El servicio del Defensor del Profesor, del sindicato educativo ANPE, ha constatado una reducción de las consultas este último curso debido a la pandemia y a la suspensión de la actividad presencial en los centros. No obstante, esta realidad se vio acompañada de presiones por parte de las familias y diversos problemas relacionados con el mal uso de las nuevas tecnologías durante el confinamiento en Galicia.

El servicio autonómico atendió el curso pasado, según las cifras trasladadas por el sindicato de profesorado, a unos 83 docentes en la comunidad autónoma, la mayoría mujeres (47), y más del 61% procedentes de educación secundaria.

La mayoría de los docentes atendidos presentaba cuadro de ansiedad (más del 60%), y denunciaba problemas relativos a faltas de respeto, dificultades para dar clase (casi un tercio de las consultas) además de episodios de acoso, insultos y amenazas por parte de alumnos, cerca del 20%.

El sindicato reconoce la “disminución del número de llamadas con carácter general, aunque las que se realizaron se centraron, casi exclusivamente, en problemas relacionados con las nuevas tecnologías y, sobre todo, con las presiones realizadas por padres y madres en relación a la nueva normalidad de la enseñanza telemática obligada por las circunstancias”.