La fuga de talento le cuesta a Galicia 300 millones al año y agrava el envejecimiento
El Foro económico lo asocia al tamaño empresarial o a la falta de empleos científicos | Sugiere más fondos para I+D y partidas específicas en el plan de financiación del SUG
“Somos una comunidad exportadora de talento”
El Foro económico de Galicia confirma que la fuga de talento no es un mito, sino una realidad. La investigación presentada ayer y firmada, entre otros, por los profesores Alberto Vaquero (UVigo) y Sara Fernández (USC), permite constatar el fenómeno, pese a ser “extraordinariamente difícil” de analizar al carecer de estadísticas oficiales “apropiadas”.
Aunque, como matizaba ayer el director del Foro económico, Santiago Lago, y recoge el documento, la fuga de cerebros no alcanza la dimensión de comunidades como Castilla y León, Asturias y Extremadura, al Foro la cuestión le parece para preocuparse y no es el único. La Xunta, en su Estratexia de Acción Exterior, la considera una de las “debilidades” que lastran el crecimiento gallego.
El fenómeno conlleva asimismo unos efectos colaterales que, desde la “cautela”, dado que en el aspecto estadístico se encuentran muy limitados y las fuentes solo permiten una “aproximación”, los autores del trabajo –que también firman Luís Espada y Víctor Manuel Martínez– se esfuerzan en cuantificar. Primero, y dado que la fuga de talento provoca que “un número significativo” de egresados en los campus abandone Galicia ante la “esperanza” de hallar un empleo fuera –sobre todo a otras comunidades–, calculan el coste de formarlos, que ascendería a entre 178 y 311 millones de euros al año, en función de los cursos que necesiten para titularse (de 4 a 7).
Además, el que se vayan jóvenes titulados en un “contexto de pérdida de población y en una sociedad envejecida como la gallega”, añaden, “agrava más el endémico problema demográfico” de Galicia y eso de rebote incide “en la capacidad de mejora de nuestra economía”. En concreto, estiman los nacimientos que “dejan de producirse” como consecuencia de este proceso migratorio en 1.500 niños menos cada año, un 10% de los gallegos que nacen.
Calculan además qué incidencia tiene el fenómeno en el aspecto empresarial. Porque, alegan, son los más jóvenes y con más formación quienes tienen más predisposición a emprender. Partiendo de la misma cifra –un saldo neto de la emigración de 5.954 egresados desde Galicia en 2011– apuntan que habrían dejado de crearse 315 nuevas compañías.
Como es habitual en los documentos del Foro, los expertos no se limitan a realizar un diagnóstico, sino que exponen recomendaciones para “mitigar” lo que supone esta fuga de talento. Lo primero es un “mayor esfuerzo en materia de empleo” de cara a ajustar “mejor” oferta y demanda. Eso significa superar el “handicap” que existe en Galicia de puestos en áreas como la científica y la tecnológica que hace que los jóvenes altamente cualificados los busquen fuera (sobre todo en Madrid y en Cataluña). Para el Foro, es “vital conseguir un tejido productivo que permita aprovechar” la inversión” en los campus.
También influye el tipo de empresas con las que cuenta Galicia: estos puestos requieren compañías innovadoras y más grandes –las pymes no absorben tantos titulados–. Al respecto, conminan a la Xunta a realizar un “mayor esfuerzo presupuestario” en sus medidas de apoyo a la creación de empresas. Pero también en inversión en I+D. Porque, si bien el indicador –porcentaje de PIB invertido– ha mejorado, urgen a seguir en ello “con un mayor dinamismo”. Pero no solo el Gobierno; las empresas deben hacer en ese campo un esfuerzo “incluso mayor”. Para animarlas, sugieren algún tipo de beneficio fiscal autonómico.
Por otro lado, el “déficit importante” en infraestructuras tecnológicas –banda ancha, por ejemplo– “dificulta el desarrollo empresarial”. La cuestión no es baladí, dicen, para sectores como pizarra, madera, turismo rural... Ese déficit “incentiva” la emigración de tecnólogos. Por ello aconsejan promover el captar firmas vinculadas a las TIC para dar “valor añadido” a la economía y evitar perder capital humano. Es “una asignatura pendiente”.
Mencionan la necesidad de una “mayor adecuación” del sistema universitario a las demandas del tejido productivo. Y de cara a retener y a captar talento, apuntan, en el ámbito del SUG, a la “estabilidad laboral”, para lo que demandan una partida específica en el plan de financiación universitaria. Y si los salarios importan, “garantizar la adecuada calidad de vida a los jóvenes”, también. Otro de los consejos es desarrollar políticas de retorno –que no serían necesarias a largo plazo si lo demás se cumple– y atracción del talento.
Por ahora, la conclusión con los datos que tienen –instan a disponer de estadísticas para poder dimensionar el fenómeno y evaluar la eficacia de las políticas destinadas a mitigarlo– es que la fuga de talento existe y es un “problema”, como señala Lago, aunque se trata de un fenómeno “bastante comedido”, según apunta Alberto Vaquero. Aun así, Fernández defiende la necesidad de crear un contexto en el que el talento se quiera quedar y el de otros lugares quiera venir.
Tres de cada diez titulados de la UVigo se van
Una de las fuentes de las que extraen datos los autores del informe “Fuga de talento en Galicia: ¿Mito o realidad?” es el Observatorio de Persoas Tituladas de la Universidade de Vigo, que permite aportar datos sobre la emigración y la movilidad geográfica de sus egresados. La conclusión es que los titulados en la institución olívica también ven en las migraciones una vía para “mejorar” sus expectativas laborales.
Las estadísticas examinadas les permiten constatar, señala el informe, un “descenso continuado” de las personas que trabajan en Galicia: pasan del 86,5% en el quinquenio que va de 1990 a 1995 a un 70,5% en el intervalo de 2011 a 2015. De forma paralela, quienes trabajan en el extranjero van a más: la variación va del 3,7% en el primer lustro analizado al 16%, cuatro veces más, entre 2011 y 2015. En el mismo período aumenta también la cifra de los que hacen las maletas, pero a otra comunidad: del 9,8 al 15,5%. De hecho, los investigadores apuntan que entre 2011 y 2015 es la primera vez que la diáspora de egresados de la UVigo al extranjero supera a la orientada a otras comunidades.
Pero depende de los grados. Los titulados que más salen son los del área tecnológica (de ahí que el Foro inste a crear puestos de alta cualificación en Galicia). En concreto, aluden a ingenieros de energía, minas o telecomunicaciones. Se trata de grados con una tasa de ocupación superior al 70%. Con todo, para los autores, el que haya grados con una mayor posibilidad de trabajar fuera de Galicia puede ser visto como “positivo” para las universidades gallegas, entendiéndolo como un indicador de competitividad.
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