecerle al alumno atención, en principio, por sus docentes. Si no las considera acreditadas, debe consultar a los padres y, “si no se encuentra una solución al absentismo”, hablar con Inspección en el plazo de 30 días naturales desde el inicio del expediente. De ahí puede pasar a la comisión de seguimiento, que decide si eleva el expediente al Ministerio Fiscal o ve la falta justificada. En este supuesto se activa la atención a distancia regulada en la resolución.

Anpe reprocha no conocer los criterios para nombrar al profesorado de los equipos AVA y la CIG, entre otras críticas, señala que la norma “no está pensada para quien tiene que permanecer en cuarentena o está contagiado y no se prevé inicialmente una ausencia de las aulas inferior a un mes”.

Educación tiene un plan de enseñanza virtual basado en horarios espejo que se activa si un aula o un colegio está en cuarentena. El protocolo de atención educativa domiciliaria establece que, en el caso de los alumnos que por salud no pueden ir a clase por menos tiempo del exigido para pedir atención educativa domiciliaria, el equipo docente elaborará para ellos una propuesta de actividades.

Los contagios por COVID en guarderías y centros no universitarios de la comunidad siguen a la baja con 967 casos y 49 aulas cerradas.